Caída libre en los mercados asiáticos: ¿El principio del fin de la 'era Trump' en la economía global?
La inestabilidad generada por las políticas comerciales de Donald Trump sacude las bolsas asiáticas mientras China responde y la geopolítica económica se recalienta
Por qué las bolsas del mundo están temblando nuevamente bajo el efecto de las decisiones de Donald Trump. Los mercados financieros asiáticos experimentaron una jornada negra este viernes, arrastrados por los coletazos de una guerra comercial que no da tregua. El detonante: la marcha atrás parcial de Trump respecto a los aranceles anunciados, una jugada que lejos de calmar a los inversores, desató nuevas dudas e incertidumbre.
Un viernes negro en Asia
Desde Tokio hasta Seúl, los índices bursátiles cayeron de forma abrupta. El Nikkei 225 de Japón se desplomó un 5.6% en las primeras horas de operaciones, para luego estabilizarse en una pérdida del 4.7%. El Kospi de Corea del Sur perdió un 1.6%, y el S&P/ASX 200 de Australia se dejó un 2.1%.
La moneda japonesa, el yen, se fortaleció frente al dólar estadounidense, llegando a cambiarse a 143.48 unidades por dólar, desde las 146 unidades del día anterior. El euro también sacó ventaja, subiendo a $1.1305 desde $1.1195.
¿Qué está pasando con Wall Street?
El jueves, los principales índices de EE.UU. revirtieron casi la totalidad del rally histórico del día anterior. El S&P 500 cayó un 3.5%, el Dow Jones perdió 1,014 puntos (-2.5%) y el Nasdaq se desplomó un 4.3%.
Todo esto después de que la Casa Blanca aclarara que los aranceles a las importaciones chinas serán del 145%, y no del 125% como se había dado a entender en el mensaje original de Trump en Truth Social. Dicha subida se explica por la incorporación de tarifas ya previamente anunciadas.
La respuesta de China: contraataque comercial y cultural
China respondió con nuevas contramedidas. No se trata solo de aranceles. El gobierno chino anunció que reducirá el número de películas estadounidenses que se proyectan en su mercado, como una forma de represalia cultural hacia Washington.
Esto afectó fuertemente a empresas como Warner Bros. Discovery, que vio sus acciones caer un 12.5%. Disney también sufrió con una caída del 6.8%.
“Es inevitable que los espectadores chinos se sientan menos atraídos por las producciones estadounidenses, dada la decisión errónea de implementar aranceles de forma imprudente”, señaló un portavoz de la Administración de Cine de China.
Un juego de alianzas: China busca consolidar frentes contra Trump
La guerra comercial con China no se libra solo en cifras. Beijing está buscando activamente formar coaliciones con otros países para crear una oposición coordinada a las políticas comerciales de EE. UU.
Un ejemplo de ello fue el anuncio europeo. La Unión Europea dijo el jueves que suspenderá sus represalias comerciales por 90 días, dejando espacio para una eventual negociación. Esto podría interpretarse como una maniobra para evitar quedar atrapados en el conflicto principal entre EE.UU. y China.
El giro del bono del tesoro: vigilante silencioso de la economía
Los bonos del tesoro estadounidense también jugaron su papel. El jueves por la mañana, tras un reporte de inflación mejor de lo esperado y el mensaje confuso de Trump, el rendimiento del bono a 10 años cayó hasta el 4.30%. Pero más tarde, mientras caían las bolsas, el rendimiento volvió a subir a 4.40% el viernes.
Esta volatilidad refleja el nerviosismo del mercado frente a decisiones erráticas. No se trata sólo de tasas, sino del mensaje que se envía a inversores internacionales que podrían estar vendiendo deuda estadounidense por temor a un deterioro en la política fiscal y comercial.
Una pausa estratégica o un síntoma de debilidad
Trump anunció inicialmente una pausa en la implementación de ciertos aranceles, pero rápidamente dejó entrever que era más una estrategia de presión que un cambio de fondo. Su secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue tajante:
“No repliquen las medidas, y serán recompensados.”
Pero lejos de inspirar calma, esa declaración dejó claro que sigue primando una lógica de ultimátum en la política exterior económica de EE. UU.
Inflación, consumo y el futuro del bolsillo estadounidense
Expertos comienzan a alertar que esta dinámica podría marcar el fin de la era de productos baratos en EE.UU. Según estimaciones de Bloomberg, los nuevos aranceles podrían incrementar los precios de artículos electrónicos, ropa y juguetes entre un 10% y un 20%, justo en un contexto en el que la inflación apenas da señales de moderación.
Bhanu Baweja, estratega de UBS, sintetizó el momento con una frase que ya es viral en redes financieras:
“Trump titubea, pero el daño ya está hecho”.
Un escenario delicado para las elecciones estadounidenses
Con las elecciones presidenciales de 2024 en el horizonte, los mercados están empezando a descontar las múltiples señales contradictorias provenientes de la Casa Blanca. Según datos de Morning Consult, el 42% de los votantes considera que la economía ha empeorado bajo Trump, mientras que un 35% mantiene expectativas positivas.
El electorado parece dividido, aunque los inversores tienen menos dudas: la volatilidad de las últimas semanas muestra que el riesgo político está más presente que nunca en Wall Street.
Una advertencia que suena familiar: el bono como juez de políticas fallidas
Vale recordar que no es la primera vez que el mercado de bonos «castiga» una decisión política. En 2022, la entonces primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, cayó en desgracia tras un colapso en los bonos británicos por su anunciado plan fiscal sin respaldo.
Hoy, con los rendimientos de los bonos estadounidenses disparados y la confianza de los aliados tambaleante, la estrategia de Trump podría ser un «boomerang» que termine afectando su propia campaña de reelección.
¿Qué sigue ahora?
Los analistas coinciden: sin señales claras de colaboración entre potencias, la desaceleración económica global podría acelerarse. Las tensiones comerciales y la reducción del consumo podrían ser una combinación letal para los próximos trimestres.
Mientras tanto, el consumidor estadounidense se prepara para una Navidad con productos más caros, menos oferta y un dólar golpeado por incertidumbres geopolíticas.
¿Será esta la antesala de una recesión global? ¿O estamos simplemente ante una nueva etapa de reconfiguración del comercio internacional?
Lo único seguro por ahora es que los mercados están hablando más fuerte que los discursos. Y no parece que vayan a callarse pronto.