Innovación a flote: cambios revolucionarios en la pesca del cangrejo Dungeness para proteger a las ballenas

California apuesta por tecnología 'pop-up' para evitar enredos de ballenas y reactivar una industria pesquera golpeada

San Francisco, California – Durante más de una década, los pescadores de cangrejo Dungeness frente a la costa oeste de Estados Unidos han tenido que enfrentarse a una dura realidad: una temporada de pesca más corta impuesta por regulaciones destinadas a proteger a las ballenas jorobadas y otras especies marinas vulnerables. Pero un cambio crucial se está gestando bajo las olas, y podría marcar el renacimiento de esta centenaria actividad pesquera.

La amenaza de los enredos marinos

A partir de 2015, los avistamientos y enredos de ballenas en trampas verticales destinadas a la captura de cangrejos comenzaron a multiplicarse de forma peligrosa. Según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), más de 50 ballenas quedaron enredadas en aparejos de pesca ese año, una cifra cinco veces mayor que el promedio anual anterior.

La mayor parte de estos casos involucraban a ballenas jorobadas, listadas como especie en peligro de extinción desde la década de 1970. Este preocupante aumento respondió, entre otras causas, a una ola de calor marina que desplazó a los cetáceos hacia las aguas costeras en busca de alimento.

El impacto económico para los pescadores

Ante este escenario, California implementó fuertes restricciones: cerró o redujo la temporada de captura del cangrejo Dungeness en cuanto se detectaba presencia de ballenas. Para los más de 500 pescadores licenciados en el estado, esto supuso una pérdida significativa de ingresos.

“Son ya seis años sufriendo temporadas recortadas o retrasadas”, lamenta Brand Little, pescador de San Francisco involucrado en los esfuerzos de innovación. “Esta tecnología es una oportunidad para recuperar nuestra industria”.

La tecnología 'pop-up': innovación desde las profundidades

Ante la crisis, California lanzó en 2023 un programa piloto para probar una solución novedosa: el 'equipo pop-up' o de aparición remota. Este método elimina el uso de líneas verticales, el principal factor de riesgo de enredos fatales para las ballenas.

El nuevo sistema utiliza un dispositivo acústico activado remotamente que libera la trampa desde el fondo del mar sin necesidad de estar sujeta a una boya en la superficie. Así, las trampas pueden dejarse conectadas horizontalmente entre sí en el lecho marino, permitiendo que las ballenas naden por encima sin peligro.

“Si eliminas la cuerda vertical, eliminas el riesgo de enredo, y permites que la pesca continúe”, asegura Ryan Bartling, científico ambiental del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California.

Retos y resistencia entre los pescadores

Aunque la tecnología ya se ha probado en otras especies (langosta en Maine, lubina negra en Georgia, e incluso en Australia y Canadá), la comunidad pesquera de California se ha mostrado prudente. ¿La principal traba? El costo económico.

  • Cada unidad 'pop-up' cuesta aproximadamente $1,000 USD, más una estación a bordo.
  • Se requiere restringir y adaptar toda la infraestructura de trampas luego de cada temporada intensa de invierno.
  • No existe aún un sistema unificado de rastreo que permita ubicar las trampas que no tienen marcador en la superficie.

No obstante, algunos pescadores, como Ben Platt, que anteriormente se oponían, ya están más abiertos a la idea debido a las mejoras recientes: “El hecho de poder conectar varias trampas en línea lo hace más intuitivo y económico”.

Impacto ambiental y legal

En 2019, grupos ambientalistas interpusieron una demanda contra el Estado de California por el aumento en los enredos, lo que culminó en un acuerdo que incentiva activamente el uso de equipo sin cuerdas.

“Esta podría ser una oportunidad importante”, dice Geoff Shester, científico senior de Oceana, una ONG dedicada a la conservación marina. “Piénsalo como los autos eléctricos o las cámaras digitales: toda tecnología nueva enfrenta resistencia al principio”.

Con el respaldo del fallo judicial, la idea es que el uso de esta tecnología se vuelva obligatorio en la temporada de primavera a partir de 2026, cuando las ballenas aún podrían migrar cerca de la costa.

¿Una solución exportable?

El diseño de esta tecnología no es completamente nuevo, pero sí lo es su adaptación al ámbito pesquero. Bart Chadwick, fundador de Sub Sea Sonics en San Diego, venía utilizando estos dispositivos para recuperar equipos científicos. Cuando se retiró, los rediseñó para servir a la pesca.

“Les permite trabajar en áreas donde antes no se podía pescar”, asegura Chadwick. También señala que el sistema disminuye la pérdida de equipos, uno de los principales dolores de cabeza para los pescadores.

Más allá de California, los defensores de la tecnología esperan que el modelo se amplíe a otras costas del mundo. Eliminar por completo las líneas verticales podría ser una solución global para reducir los impactos de la pesca sobre los cetáceos.

Un futuro más sostenible y conectado

Para pescadores como Stephen Melz, esta tecnología representa más que una tendencia: es una vía para sobrevivir en un entorno cambiante. Antes de las restricciones, salía a pescar cangrejo desde noviembre hasta la primavera. Ahora, tiene una ventana reducida y sin margen de error.

“Mejor que quedarme en el muelle”, dice. Con las nuevas herramientas, puede recuperar parte del control sobre su sustento.

La historia del cangrejo Dungeness en California es, en sí misma, una metáfora del futuro de muchas industrias tradicionales: aquellas que, para sobrevivir, deben no solo adaptarse, sino también innovar en armonía con el planeta.

En un mundo asediado por el cambio climático, las soluciones como el equipo 'pop-up' son cada vez menos una opción y más una necesidad inaplazable.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press