Treguas rotas y ofensivas latentes: el frágil intento de paz entre Rusia y Ucrania
Acusaciones cruzadas, ofensivas en puerta y diplomacia estancada demuestran que la paz aún está lejos en una guerra que cumple tres años
La paz, una promesa que se esfuma
Tres años después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, los informes que llegan desde las mesas de negociación siguen siendo sombríos. En el reciente Foro de Diplomacia de Antalya en Turquía, los jefes diplomáticos de Rusia y Ucrania utilizaron el escenario no para acercarse a una solución conjunta, sino para intercambiar más acusaciones sobre violaciones a un frágil acuerdo de tregua de 30 días, aparentemente mediado por Estados Unidos. A pesar de haber aceptado ese cese limitado de bombardeos contra infraestructura energética, ambas partes se acusan de haber incumplido el trato casi de inmediato. Mientras el canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que Moscú ha respetado los términos del acuerdo, el ucraniano Andrii Sybiha denunció una intensa ofensiva rusa iniciada apenas horas después de pactar la pausa.Datos que reflejan el fracaso del acuerdo
Según cifras de Sybiha, desde que se anunció el alto al fuego, Rusia ha lanzado:- Alrededor de 70 misiles
- Más de 2.200 drones explosivos
- Más de 6.000 bombas aéreas guiadas
Intervenciones internacionales: ¿una herramienta útil o una distracción?
El embajador especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, se reunió recientemente con el presidente ruso Vladimir Putin para discutir las perspectivas de paz. A la par, los aliados europeos de Ucrania han prometido miles de millones de dólares en asistencia militar, lo que muestra que la esperanza en la paz no ha detenido la maquinaria bélica. En Europa, muchas naciones ven con recelo el aparente inmovilismo ruso. El propio Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, escribió en redes sociales que “Rusia tiene que moverse ya en el camino hacia el fin de la guerra. Es terrible e insensata”. No obstante, ese movimiento parece lejano. Rusia ha bloqueado propuestas más amplias para un cese permanente, imponiendo condiciones que Ucrania y sus aliados consideran inaceptables. Lavrov, incluso, condicionó un acuerdo sobre la navegación segura en el Mar Negro —también discutido en las negociaciones en Arabia Saudita— al levantamiento de restricciones económicas, como el acceso a seguros marítimos y sistemas de pagos internacionales, así como puertos.El peso de la guerra sobre el pueblo ucraniano
Mientras los diplomáticos debaten treguas fallidas y estrategias diplomáticas, las víctimas continúan acumulándose. Uno de los momentos más emotivos de la semana fue la despedida del joven soldado ucraniano Oleksandr Samoilovich, de apenas 18 años, caído recientemente en combate. Su funeral, realizado en la ciudad de Slavuta, dejó una imagen desgarradora: su madre y hermano llorando sobre el ataúd con la bandera ucraniana. Ucrania ha advertido que Rusia planea lanzar una nueva ofensiva durante la primavera, lo que elevaría aún más la tensión. El invierno proporcionó a Moscú una ventaja táctica, y ahora busca consolidarla en el campo de batalla para mejorar su posición en futuras negociaciones.El precedente del Mar Negro: acuerdos rotos
El Black Sea Grain Initiative, acuerdo previamente negociado por la ONU y Turquía en 2022 para permitir el comercio marítimo desde Ucrania, fue cancelado por Rusia el año siguiente por “incumplimientos occidentales”. Hoy, los esfuerzos por establecer una nueva vía segura para los buques comerciales enfrentan trabas similares. El transporte marítimo en la zona es vital para la economía ucraniana y global. Antes del conflicto, Ucrania exportaba más de 5 millones de toneladas de grano al mes a través de sus puertos del mar Negro, y su cierre ha provocado severas crisis alimentarias en África y Medio Oriente.Europa se compromete, pero no lidera
Los países europeos han prometido ayuda financiera y armamentística, pero también existe un sentimiento de impotencia frente al impasse diplomático prolongado. Francia, Alemania, Polonia y los países bálticos han sido especialmente insistentes en que Moscú debe retirarse de los territorios ocupados antes de que haya posibilidad real de paz. Sin embargo, estas exigencias no parecen surtir efecto. Rusia sigue atrincherada en buena parte del este ucraniano y ha reforzado sus posiciones. Se estima que el Kremlin aún mantiene más de 150.000 soldados activos en territorio ucraniano, complementados con grupos paramilitares y fuerzas aliadas.¿Qué sigue para Ucrania?
Ucrania enfrenta un dilema complejo: aceptar treguas limitadas que pocos respetan, endurecer su defensa ante una nueva ofensiva, o considerar concesiones que podrían cambiar permanentemente su geografía y soberanía. La voluntad de paz de Kyiv parece genuina, pero sostenida por condiciones mínimas de justicia y dignidad territorial que Moscú no está dispuesto a conceder. Otro peligro es la fatiga bélica internacional. Aunque Estados Unidos y Europa siguen apoyando firmemente a Ucrania, las prolongadas negociaciones y los escasos avances amenazan con evaporar parte de ese respaldo.Un futuro incierto
Si algo ha demostrado el reciente Foro de Antalya es que ni siquiera los líderes diplomáticos ponen sobre la mesa propuestas realistas para la paz duradera. La guerra, iniciada en febrero de 2022, ya ha dejado más de 500.000 muertos y heridos, y desplazado a millones. A medida que se acumulan las víctimas y escasean los gestos de buena voluntad, las esperanzas de una solución se disuelven entre drones explosivos y promesas diplomáticas vacías. Mientras tanto, familias como la de Oleksandr Samoilovich siguen enterrando a sus hijos, símbolo de cómo las decisiones políticas y las estrategias diplomáticas fallidas tienen un rostro humano que nunca debe olvidarse. Este artículo fue redactado con información de Associated Press