El Mundial de Clubes 2025 en EE.UU.: ¿Una celebración global o un fracaso de taquilla?
FIFA y su ambicioso plan para conquistar el corazón del público estadounidense con un torneo que reúne a los mejores clubes del planeta
Por décadas, el Mundial de Clubes fue un torneo menor en el ecosistema futbolístico mundial. Sin embargo, FIFA ha dado un giro radical: Estados Unidos será la sede del renovado formato para el 2025, este incluirá a 32 clubes, entre ellos gigantes del fútbol como Real Madrid, Manchester City y River Plate.
La apuesta es ambiciosa, pero la gran pregunta es: ¿hay realmente apetito por el fútbol de clubes internacionales en Estados Unidos, más allá del fenómeno ocasional como Lionel Messi con el Inter Miami? ¿O será este un fiasco de graderíos vacíos en estadios diseñados para el fútbol americano? En este artículo, realizamos un análisis detallado de la nueva etapa del Mundial de Clubes de la FIFA, sus retos, implicaciones políticas y culturales, y el incierto futuro del 'soccer' en suelo americano.
Un Mundial... pero de Clubes
"No, no es el Mundial de selecciones, es el de clubes" —FIFA ha tenido que hacer esta aclaratoria constantemente. A partir del 15 de junio y hasta el 13 de julio de 2025, 32 clubes competirán en 11 ciudades estadounidenses. Entre estas sedes destacan Filadelfia y New Jersey —está última será la encargada de acoger la gran final en el MetLife Stadium, el mismo que recibirá la final del Mundial 2026.
Este nuevo formato expande de manera significativa lo que hasta ahora era un torneo con poca relevancia: el antiguo Mundial de Clubes contaba con apenas 7 equipos, jugado en una sola sede, y era ampliamente dominado por Europa y Sudamérica. Ahora, con representación de todos los continentes, FIFA espera acercarse al prestigio de la Champions League.
¿Quiénes participarán?
La lista de clubes clasificados incluye a verdaderos titanes:
- Europa: Real Madrid, Manchester City, Chelsea, Bayern Múnich, Juventus, París Saint-Germain, Inter de Milán, Atlético de Madrid, Borussia Dortmund, Benfica, Porto y Salzburg.
- Sudamérica: Boca Juniors, River Plate, Flamengo, Fluminense, Palmeiras y Botafogo.
- Norteamérica: Inter Miami, Seattle Sounders, León, Monterrey y Pachuca.
- África: Al Ahly, Wydad, Esperance y Mamelodi Sundowns.
- Asia: Al Hilal, Al Ain, Ulsan y Urawa Reds.
- Oceanía: Auckland City.
Es relevante destacar que este será el primer gran torneo internacional para el club de Lionel Messi, el Inter Miami, lo cual podría ser un gancho crucial para atraer al público local.
Taquilla bajo la lupa
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha sido enfático: “Compren entradas. Todavía hay muchas disponibles”. Una declaración que, lejos de sonar alentadora, subraya uno de los grandes problemas de esta edición: la lenta venta de boletos.
A pesar del soporte logístico y mediático, ciudades como Filadelfia todavía tienen miles de asientos disponibles para partidos clave. Incluso con el impulso del gobierno estadounidense —Infantino se reunió con el presidente Donald Trump y altos funcionarios como la fiscal general Pam Bondi y el director del FBI Kash Patel para garantizar la seguridad del evento—, la recepción del público ha sido tibia.
¿América está lista para el fútbol global?
La relación de Estados Unidos con el fútbol ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. La MLS pasó de ser un proyecto arriesgado en 1996 a una liga en expansión con estadios propios y talentos de nivel medio-alto. El país ha sido sede de eventos históricos como el Mundial 1994 y la Copa América Centenario en 2016.
Sin embargo, falta una “cultura de clubes” al estilo europeo o sudamericano. Este nuevo torneo pone a prueba esa condición. Según cifras del sitio Statista, en 2023 el interés por el fútbol entre los estadounidenses adultos fue del 20%, aún por debajo del béisbol (33%) y muy lejos del fútbol americano (59%).
La estrategia de FIFA parece centrarse en usar este Mundial como ensayo para el Mundial absoluto de 2026, que sí despierta una gran expectación. Con la promesa de fanáticos internacionales viajando para apoyar a sus clubes, se espera que los estadios eventualmente se llenen.
Entre la pasión y la geopolítica
La elección de EE.UU. como sede no es fortuita. Desde la presidencia de Infantino, la FIFA ha intentado redimirse de su larga historia de corrupción con política de “transparencia y ética” que sintoniza con potencias internacionales.
Infantino ha reiterado que hoy la FIFA “trabaja de manera clara, transparente y ética... Esto nunca habría sido posible hace algunos años con la imagen que tenía la FIFA”. Su encuentro con miembros del gabinete de Trump también refuerza la idea de que la edición 2025 es tanto una fiesta deportiva como una maniobra diplomática que busca estrechar lazos con Washington.
¿Una oportunidad para el fútbol femenino?
Aunque el torneo es exclusivamente masculino, su gran visibilidad podría ser un paso previo para la creación de una versión femenina. La FIFA ha expresado su intención de expandir el fútbol de clubes femeninos en formatos similares. Un eventual Mundial de Clubes Femenino podría incluso tener más resonancia si se alinea con ciudades con gran base de fans del fútbol femenino, como Portland o San Diego.
La otra cara de la moneda: preocupaciones logísticas
Más allá de la apatía inicial del público, también existen desafíos logísticos considerables. No todos los estadios están construidos para las exigencias del fútbol profesional internacional. Adaptar campos, sistemas de iluminación y señalética a los requerimientos de FIFA tiene un costo elevado.
Además, temas como el calor en ciudades como Houston, Phoenix o Las Vegas en pleno verano generan inquietud entre jugadores y staff técnico. La salud del deportista será prueba de fuego para el calendario del torneo.
¿Y si falla?
El riesgo está sobre la mesa. Si las entradas no se venden, si los estadios no se llenan, si el público estadounidense no adopta al torneo como legítimo, el Mundial de Clubes 2025 podría quedar como un ambicioso pero fallido experimento. Y eso, sin duda, afectaría la percepción del próximo gran evento de 2026.
Es una apuesta de alto riesgo y alto retorno. Pero como dijo AJ Brown, receptor de los Eagles y uno de los embajadores del evento: “Nunca jugué mucho al fútbol, más allá del FIFA (videojuego)... Pero me emociona ir a mi primer partido”. Quizás, justo ahí, esté la respuesta: FIFA no está apuntando solo a los fanáticos acérrimos, sino a los nuevos curiosos, a los futuros fans.
¿Será suficiente el encanto de los clubes más poderosos del mundo para crear una nueva fiebre del fútbol en Estados Unidos? El balón está en juego.
Este artículo fue elaborado con base en reportes de medios de prensa bajo licencia abierta y declaraciones oficiales de FIFA.