Leo Beenhakker: El Mago Táctico que Tocó las Puertas de la Gloria sin Cruzarlas

Un repaso íntimo, reflexivo y analítico por la vida y legado del entrenador holandés que marcó época en clubes y selecciones alrededor del mundo

El adiós a una leyenda del banquillo

Leo Beenhakker ha fallecido a los 82 años, cerrando una vida ligada íntimamente al fútbol, poblada de éxitos memorables, anécdotas inolvidables y una pasión irreductible por el juego. Su legado, tanto en clubes como en selecciones nacionales, es tan vasto como complejo. Si bien nunca levantó la codiciada Copa de Europa, llevó su filosofía táctica y su magnetismo personal por diversas latitudes, dejando huella tanto en Europa como en América y Asia.

Una triple corona con el Real Madrid

Cuando se habla de Beenhakker, es imposible no detenerse en sus tres títulos consecutivos de LaLiga con el Real Madrid entre 1986 y 1989. En una época en que el club vivía bajo la constante presión de la historia, Beenhakker logró ensamblar un equipo ganador que desplegaba un fútbol ofensivo y elegante. Con estrellas como Emilio Butragueño, Hugo Sánchez y Míchel, su Madrid dejó una marca estética y competitiva que aún hoy se rememora con nostalgia en el Bernabéu.

Fue este equipo el que también alcanzó tres semifinales consecutivas de la Copa de Europa, pero los fantasmas de la “Séptima” que finalmente llegaría en 1998 impidieron que Don Leo, como se le conocía, fuera su artífice.

El apodo que conquistó Europa: “La copa con las orejas grandes”

Entre las muchas aportaciones culturales de Beenhakker al mundo del fútbol, hay una que destaca particularmente: fue quien popularizó el término “De beker met de grote oren”—la copa con las orejas grandes—para referirse al trofeo de la Champions League. Una expresión que luego se convirtió en patrimonio del fútbol holandés y europeo, demostrando que incluso sin levantar ese trofeo, su identidad quedaría marcada en él.

Un trotamundos del fútbol

Beenhakker fue más que un técnico de equipos de élite. Dirigió a clubes en Turquía, Suiza, México y asumió los retos de selecciones nacionales con distintas culturas futbolísticas. Con Arabia Saudita participó en torneos internacionales, pero su hito más conmovedor llegó con la humilde selección de Trinidad y Tobago.

En 2006, escribió una de las páginas más hermosas del Mundial de Alemania al clasificar al pequeño país caribeño por primera vez a una Copa del Mundo. Aunque no superaron la fase de grupos, su presencia fue una oda al fútbol como fenómeno global e inclusivo. Trinidad y Tobago empató su debut contra Suecia (0-0) y mostró dignidad en todas sus actuaciones. Beenhakker fue clave en ello, no solo por su capacidad táctica, sino por cómo supo gestionar un grupo de jugadores desconocidos para la mayoría del mundo.

La polémica de Italia 1990: talento sin cohesión

En 1990, Beenhakker dirigió a los Países Bajos en el Mundial de Italia, una selección plagada de talento que había sido campeona de Europa dos años antes. Con nombres como Ruud Gullit, Marco van Basten y Frank Rijkaard, se esperaba una actuación memorable. Sin embargo, conflictos internos, luchas de ego y problemas de vestuario lastraron al equipo, que cayó en octavos de final ante Alemania Federal en un partido áspero y desdibujado.

Había demasiadas estrellas y poco equipo”, resumiría años después Beenhakker, evidenciando que en el fútbol de selecciones, el talento individual muchas veces no basta.

Ajax, Feyenoord y la paradoja de los opuestos

Quizá uno de los logros más llamativos de su carrera fue haber dirigidos los dos clubes neerlandeses más importantes: Ajax y Feyenoord. Con ambos fue campeón, aunque con el Ajax tuvo tres etapas distintas (1979-81, 1989-91 y como director técnico en 2000), reflejo del cariño y respeto mutuo, algo nada común en el volátil mundo del fútbol.

En su etapa como director técnico del Ajax fue crucial en el desarrollo de un joven Zlatan Ibrahimovic, quien luego diría: “Lo que él vio, yo me convertí. Y eso es lo mejor que puedo decir de un entrenador”.

Polonia 2008: la hazaña y el límite

En 2006 fue nombrado seleccionador de Polonia con el objetivo de clasificar a la Eurocopa 2008. Lo logró, y con ello se convirtió en el primer técnico en llevar a los polacos a una Eurocopa en su historia. Si bien el torneo continental fue decepcionante en resultados —Polonia no ganó un solo partido—, el hecho de haber llegado fue en sí un hito. La prensa local lo bautizó como “El Holandés Milagroso”.

El mérito de Beenhakker radicó en crear una estructura funcional en un equipo sin grandes estrellas, dejando una base sobre la que trabajaron técnicos posteriores como Adam Nawałka y Jerzy Brzęczek.

Una mentalidad humanista

Más allá del pizarrón, Beenhakker fue ante todo un entrenador con una sensibilidad especial. El exfutbolista Jan Wouters lo definió como “un entrenador muy humano que entendía cosas más allá del fútbol”. Esa sensibilidad es la que le permitió gestionar vestuarios complejos, mediar en situaciones de conflicto y conectar con futbolistas a nivel personal.

Su calvicie característica, su siempre presente cigarro y sus gafas redondas lo hacían inconfundible en las líneas de banda. Beenhakker no era solo un entrenador, era un personaje de otra época. Parecía un director de orquesta llevando una sinfonía táctica con pasión y mesura.

¿Qué le faltó?

Suena paradójico, pero a Leo Beenhakker le faltó quizás la dosis de suerte final que corona a los campeones eternos. Siempre estuvo al borde de la cúspide, pero la gloria internacional le fue esquiva en los momentos finales. No obstante, su impacto táctico perdura. Fue un pionero en la presión alta, un defensor del juego de posesión, y un amante de los extremos rápidos. Su Real Madrid fue semilla del concepto moderno del “fútbol posicional”.

Leo Beenhakker en cifras

  • 3 títulos de LaLiga (1987, 1988, 1989) con Real Madrid
  • 3 títulos de la Eredivisie (2 con Ajax, 1 con Feyenoord)
  • Clasificación de Trinidad y Tobago a su único Mundial (2006)
  • 4 semifinales de la Copa de Europa
  • Primer técnico en llevar a Polonia a la Eurocopa (2008)

Un último adiós, con admiración

El club Real Madrid publicó un comunicado lleno de afecto: “Real Madrid desea expresar sus condolencias y cariño a su familia, clubes y seres queridos”. Ajax, por su parte, lo definió como un “icono del fútbol neerlandés y una figura verdaderamente única en nuestra historia”.

En una industria donde las memorias suelen ser cortas, la figura de Leo Beenhakker se sostiene como el ejemplo del entrenador que trascendió más allá de los títulos. El hombre que tocó muchas puertas de la gloria sin entrar, pero que sí supo abrir otras, más humanas y duraderas: las del respeto, la innovación y el legado intergeneracional.

Don Leo, el mundo del fútbol te llora, pero más aún, te celebra.

Por: @FútbolConHistoria

Este artículo fue redactado con información de Associated Press