Matt Allan: El renacer de una promesa del béisbol tras seis años en la sombra

Entre cirugías, pandemia y una voluntad inquebrantable, el prospecto de los Mets volvió al montículo luego de 2,046 días

Matt Allan, un nombre que alguna vez resonó con fuerza entre los cazatalentos de las Grandes Ligas, volvió a lanzar una pelota en partido oficial tras una travesía de seis largos años. Con solo 24 años, su historia no es simplemente la de una joven promesa; es una epopeya de resiliencia, de perseverancia y sobre todo, de amor al béisbol.

Un prospecto que prometía mucho desde el inicio

Nacido en Sanford, Florida, Allan brilló durante su etapa en Seminole High School. El punto culminante llegó cuando lanzó un juego perfecto con 17 ponches, una actuación que desencadenó un constante seguimiento por parte del scout Jon Updike, trabajando en ese momento para los New York Mets. "Fue el producto más acabado que había visto en un joven de secundaria", afirmó Updike, destacando su madurez física, mental y su potente material de lanzamientos.

Ese seguimiento dio fruto en el draft amateur de 2019, cuando los Mets lo seleccionaron en la tercera ronda con el pick número 89. Para lograrlo, hicieron verdaderos malabares financieros dentro de su bono de firma de $8.22 millones. Allan firmó por $2.5 millones, y para permitirse ese lujo, el equipo firmó a sus selecciones de rondas cuarta a la décima por una fracción del valor asignado: apenas $62,000 en total.

El destino tenía otros planes

Allan debutó profesionalmente ese mismo 2019, lanzando en seis encuentros entre la Liga de la Costa del Golfo y Clase A Brooklyn. Mostró potencial, pero en su fuero interno ya sabía que su brazo tenía los días contados. "Tenía un codo asintomático… era cuestión de tiempo", confesó.

En 2020, cuando debía consolidarse, la pandemia de COVID-19 detuvo el mundo y erradicó la temporada de ligas menores. En 2021 llegó el primer golpe médico: cirugía Tommy John, a manos del renombrado Dr. Neal ElAttrache. Poco después, en enero de 2022, una segunda operación: transposición del nervio cubital. Ambas, según opinión médica posterior, habían fracasado. Entonces, en enero de 2023, vino la más dura: una revisión completa de Tommy John por el Dr. Keith Meister.

El valor del carácter: una batalla contra el cuerpo

Allan, lejos de rendirse, se aferró a su carácter. "Siempre pensé que podía perseverar, hacer cualquier cosa", afirmó. Su periodo de rehabilitación combinó estadías en clínicas especializadas como TMI Sports Medicine en Dallas y el famoso centro Cressey Sports Performance en Florida.

El equipo de desarrollo de los Mets, liderado por Grayson Crawford y otros especialistas como Eric Jagers y Jeremy Kivel, elaboró un plan meticuloso. No solo cuidaron su brazo; también su mente. El grupo de condicionamiento mental trabajó para mantenerlo enfocado en el futuro.

El ansiado regreso al montículo

Finalmente, el domingo pasado, Matt Allan se subió a la lomita en un partido profesional por primera vez en **2,046 días**. Lo hizo para Clase A St. Lucie, en una actuación que mezcló emociones y velocidad.

  • Velocidad: 95-97 mph con su recta
  • Entradas lanzadas: 2 2/3 sin carreras
  • Hits permitidos: 2
  • Ponches: 5 de los 11 bateadores que enfrentó

"Fue irreal. Había nervios, claro, pero sobre todo había gratitud", dijo después del juego.

Allan utilizó mayormente su recta y cutter, dejando a un lado su curva y slider. Se espera que lance nuevamente este sábado en Lakeland. "Espero tener aún más potencia", comentó con una sonrisa que evidencia confianza renovada.

Por qué importa tanto este regreso

Los Mets no están acelerando su desarrollo. De hecho, el presidente de operaciones de béisbol, David Stearns, dejó claro: "Dado todo lo que ha atravesado, cada vez que toma la pelota es motivo de celebración".

Pero ¿por qué tanta atención a un lanzador que apenas ha disputado partidos profesionales? La respuesta está en el concepto de "ceiling", esa métrica invisible que mide el potencial máximo. Según Van Wagenen, exgerente general de los Mets, Allan fue seleccionado porque combinaba talento natural con un carácter competitivo excepcional. Eso no se encuentra todos los días.

El duro camino de otras promesas caídas

El drama de Allan recuerda al de otros pitchers como Mark Prior o Brandon Webb, cuyas carreras fueron saboteadas por lesiones pese a tener material de Cy Young. La lista es larga. Lo que diferencia a Allan es que, mientras otros se diluyeron, él persiste.

Desde 2010 hasta hoy, más de 1,600 pitchers en MLB o ligas menores han tenido una cirugía Tommy John. De esos, solo entre el 70% y 75% logra regresar al nivel anterior o uno semejante, según un estudio publicado en *The American Journal of Sports Medicine*. Pero cuando se trata de una revisión, como el caso de Allan, el porcentaje cae a solo un 55%.

¿Qué viene ahora para Matt Allan?

El futuro es incierto, pero más brillante que nunca en años. Su regreso marca el comienzo de una nueva etapa en su carrera, con todas las miradas puestas en su progresión. A diferencia de otros jóvenes talentos que sucumben ante el dolor o la inseguridad, Allan parece tener una virtud difícil de cuantificar: una fe ciega en sí mismo.

Los Mets han acertado en apoyarlo. En medio de una creciente ola de lesiones entre los pitchers, donde incluso Jacob deGrom y Stephen Strasburg han sido víctimas, jugadores como Allan son más necesarios que nunca.

La pasión que supera al dolor

En un mundo donde los números dominan, donde el ROI (retorno sobre inversión) dicta decisiones, la historia de Allan es una rara joya romántica: un joven que ama el juego más allá de la fama, los contratos o las cámaras.

Volver a lanzar no fue una obligación, fue una meta autoimpuesta. Lo hizo sin certezas, sin garantías. Solo con el deseo ardiente de escuchar una vez más el "play ball" y sentir el cuero en sus dedos antes del primer pitcheo.

Y así, después de 2,046 días, Matt Allan volvió a ser pitcher. Pero también, volvió a ser niño. Ese que soñaba desde una lomita escolar con vencer a los mejores del mundo. Y ese tipo de sueños, cuando perduran más allá del dolor, merecen ser contados una y otra vez.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press