Furia y frustración en las tribus nativas: el desmantelamiento de Healthy Tribes despierta críticas sobre promesas incumplidas

La eliminación de un programa vital para la salud indígena en EE.UU. pone en entredicho las prioridades del gobierno federal, así como su responsabilidad de confianza hacia las naciones tribales.

Por años, el programa Healthy Tribes representó una de las iniciativas más relevantes en el ámbito de la salud indígena en Estados Unidos. Financiado y gestionado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este programa tenía como fin combatir enfermedades crónicas como la diabetes y problemas hepáticos en comunidades nativas de todo el país. Hoy, esa historia parece haber cambiado drásticamente.

El fin de una era: recortes, despidos y falta de explicaciones

En abril de 2025, distintas comunidades tribales de Arizona, Nuevo México y otras regiones se encontraron con una noticia devastadora: la eliminación de decenas de puestos de trabajo dentro del programa Healthy Tribes. Aunque la noticia llegó principalmente por correos electrónicos impersonales, su impacto fue profundo. Más de 30 trabajadores fueron despedidos, incluidos al menos 11 puestos clave en Healthy Tribes y otros en la División de Salud de la Población del CDC.

La directora del programa, la doctora Julianna Reece —miembro inscrita de la Nación Navajo—, fue informada de que sería separada permanentemente de su cargo a partir del 2 de junio. En múltiples declaraciones, líderes tribales han calificado estas acciones como una violación directa del trust responsibility (responsabilidad fiduciaria) del gobierno federal hacia las tribus indígenas.

¿Qué es la responsabilidad de confianza?

Desde los tratados firmados en el siglo XIX, el gobierno de Estados Unidos tiene una obligación legal de proporcionar atención médica, educación y servicios de seguridad a los más de 574 pueblos tribales reconocidos federalmente. Esta responsabilidad no proviene de una concesión racial, sino de un reconocimiento del estatus político especial que tienen estas naciones.

La eliminación del programa Healthy Tribes, que canalizaba hasta 32.5 millones de dólares anuales en fondos para salud pública indígena, constituye según muchos líderes, una nueva violación a esos acuerdos.

Más allá de las palabras: el enigma Robert F. Kennedy Jr.

Lo que más desconcierta a las comunidades indígenas es el contraste entre retórica y acción. El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha recorrido recientemente reservas indígenas, reuniéndose con líderes tribales e incluso participando en eventos como la Conferencia de Autogobierno Tribal en la Reserva India del Río Gila.

Durante estas visitas, Kennedy habló de su compromiso con la salud indígena. Sin embargo, evitó mencionar públicamente los recortes a Healthy Tribes. Tampoco respondió preguntas de los medios ni se pronunció sobre las denuncias de líderes nativos respecto a la falta de consulta previa, requerida legalmente antes de tomar decisiones que impactan a las tribus.

“Es difícil creer en sus palabras cuando al día siguiente te llega un correo electrónico diciendo que tu financiamiento se ha evaporado”, expresó Esther Lucero, presidenta del Seattle Indian Health Board, en declaraciones contundentes luego del anuncio de despidos.

Healthy Tribes: medicina tradicional como puente hacia el bienestar

Una de las grandes virtudes de Healthy Tribes residía en su enfoque culturalmente adaptado. El programa integra medicinas tradicionales de los pueblos indígenas con cuidados de salud modernos, fomentando así una atención más holística y aceptada en las comunidades.

En Seattle, por ejemplo, Healthy Tribes sostenía el programa GATHER, que incluía a aprendices de medicina tradicional en los equipos clínicos y utilizaba plantas cultivadas en jardines comunitarios. “Nuestros pacientes se sienten más cómodos y confiados; ven que su cultura se respeta,” señaló uno de los médicos involucrados.

Ahora, con la parálisis administrativa producto de los despidos, muchos centros de salud no saben cómo procesar los fondos recibidos ni a quién contactar para rendir cuentas.

Cifras que hablan claro

  • Los nativos americanos tienen expectativas de vida más bajas que cualquier otro grupo étnico en EE.UU.
  • Enfermedades como la diabetes afectan hasta a un 15% de la población indígena, el doble que el promedio nacional, según el IHS (Indian Health Service).
  • Healthy Tribes canalizaba anualmente 32,5 millones de dólares en programas ajustados a necesidades locales.

Estos datos reflejan el valor del programa y la importancia de mantenerlo en funcionamiento.

El desmantelamiento de DEI y sus implicancias políticas

Para muchos en las comunidades tribales, la eliminación de Healthy Tribes no puede separarse de una estrategia más amplia de la administración Trump: el desmantelamiento de programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI, por sus siglas en inglés).

“Algunos funcionarios federales no entienden que nuestra relación con el gobierno no se basa en raza, sino en acuerdos legales y políticos”, comentó Lycia Ortega, dirigente de United American Indian Involvement en Los Ángeles. Ortega, quien proviene de la Tribu Quechan de Fort Yuma, señala que la narrativa de “eliminación del DEI” es utilizada para invisibilizar los derechos tribales.

Stephen Roe Lewis, gobernador de la Comunidad India del Río Gila, sostuvo que comunicar esto al Departamento de Salud ha sido difícil: “Tenemos que recordarles constantemente que los servicios a las tribus no son beneficencia. Son obligaciones legales”.

Más allá del centro: ¿y si la solución está en las comunidades?

W. Ron Allen, líder de la Tribu Jamestown S’Klallam, participó en conversaciones directas con Kennedy, donde le propuso una idea concreta: “Si realmente quiere reducir la burocracia en Washington, adelante. Pero traslade funciones y recursos directamente a las tribus”.

Según Allen, Kennedy pareció estar de acuerdo con este enfoque. No obstante, la falta de acciones concretas hasta el momento crea incertidumbre. Además, los despidos masivos y la falta de comunicación minan la confianza.

¿Qué viene ahora?

La eliminación de Healthy Tribes no es solo un recorte presupuestario: es una señal política que genera temor entre las tribus. La Oficina Nacional de Salud Indígena también ha sufrido recortes y reestructuraciones, lo que indica un patrón que podría expandirse a otras áreas de asistencia básica.

Numerosos grupos tribales consideran emprender acciones legales, citando la obligación federativa de consulta previa, el incumplimiento del trust responsibility y la posible discriminación política.

Mientras tanto, aquellos que usan los servicios del programa —especialmente los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y jóvenes que exploran sus raíces culturales a través de la medicina tradicional— sufren las consecuencias más profundas.

El mensaje, para muchos, es claro: las palabras no bastan cuando las acciones las contradicen.

“Cuando te quitan tu medicina, tu historia y tus recursos, te están diciendo que tu vida vale menos,” apuntó Lucero con la voz entrecortada. “Pero nosotros seguiremos luchando. Ya lo hemos hecho antes.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press