Argentina entre dos potencias: ¿alianza estratégica o dependencia peligrosa?

El renovado acuerdo de intercambio de monedas entre Argentina y China levanta críticas desde EE.UU. y plantea interrogantes sobre el rumbo económico de Milei.

Un salvavidas para las reservas del Banco Central

Argentina ha asegurado un nuevo tramo de 5.000 millones de dólares (equivalentes a 35.000 millones de yuanes) del acuerdo de swap de monedas con China, una noticia bienvenida para las maltrechas finanzas del país sudamericano. Con sus reservas internacionales al borde del colapso, la extensión anunciada este jueves por el Banco Central representa mucho más que una simple transferencia financiera: es una jugada geopolítica de alto calibre.

¿Qué es el swap con China?

Desde hace más de una década, Argentina mantiene un acuerdo de swap con el Banco Popular de China, que consiste en un canje de monedas (pesos por yuanes) para facilitar las operaciones comerciales y mejorar la liquidez en moneda extranjera. Actualmente, el acuerdo tiene un valor total de 18.000 millones de dólares, y se ha convertido en un instrumento clave para sostener el tipo de cambio y el comercio bilateral con el gigante asiático.

Respirar sin dólares: el rol del yuan

El acceso a yuanes en vez de dólares estadounidenses permite a Argentina reducir la presión sobre sus escasas reservas en moneda dura. Esto no solo beneficia al Estado, sino también a empresas locales que necesitan importar desde China —principal socio comercial del país— en un contexto donde las importaciones están severamente restringidas.

En 2023, el comercio bilateral con China superó los 24.000 millones de dólares, con productos como soja, carne y trigo liderando las exportaciones argentinas, mientras que se importan principalmente bienes de consumo, maquinaria y tecnología de la nación asiática.

El giro pragmático de Milei

Durante su campaña presidencial, Javier Milei fue tajante en su rechazo a regímenes comunistas: calificó a los líderes chinos de "asesinos" y prometió romper relaciones comerciales. No obstante, una vez en el poder, el libertario presidente ha adoptado una postura mucho más pragmática.

Frente a la necesidad urgente de estabilizar la economía heredada y obtener liquidez, Milei ha optado por mantener y renovar el swap con China, priorizando la viabilidad económica sobre sus convicciones ideológicas.

Estados Unidos reacciona: “Una línea de crédito peligrosa”

El acuerdo no ha pasado desapercibido en Washington. Mauricio Claver-Carone, exfuncionario del gobierno de Donald Trump y actual enviado especial para América Latina, expresó abiertamente su molestia. “Queremos que termine esa famosa línea de crédito que Argentina tiene con China”, dijo en una conferencia en Miami en abril de 2025, agregando que “estos acuerdos permiten que China extorsione a Argentina”.

No es la primera vez que EE.UU. desaprueba este tipo de vínculos. Desde una mirada estratégica, el acercamiento de una nación latinoamericana a China representa un desafío a la hegemonía estadounidense en la región, especialmente en momentos de tensiones geopolíticas con Beijing en múltiples frentes, incluyendo Taiwán y el comercio global.

China responde: cooperación, no dominación

China, por su parte, reaccionó formalmente a los comentarios de Claver-Carone. Lin Jian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, defendió el acuerdo calificándolo de “cooperación práctica basada en la igualdad y el beneficio mutuo”.

Además, Jian destacó que este tipo de swaps ya han demostrado ser útiles para la estabilidad financiera de Argentina y han sido bien recibidos tanto por las autoridades como por la sociedad.

Dependencia o salvavidas necesario

¿Es este acuerdo un ejemplo de cooperación estratégica o un signo de una dependencia creciente hacia China? La respuesta depende de a quién se le pregunte.

Desde un enfoque económico, el acceso a esta línea de yuanes ofrece un alivio inmediato que evita una devaluación abrupta del peso y asegura la continuidad de las operaciones comerciales. En un contexto en el que las reservas netas eran negativas hasta principios de 2024, esta inyección de liquidez es vital.

Sin embargo, desde un punto de vista geopolítico, el creciente peso de China en Argentina —desde infraestructura hasta minería del litio— ha despertado inquietudes sobre la autonomía económica y política del país sudamericano.

China en el mapa económico argentino

El impacto chino va mucho más allá del swap. China participa en importantes proyectos de infraestructura energética, como represas hidroeléctricas en Santa Cruz, ha invertido en minería de litio en el noroeste argentino y cuenta con una estación espacial en Neuquén, operada por el gobierno chino pero con acceso limitado para la Argentina.

Esto ha generado debates sobre la soberanía nacional y el tipo de relación que el país debería tener con el gigante asiático. ¿Simple intercambio comercial o alianza estratégica con consecuencias a largo plazo?

¿Qué dice la historia reciente?

El primer swap entre Argentina y China se firmó en 2009, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desde entonces, ha sido renovado por distintos gobiernos de distinto signo político. En 2014, se convirtió en herramienta clave para fortalecer las reservas luego de una crisis cambiaria.

En 2018 y 2020 fueron renovados por el presidente Mauricio Macri y luego por Alberto Fernández. La diferencia ahora es que Javier Milei lo hace tras haber sido uno de los mayores críticos del vínculo con China.

Relación triangular: Argentina entre EE.UU. y China

Milei ha buscado estrechar lazos con los Estados Unidos desde su elección. Ha viajado a Washington más de 10 veces en los últimos 15 meses buscando inversiones tecnológicas, acuerdos de libre comercio y apoyo financiero del FMI.

Así, la Argentina se encuentra nuevamente en un delicado equilibrio diplomático entre las dos mayores potencias del mundo, intentando sacar el mayor provecho sin alinearse completamente con ninguna.

El rol del FMI y las condiciones del préstamo

En paralelo, Argentina negocia una asistencia financiera por 20.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Una de las condiciones que EE.UU. estaría presionando para incluir es la no renovación de estos swaps con China, lo cual plantea un dilema evidente para Milei.

Firmar el acuerdo con el FMI sin renunciar al swap con China es, para muchos analistas, una señal del poder de negociación que Milei aún conserva, pese a su debilidad interna por las tensiones sociales que han derivado incluso en paros y huelgas generales.

Argentina en cifras

  • Reservas brutas (junio 2024): USD 25.300 millones
  • Reservas netas (estimadas): -USD 1.200 millones
  • Inflación interanual (abril 2025): 215%
  • Crecimiento proyectado para 2025 (FMI): -2,5%

¿Un nuevo paradigma?

La extensión del acuerdo con China pone de manifiesto que Milei ha entendido que ideología y pragmatismo no pueden ser antónimos en economía externa. El futuro de Argentina dependerá de cómo logre navegar estas relaciones sin perder soberanía, ni cerrar puertas clave.

Mientras tanto, el yuan ya circula entre los bancos argentinos como una moneda amigable, en un país acostumbrado a pensar en dólares. El verdadero desafío será no pagar ese respiro con el precio de la independencia a largo plazo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press