Crímenes de guerra en Ucrania: ¿un camino bloqueado hacia la justicia?

Ejecutados tras rendirse: videos filtrados exponen la brutalidad de las fuerzas rusas y profundizan el debate sobre la rendición de cuentas en el conflicto ucraniano

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Por Héctor Valverde

En un conflicto ya marcado por miles de muertos, devastación urbana y una creciente desconfianza entre potencias mundiales, un nuevo escándalo se ha sumado a la narrativa brutal de la invasión rusa a Ucrania. Dos videos registrados el mismo día —uno por un dron ucraniano y el otro por uno ruso— exponen con claridad las ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos tras su rendición en la aldea de Piatykhatky, al sur del país. Las imágenes, devastadoras, no solo muestran un crimen atroz, sino que reavivan el debate sobre las posibilidades reales de justicia internacional en este conflicto.

Los videos que muestran dos verdades opuestas

El 13 de marzo de 2024, la 128ª Brigada de Montaña de Ucrania captó imágenes escalofriantes con un dron en las ruinas de Piatykhatky, en la región de Zaporiyia. En el video, cuatro soldados ucranianos salen de un edificio derrumbado, se tiran al suelo, dan muestras claras de rendición, y son registrados por soldados con uniformes con insignias rusas. Lo que sigue es brutal: los prisioneros, totalmente indefensos, son ejecutados a quemarropa. Uno de los soldados pierde incluso la cabeza tras ser disparado a corta distancia.

El Centro para la Resiliencia de la Información, con sede en Londres, revisó el video por solicitud de AP. Su experto, Rollo Collins, aseguró: "No es una muerte típica en combate. Es una ejecución ilegal, una atrocidad grabada con nitidez inusual".

El segundo video, grabado por un dron ruso y difundido por medios pro-Kremlin, muestra los mismos momentos iniciales: la rendición de los ucranianos. Sin embargo, se corta antes del tiroteo fatal. Está ambientado con música inquietante, probablemente para edulcorar o dramatizar la acción, y diseñado para consumo propagandístico.

Respuestas oficiales y el silencio del Kremlin

Ante el escándalo, la respuesta del bando ucraniano ha sido medida pero contundente. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) indicó que se inició una investigación por crímenes de guerra. La brigada involucrada no comentó por encontrarse directamente implicada. Desde Rusia, la evasiva es la tónica. El Ministerio de Defensa no emitió declaraciones, mientras que el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, se limitó a decir que Rusia "trata a los prisioneros en conformidad con la ley internacional".

En contraste, un informe del Ministerio de Exteriores ruso fechado en marzo afirma sin pruebas que Ucrania sistemáticamente ejecuta prisioneros rusos. Esta equiparación sin evidencia parece responder a un intento de diluir responsabilidades ante crecientes acusaciones.

¿Un patrón sistemático de ejecuciones?

Lo sucedido en Piatykhatky no es un caso aislado. Desde agosto de 2023, la Misión de Observación de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania ha documentado al menos 91 ejecuciones extrajudiciales de prisioneros ucranianos a manos de las fuerzas rusas. En el mismo período, solo se ha registrado un caso de soldado ruso asesinado ilegalmente por militares ucranianos. Este contraste sustancial plantea serias preguntas sobre la existencia de una política deliberada de exterminio por parte del Kremlin.

Danielle Bell, jefa de esta misión de la ONU, fue tajante: "Documentamos un alarmante aumento en las ejecuciones. Los llamados de funcionarios públicos rusos en redes sociales, leyes de amnistía y un lenguaje deshumanizador crean un clima donde crímenes como este pueden cometerse sin consecuencias".

Números que hielan la sangre

  • 245 prisioneros ucranianos ejecutados desde 2022, según la Fiscalía de Ucrania.
  • Más de 157.000 casos de presuntos crímenes de guerra perpetrados por Rusia registrados por la justicia ucraniana.
  • Al menos 5.700 casos de supuestos crímenes ucranianos han sido abiertos por la Fiscalía rusa, aunque sin pruebas verificables.

Yurii Bielousov, jefe del departamento de crímenes de guerra de la fiscalía general de Ucrania, ha sido tajante: "Esto no es obra de soldados descontrolados. Tiene respaldo institucional desde la cúpula del poder ruso".

El indulto como moneda de paz: el dilema ético

El presidente estadounidense Donald Trump ha mostrado interés en negociar una paz entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, sus intenciones de ofrecer amnistía a oficiales rusos y su retirada del esfuerzo multinacional para crear un tribunal de agresión podrían mermar cualquier esperanza de rendición de cuentas. Incluso impuso sanciones a miembros del personal de la Corte Penal Internacional, organismo que emitió una orden de arresto contra Putin por la deportación forzosa de niños ucranianos.

Stephen Rapp, exembajador de EE.UU. para crímenes de guerra, advierte: "Sin EE.UU., toda posibilidad de enjuiciar a los perpetradores queda comprometida".

La presión europea: ¿nueva fuerza de paz?

Paralelamente, Reino Unido y Francia han propuesto una fuerza multinacional de entre 10.000 y 30.000 soldados para vigilar un eventual cese al fuego y prevenir futuras ofensivas rusas. Esta fuerza buscaría ser un disuasivo creíble, aunque su éxito depende ampliamente de respaldo logístico estadounidense, algo aún incierto.

Aunque esta unidad acantonaría lejos del frente, su mera existencia tensiona más la cuerda con Moscú, que ve toda participación militar occidental como una provocación.

¿Puede existir justicia sin castigo?

El dilema central es claro: ¿puede una eventual paz alcanzarse sin justicia? Volodymyr Zelenskyy insiste en que "rendición de cuentas por crímenes de guerra" debe ser parte de cualquier arreglo. Caricaturizar estas atrocidades como "daños colaterales de la guerra" solo perpetuaría la impunidad.

La historia está repleta de ejemplos donde los crímenes de guerra han quedado sin castigo. Desde los horrores no procesados en Chechenia hasta las masacres de civiles en Siria, los usuarios del poder ven a menudo la impunidad como un derecho tácito de los vencedores. El caso de Ucrania puede marcar una ruptura: o se consolida un nuevo estándar de exigencia ética, o se reafirma la ley del más fuerte.

Una urgencia moral y jurídicamente histórica

Cada video filtrado, cada testimonio documentado, es una prueba irrefutable de que el conflicto en Ucrania rebasa los límites del enfrentamiento militar convencional. Con la reciente revelación en Piatykhatky, el mundo se enfrenta con una decisión de enorme peso: permitir que la impunidad domine el relato o actuar con resolución para preservar los principios sobre los que se afirma el derecho internacional humanitario.

"Ucrania no está dispuesta a perdonar todo lo que ha ocurrido en nuestro territorio", repite Bielousov, y con razón. El espejo que devuelve esta guerra nos interpela a todos, no solo a los implicados directamente. Si estas ejecuciones pueden ocurrir sin castigo, entonces todos estamos menos seguros.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press