Kelsie Whitmore rompe barreras en el béisbol mexicano
La jugadora estadounidense busca convertirse en la primera mujer en jugar en la Liga Mexicana de Beisbol profesional
Kelsie Whitmore, una atleta de 26 años nacida en California, está escribiendo su propia historia en el mundo del deporte. Como lanzadora y jardinera, Whitmore se ha convertido en un nombre cada vez más reconocido gracias a su perseverancia, habilidad en el diamante y valentía al enfrentar territorios que hasta hace poco eran dominados exclusivamente por hombres. Su más reciente desafío: abrirse camino en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), una de las más importantes fuera de los Estados Unidos.
Rompiendo techos de cristal en un campo de juego
Whitmore no es ajena a romper barreras. En 2022 se convirtió en la primera mujer en jugar en una liga afiliada con la MLB cuando se integró a los Staten Island FerryHawks, parte de la Atlantic League. Este logro ya era histórico por sí solo; sin embargo, para Kelsie, era apenas el comienzo.
Ahora, se encuentra en Veracruz, ciudad portuaria sobre el Golfo de México, haciendo pruebas con El Águila de Veracruz, uno de los equipos con más tradición en el béisbol mexicano. Esta oportunidad podría convertirla en la primera mujer en jugar de manera profesional en la LMB, una liga fundada en 1925 y considerada Triple-A, al mismo nivel que las ligas menores de Estados Unidos, aunque con reglas más flexibles en cuanto a la inclusión de extranjeros.
Una trayectoria marcada por la versatilidad
Whitmore no solo juega como lanzadora, sino que también ha sido jardinera y bateadora destacada. Representó a Estados Unidos en selecciones nacionales femeninas y, en palabras de ella misma, le apasiona correr tras elevados, conectar hits e idear estrategias desde el montículo. “Cuando estoy en la selección nacional me encanta batear y jugar en el outfield, pero a nivel de carrera, disfruto sumergirme en la biomecánica del pitcheo”, declaró durante una entrevista reciente.
En sus primeros días en México, debutó con el Águila en un partido de pretemporada contra los Pericos de Puebla, lanzando una entrada en la que permitió un solo hit. Aunque el partido fue amistoso, su desempeño atrajo atención no solo por lo que representa como atleta, sino también como símbolo de cambio cultural dentro del deporte.
Un país, un idioma, un nuevo reto
Aunque la adaptación al béisbol mexicano le ha sido natural por su experiencia previa, el idioma ha sido un reto significativo. Kelsie no habla español, lo que ha dificultado su comunicación con compañeros y aficionados. Consciente de esto, ha comenzado a tomar lecciones autodidactas a través de la aplicación Duolingo. “Apenas estoy en el nivel uno”, confesó entre risas. Aun así, ya se ha ganado gritos de apoyo de la grada: “creo que me gritaron Te Amo cuando lanzaba”, dice orgullosa.
La cálida recepción del público veracruzano y el respeto mostrado por sus compañeros de equipo han reforzado su deseo de quedarse. “Siento que pertenezco aquí. Es el mismo juego, aunque con un entorno diferente. Estoy agradecida por la oportunidad de competir y desarrollarme”, comentó.
Mentoría de élite: Esteban Loaiza
Una de las grandes ventajas que ha tenido en su adaptación al equipo es contar con la mentoría de Esteban Loaiza, exlanzador de Grandes Ligas y coach de pitcheo en El Águila. Con experiencia de 14 temporadas en MLB y siendo el abridor de la Liga Americana en el Juego de las Estrellas de 2003, Loaiza aporta conocimiento y credibilidad al desarrollo de Whitmore.
“Me encanta entrar en su mente y absorber conocimientos. Tiene una gran trayectoria profesional y, como habla inglés, puedo conectar fácilmente con él en cuanto a estrategias de juego”, explicó.
¿Una pionera en la LMB?
La liga ha tenido casos aislados de mujeres en el deporte profesional varonil, pero ninguna ha llegado al máximo circuito de la LMB. La excepción más cercana es Rosi del Castillo, lanzadora que jugó en ligas profesionales regionales dentro de México. Si Whitmore logra quedarse en el roster para la temporada regular, estaría escribiendo no solo una página en su historia personal, sino en la historia del deporte mexicano.
Según la Oficina de la Liga Mexicana de Beisbol, hasta ahora no existen prohibiciones explícitas hacia la participación de mujeres, pero el acceso y la visibilidad han sido escasos. La presencia de Kelsie supondría un parteaguas, abriendo la puerta para futuras generaciones de mujeres que deseen incursionar en este ámbito habitualmente masculino.
El futuro inmediato: ¿se queda o se va?
La temporada de la LMB 2025 está programada para comenzar la próxima semana. El cuerpo técnico de El Águila aún no ha tomado la decisión final respecto al lugar de Kelsie en el equipo. Sin embargo, con la pretemporada concluida y sin más juegos de preparación por delante, la decisión podría tomarse en cualquier momento.
Incluso si no logra quedarse en el plantel definitivo, la huella que ya ha dejado en la ciudad de Veracruz y en el béisbol mexicano es imposible de ignorar. Kelsie Whitmore ya es una pionera en todos los sentidos. Desde su paso por la Atlantic League hasta su intento por conquistar la LMB, su carrera inspira no solo por sus habilidades atléticas, sino por la actitud con la que desafía normas obsoletas.
Un grito de guerra para nuevas generaciones
Las historias como la de Kelsie son importantes porque nos obligan a reflexionar sobre quiénes tienen lugar en el campo de juego. Lo que en un principio parecía solo un intento, lentamente se está convirtiendo en una tendencia. El béisbol femenino profesional existe y tiene exponentes, pero aún lucha por espacio, visibilidad y legitimidad.
Según datos de WBSC (Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol), existen más de 300,000 mujeres registradas como jugadoras activas en el mundo, y los torneos de selecciones nacionales femeninas han aumentado significativamente desde 2015. Sin embargo, la profesionalización de estas atletas aún enfrenta muchas trabas.
Kelsie Whitmore se suma a nombres como Melissa Mayeux, la francesa que en 2015 se convirtió en la primera mujer elegible para la firma internacional por parte de la MLB (aunque nunca fue firmada), o la japonesa Yuki Kawabata, lanzadora sobresaliente en la liga femenina de su país.
Cada una en su contexto ha roto alguna barrera. Ahora, es turno de México abrir sus puertas.
¿Una revolución en marcha?
Lo que hace especial a Whitmore no es solo su talento, sino su capacidad para manejar la presión y mantenerse enfocada en lo que realmente le importa: el juego. No busca ser símbolo feminista, ni encarnar una agenda social; simplemente quiere desarrollar su destreza y vivir del deporte que ama.
“Esto es más que una pasión, es mi vida. No sé si hubiera tenido esta oportunidad antes, por eso la voy a aprovechar al máximo”, expresó.
En un país donde los estadios de béisbol vibran con tanta pasión, y donde cada equipo representa una comunidad, no es difícil imaginar un futuro donde figuras como Kelsie Whitmore se conviertan en ídolas. Y si de algo estamos seguros, es que el camino que está abriendo ahora será transitado en el futuro por muchas más.
Mientras tanto, la pelota está en el aire. Y todos estamos esperando a ver si Kelsie Whitmore hará historia nuevamente.