Garrett Crochet: Del desastre en los White Sox al renacimiento en Boston
De un récord perdedor y sin aspiraciones a la élite del pitcheo en los Red Sox: el meteórico giro de Crochet
Garrett Crochet está viviendo uno de los virajes más sorprendentes y estimulantes del béisbol moderno. Apenas la temporada pasada, este zurdo imponente de 1,98 metros y brazo de fuego estaba inmerso en una situación oscura: los Chicago White Sox atravesaban una de las peores campañas de su historia reciente, acumulando 121 derrotas, un récord moderno catastrófico en la MLB.
Hoy, apenas meses después, Crochet viste los colores de los Boston Red Sox y presume no solo de ser parte esencial del cuerpo de lanzadores sino también de ser uno de los abridores más dominantes de este inicio de temporada. ¿Cómo se explica este renacimiento tan brutal? Hoy queremos analizar su caso como una historia de redención individual y una prueba de cómo el ambiente adecuado puede elevar —o destruir— a un atleta profesional.
Una temporada para el olvido en Chicago
El año 2023 fue una pesadilla para los White Sox. El equipo, que en su momento fue sinónimo de talento joven y desarrollo, descendió a un abismo que ni los más pesimistas podían anticipar. Con 121 derrotas, marcaron el récord negativo moderno en las Grandes Ligas, simbolizando una franquicia sin dirección, sin liderazgo y con poca esperanza.
Garrett Crochet, quien terminó con una marca de 6-12 en ese entorno tóxico, era uno de los pocos destellos de calidad en una rotación plagada de inconsistencias. Su presencia en el montículo era una de las pocas garantías, y aún así, el contexto lo arrastraba una y otra vez.
El cambio de Sox: de Chicago a Boston
El 1 de diciembre de 2023, la historia tomó otro rumbo. Los White Sox enviaron a Crochet a Boston a cambio de cuatro prospectos, entre ellos Chase Meidroth, quien ya debutó en la segunda base contra el propio conjunto de Massachusetts. Fue un movimiento lógico para una franquicia en reconstrucción, pero uno que abrió la puerta de la élite para Crochet.
Menos de cuatro meses después, el 1 de abril de 2024, los Boston Red Sox firmaron a Crochet con un contrato de seis años y $170 millones. Un voto de confianza total en el potencial de este zurdo, quien ya estaba generando respeto en todos los rincones de la MLB.
Fenway Park: nueva casa, nuevas ambiciones
El 27 de marzo, en la apertura de temporada contra los Texas Rangers, Garrett Crochet fue el abridor inicial de Boston. Una muestra clara de qué tanto confía la directiva en su capacidad. Y el jugador no decepcionó. Como él mismo resumió:
“El ambiente en Fenway fue eléctrico. Fue uno de los juegos más increíbles en los que he estado. Este equipo sueña en grande y se nota desde el campamento de primavera”.
Las diferencias no podrían ser más marcadas. En Chicago, sus compañeros solo rezaban por quedarse en la plantilla. En Boston, la consigna es ganar ahora. Y esa mentalidad ha hecho clic en el zurdo texano.
Inicio de temporada 2024: dominante e inspirado
En sus primeras tres aperturas con Boston, Crochet suma un récord de 1-1, pero con un asombroso promedio de 1.45 de ERA (carreras limpias admitidas) y una presencia imponente en la loma. En 2023, fue séptimo en toda la MLB en ponches, con 209 abanicados. Este año, aspira a seguir esa tendencia.
Según sus propias palabras:
“Cada vez que salgo al montículo quiero perseguir la grandeza. Sueño con un juego sin hits. Y si me conectan el primer sencillo, pienso: ‘OK, pasemos al siguiente objetivo’. Se trata de poner ceros cada vez que lanzo”.
De la resignación en Chicago a la ambición desmedida en Boston. Ese es el nuevo Crochet.
¿Resentimientos hacia Chicago?
Muchos se preguntan si el joven zurdo guarda algún tipo de expectativa o deseo hacia los White Sox, su exequipo. Su respuesta fue tan honesta como reveladora:
“¿Espero que el traspaso les funcione? No, en realidad no. Si lo hace, genial. Si no, también genial. Mi único enfoque está en acumular aperturas y triunfos aquí en Boston”.
No es indiferencia, es claridad mental. Crochet entiende que este es su momento, y no tiene tiempo para mirar atrás.
El entorno importa: ¿quién es verdaderamente Garrett Crochet?
Garrett nació en Ocean Springs, Misisipi, y deslumbró desde sus años universitarios en Tennessee. En 2020, fue elegido en la primera ronda por los White Sox y debutó en la MLB ese mismo año en la postemporada, una rareza digna de notarse.
Su recta puede alcanzar las 100 mph, y su repertorio incluye un slider tan venenoso como difícil de predecir. Siempre tuvo el material para brillar, pero necesitaba un escenario competitivo que sacara lo mejor de él. En Boston, parece haber encontrado esa motivación diaria.
Comparaciones inevitables: ¿el nuevo Chris Sale?
Algunos analistas ya lo comparan con otro zurdo dominante que también jugó tanto en los White Sox como en los Red Sox: Chris Sale. Pero lo cierto es que Crochet no busca emular a nadie. Tiene su propio estilo, su propio camino y, sobre todo, una mentalidad diferente.
Un relevo necesario en la rotación de Boston
Los Red Sox necesitaban urgentemente un abridor dominante. En las últimas dos campañas, su rotación estuvo plagada de lesiones e inconsistencias. Con la llegada de Crochet, suman un brazo que ya está en modo All-Star desde abril.
Y con ganas de escribir su propia historia en la legendaria franquicia de Boston, tal como lo dejó entrever:
“Estoy emocionado, y todavía más ilusionado con lo que este equipo puede lograr”.
La narrativa que tanto amamos en el béisbol
La historia de Crochet nos recuerda las razones por las cuales el béisbol sigue siendo una fábrica de redenciones. El cambio de entorno, la confianza del cuerpo técnico, la intensidad de un vestuario competitivo y una mentalidad enfocada pueden catapultar a un talento del sótano al firmamento en cuestión de meses.
Garrett lo está haciendo en tiempo récord y, si se mantiene saludable, podríamos estar presenciando el ascenso de uno de los zurdos más temibles de la próxima década.
Boston tiene su nueva joya. Y el resto de las Grandes Ligas ya lo sabe.