“The Herds”: Teatro en movimiento desde el corazón del Congo hasta el Círculo Ártico

Una metáfora animal hecha cartón y acción que denuncia el cambio climático a lo largo de 20 ciudades del mundo

Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, fue testigo del nacimiento de una obra realmente singular, poética y profundamente simbólica: “The Herds”, una travesía teatral compuesta por animales de cartón manipulados por titiriteros que emprenden un viaje desde el corazón del África ecuatorial hasta los confines del Círculo Ártico. No es sólo una función; es una marcha artística contra el calentamiento global, la deforestación y el olvido de la naturaleza.

Una obra que bebe del simbolismo y la tragedia climática

El escenario de arranque no pudo ser más simbólico. Mientras los animales de cartón —leopardos, monos, una jirafa y hasta un gorila— avanzaban por los jardines botánicos de Kinshasa, la realidad climática interrumpía con crudeza: inundaciones habían cubierto zonas del propio parque y hecho inaccesibles grandes sectores de la ciudad, dejando decenas de muertos.

The Herds” (“Las Manadas”, en español) es una instalación performativa concebida por el mismo equipo detrás de “The Walk” (2021), proyecto que relató la travesía de Amal, una marioneta de 3.5 metros que representaba a una niña refugiada. Amal recorrió más de 8,000 kilómetros por 15 países para visibilizar la crisis migratoria global.

¿Por qué empezar en el Congo?

La respuesta está en el pulmón verde que representa el país. El cuenca del Congo resguarda la segunda selva tropical más grande del planeta, sólo detrás del Amazonas. Sin embargo, el Congo ha recibido significativamente menos atención mediática y recursos en comparación con su par sudamericano.

La naturaleza es muy importante para nosotros, pero los humanos tenemos la tendencia de ignorarla”, señala Tshoper Kabambi, cineasta y productor congoleño involucrado en el proyecto. “Queremos despertar conciencia sobre todo lo que está ocurriendo: el calentamiento global, la deforestación, el desplazamiento.”

Cuando el arte narra la tragedia ambiental

The Herds no es un espectáculo estático. La obra se mueve, literalmente. Los animales avanzan por diversas ciudades, contando una historia colectiva que se va construyendo entre culturas. Se prevé que el desfile pase por Lagos, Dakar, y más adelante por ciudades del norte global, hasta llegar a las zonas árticas.

Según su director artístico, Amir Nizar Zuabi —quien también lideró The Walk—, la obra busca que en cada parada se unan artistas locales y nuevas figuras que enriquezcan la narrativa. “Impacta porque no es sólo una obra, es un recorrido que se adapta a cada cultura que toca. Hablará del Congo también en Noruega, porque hay una red de colaboradores en todo el trayecto”, explica.

El contexto: el Congo y la lucha ambiental silente

Pocos fuera del continente africano conocen la magnitud de la contribución del Congo a los equilibrios ecológicos globales. Su selva tropical absorbe millones de toneladas de dióxido de carbono por año. Sin embargo, los proyectos mineros, la tala ilegal y los conflictos armados amenazan constantemente su existencia.

Según un estudio de Nature publicado en 2020, esta selva aún retiene más carbono por hectárea que el Amazonas. El abandono político y la poca presión internacional la han convertido en un blanco fácil para la explotación, a pesar de su importancia global.

Desplazamiento animal como metáfora del desplazamiento humano

El viaje de los animales es una potente alegoría. Con el avance del calentamiento global, se estima que más de 1 millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, según la plataforma IPBES. Las migraciones forzadas de animales no sólo son reales, sino que también simbolizan el desplazamiento de millones de humanos por sequías, inundaciones y deforestación.

Al mostrar animales emigrando en procesión, guiados por figuras humanas vestidas de negro que no distraen del mensaje visual, The Herds ancla su narrativa en la urgencia planetaria.

El impacto visual como forma de pedagogía

Esta obra no requiere palabras. Ver una jirafa de cartón cruzando un mercado en Lagos o un gorila siendo empujado entre transeúntes en Dakar genera una mezcla de sorpresa, ternura y reflexión. ¿Qué harías si un grupo de leopardos de cartón pasara frente a tu oficina bajo la lluvia, con su cabeza caída, como si huyeran del clima?

Ese es el poder del arte performativo ambiental: no busca culpables, sino testigos, cómplices, y en el mejor de los casos, aliados.

Colaboración internacional: una manada artística global

En todas sus paradas, The Herds implicará a talentos locales: escultores, músicos, titiriteros, dramaturgos. Esta metodología no sólo genera empleos, sino que convierte a cada ciudad en parte activa del mensaje. Además, las escenas se adaptan dependiendo del contexto: deforestación en Senegal, escasez hídrica en Marruecos, derretimiento de glaciares en Noruega.

Se trata de una apropiación cultural positiva: la historia global se vuelve local en cada sitio. Y cuando la obra llegue a su final en el norte del planeta —se estima que será en 2026— habrán caminado junto con ella al menos mil artistas de 20 países.

Una generación de conciencias en movimiento

“No vamos a resolver el cambio climático con títeres. Pero sí podemos cambiar la conversación”, afirma Zuabi. Y tiene razón. En un mundo saturado de gráficas, cifras y discursos políticos huecos sobre cambio climático, una procesión de animales de cartón tocó una fibra que los informes de las Naciones Unidas no alcanzan.

Porque a veces, para visibilizar una extinción, sólo hace falta ver a un elefante sin rostro avanzando pasivamente por tu ciudad.

Las fechas y los destinos

The Herds permanecerá en Kinshasa hasta el próximo sábado antes de dirigirse a Lagos (Nigeria) y luego a Dakar (Senegal). Se espera que en 2025 y 2026 transite por ciudades del norte de África, Europa y, finalmente, países escandinavos como Noruega y Finlandia, donde se documentará como instalación fija en el Círculo Ártico, cerrando así su gran travesía desde el ecuador al polo.

Con cada paso, deja no solo huellas sobre el suelo, sino más bien marcas en nuestra consciencia: un llamado a ver a la naturaleza no como decorado, sino como protagonista.

Para seguir el recorrido y saber si pasará por tu país, puedes visitar su sitio oficial próximamente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press