Guerra Comercial y Desestabilización Política en Asia: ¿Una Nueva Era de Incertidumbre Global?
Mientras China y EE.UU. escalan su guerra arancelaria, Corea del Sur atraviesa su propia crisis democrática con la destitución de su presidente
La tensión entre gigantes económicos: EE.UU. vs China
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha alcanzado nuevos niveles en una puerta que parecía cerrada desde los acuerdos parciales logrados durante la anterior administración norteamericana. Sin embargo, el viernes pasado, China anunció una serie de contraataques con un aumento de aranceles sobre productos estadounidenses del 84% al 125%, respondiendo directamente a las políticas con las que el presidente Donald Trump continúa intensificando la confrontación bilateral.
Este conjunto de medidas forma parte de una cadena de represalias escalonadas. En paralelo, Trump ya había elevado los aranceles hasta un total acumulado del 145% sobre bienes chinos en un movimiento interpretado por Pekín como “acoso económico”. La situación se ha convertido en lo que el Ministerio de Finanzas chino calificó como “un juego de números sin significado económico”, el cual aseguraron será recordado como una burla en la historia de la economía global.
¿Qué está en juego?
Más allá del intercambio de cifras, lo que está en juego es la estabilidad de la economía mundial. El jefe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, advirtió esta semana que el conflicto "podría dañar gravemente las perspectivas económicas globales".
China no se ha limitado a los aranceles: también suspendió las importaciones de sorgo, carne de ave y harina de hueso estadounidense, impuso nuevos controles sobre las exportaciones de minerales raros clave para tecnología de punta, y colocó docenas de empresas estadounidenses en listas de restricción comercial.
Mientras tanto, Trump excluyó de su lista de medidas un arancel de 20% relacionado con el rol de China en la producción de fentanilo, lo que plantea una estrategia fragmentada que podría afectar aún más las relaciones internacionales.
El contexto político en Asia: Corea del Sur se tambalea
Paralelamente, en el mismo continente asiático, Corea del Sur enfrenta su crisis institucional más grave en años. El expresidente Yoon Suk Yeol fue destituido la semana pasada por el Tribunal Constitucional tras haber impuesto la ley marcial en diciembre, con el argumento de eliminar “liberales antiestatales”.
El 3 de diciembre, Yoon apareció en televisión anunciando la medida, y desplegó tropas para rodear la Asamblea Nacional. Sin embargo, en un giro dentro del sistema democrático surcoreano, los legisladores consiguieron formar quórum y revocaron la medida pocas horas después.
La Asamblea Nacional votó a favor de su impeachment el 14 de diciembre y el Tribunal Constitucional ratificó la medida el pasado viernes, provocando la salida definitiva de Yoon y el arranque de una elección presidencial que se celebrará el 3 de junio.
Una salida con tintes de campaña
En su regreso al hogar privado en una zona acomodada de Seúl, Yoon fue recibido por decenas de seguidores. A pesar de su destitución, sigue manteniendo una base fuerte en el partido conservador People Power Party, y según analistas, es probable que busque influir en las primarias para promover un candidato que pueda otorgarle el indulto en caso de ser condenado.
Actualmente enfrenta un proceso penal por cargos de rebelión, los cuales podrían conllevar pena de muerte o prisión perpetua. Esta situación convierte a las elecciones de junio en una batalla clave no solo para el país, sino para el destino personal de Yoon.
Una región en tensión: el derrumbe de una obra en Gwangmyeong lo prueba
Como si no fuera suficiente, Corea del Sur fue noticia también el viernes debido al colapso de un túnel del metro en construcción en Gwangmyeong, ciudad ubicada al sur de Seúl. Dos de los trabajadores están posiblemente atrapados, y se desplegaron 55 rescatistas y 18 vehículos de emergencia para rescatar a los posibles afectados.
La causa del desplome parece estar relacionada con una chimenea de ventilación que ya había sido reportada como en riesgo de colapsar. Lo que genera inquietudes adicionales sobre la supervisión de las infraestructuras en medio de la turbulencia política.
Impacto regional y geoestratégico
Estos eventos no son aislados. Reflejan una interconexión entre economía, política y estabilidad regional. En el caso de la guerra comercial entre EE.UU. y China, la repetición del patrón tit-for-tat se asemeja a los conflictos del pasado, como el que se vivió en los años 30 entre las principales potencias y que abrió paso a una gran depresión.
La enorme dimensión de ambas economías (EE.UU. y China representan cerca del 40% del PIB global combinado) hace que su enfrentamiento pueda desencadenar efectos dominó:
- Incremento de precios globales por interrupciones en las cadenas de suministro
- Desviación de inversiones hacia mercados considerados “neutrales”
- Debilidad del multilateralismo comercial al minarse el rol de la OMC
Mientras tanto, en Corea del Sur, la salida abrupta del presidente crea incertidumbre sobre la estabilidad democrática del país, un eje clave en la contención geoestratégica de China y Corea del Norte en la región.
El factor de la gobernabilidad democrática en Asia oriental
La eliminación institucional de un jefe de estado por violar los límites del poder ejecutivo es un signo saludable del funcionamiento democrático surcoreano. Sin embargo, la tensión social y el alto nivel de polarización (manifestaciones con eslóganes que pidieron desde su canonización simbólica hasta la pena de muerte) muestran una fragilidad emocional subyacente en el electorado del país.
Son tiempos en los que el autoritarismo encuentra siempre espacios para fortalecerse, incluso en democracias sólidas. La salida de Yoon puede ser una lección para muchos, pero tampoco garantiza que no busque, desde las sombras, retomar el poder influenciando a futuras figuras en contienda.
¿Vamos hacia un nuevo orden internacional?
Con EE.UU. enfocándose cada vez más en acciones bilaterales y proteccionistas, China explotando las divisiones entre aliados estadounidenses para fortalecerse como actor del Sur Global, y Corea del Sur embarcada en una redefinición de su liderazgo político, podríamos estar ante una reorganización del tablero internacional.
Desde la caída del Muro de Berlín no se veían reordenamientos tan vertiginosos en el plano geopolítico asiático. Aunque las condiciones históricas son distintas, los actores actuales (como Trump, Xi o incluso el expresidente Yoon) parecen empujar la política internacional de vuelta a dinámicas de bloques, presiones económicas y populismo autoritario.
El riesgo no está solamente en una recesión económica, sino en el debilitamiento del sistema multilateral basado en normas, lo cual podría tener consecuencias impredecibles tanto para el comercio global como para la paz y la estabilidad regional en Asia.