El otro draft: héroes anónimos que desafían las probabilidades rumbo a la NFL
Desde institutos olvidados hasta ser estrellas en el combine: cómo Cam Ward y otros improbables talentos están reescribiendo las rutas hacia el profesionalismo
Cam Ward, Harold Fannin Jr., Cam Skattebo, Carson Schwesinger… son nombres que pronto podrían hacer eco en los estadios de la NFL. Pero hasta hace poco, eran sólo una nota al pie en la historia del fútbol americano colegial. Hoy, gracias a la combinación entre perseverancia personal, cambios en las reglas de transferencia y la era NIL, estos jugadores han recorrido caminos atípicos que desafían el molde tradicional del atleta profesional.
De olvidado a potencial pick número uno: La historia de Cam Ward
Nacido en West Columbia, Texas, una población con menos de 4,000 habitantes, Cam Ward no tenía los reflectores sobre él en su etapa de preparatoria. Su equipo ejecutaba una ofensiva Wing-T, en la que apenas lanzaba el balón una docena de veces por partido. Las universidades grandes simplemente no prestaban atención. Su única oferta: una beca en un pequeño programa FCS, Incarnate Word en San Antonio.
“Recé por este momento desde que tenía seis años”, dijo Ward durante el Scouting Combine de la NFL. “Siempre supe que quería ser profesional en algo… fútbol, béisbol o baloncesto, pero nunca dejé que nadie me hiciera renunciar al sueño.”
El sueño comenzó a fructificar en su temporada freshman: se convirtió en titular, rompió récords y eventualmente fue transferido a Washington State, y finalmente a Miami, donde terminó su carrera universitaria como uno de los mariscales más eficientes del país. Hoy, se proyecta como una de las primeras selecciones del Draft 2025 de la NFL.
Harold Fannin Jr. y los estragos ocultos de la pandemia
La historia de Fannin es otra gema escondida. El ala cerrada de Bowling Green apenas recibió una oferta para jugar fútbol universitario, debido a problemas académicos derivados del COVID-19. Muchos reclutadores lo pasaron por alto. Hoy es considerado uno de los cinco mejores alas cerradas rumbo al draft según evaluadores como NFL Draft Tracker.
Fannin lideró el país en yardas por recepción en su posición durante la temporada pasada, lo que le valió entrar en la lista de observación del Premio Mackey, otorgado al mejor ala cerrada del país. “Cuando vi que lideraba las estadísticas, supe que algo bueno estaba sucediendo”, dijo.
Cam Skattebo: entre la comodidad del hogar y la gloria en Arizona State
Para Skattebo, el trayecto inició en el norte de California. Después de rechazar las escasas ofertas del FCS proveniente de Sacramento State, optó por transferirse a Arizona State tras la salida de su coach rumbo a Stanford. Ahí, se convirtió en una de las armas ofensivas más versátiles de su conferencia.
“Era hora de dejar mi zona de confort”, reconoció. “Transferirme fue la mejor decisión de mi vida.”
Walk-ons que se convirtieron en estrellas
- Carson Schwesinger (linebacker, UCLA): comenzó como walk-on, sin beca. Su desempeño lo llevó a convertirse en titular e incluso ser uno de los 329 invitados al combine este año.
- Dan Jackson (safety, Georgia): inició sin compensación económica alguna y terminó como parte crucial de uno de los mejores programas del país.
- David Walker (linebacker): dejó el programa DII de Southern Arkansas Muleriders para jugar en otra universidad FCS y demostrar su valía.
Lo sorprendente es que varios de estos jugadores están ahora entre los mejores cinco prospectos en sus posiciones. La resiliencia y auto confianza fueron elementos clave. “Sabía que este era mi objetivo. Cuando empecé las prácticas en UCLA, le dije a mi madre: ‘Voy a entrar a la NFL’”, contó Schwesinger con confianza.
El papel crucial del Transfer Portal y el NIL
Uno de los grandes cambios en el fútbol universitario ha sido la habilitación del "Transfer Portal", que permite a los jugadores cambiar de universidad sin perder elegibilidad. Esto, combinado con la llegada del NIL (Name, Image and Likeness), que permite monetizar su imagen, ha transformado la dinámica del desarrollo de talento.
Según datos de la NCAA, más de 2,000 jugadores han hecho uso del portal en los últimos dos años. Muchos de ellos, como Ward y Skattebo, aprovecharon esas oportunidades para subir a escenarios más competitivos y preparar su entrada al profesionalismo. El NIL, por su parte, ha permitido que no sólo busquen transferencias por exposición, sino también por compensación financiera, lo que equilibra sus decisiones entre crecimiento deportivo y estabilidad personal.
¿El nuevo molde del talento NFL?
Es evidente que el modelo de reclutamiento en la NFL evoluciona. Las franquicias buscan ya no sólo al atleta de cinco estrellas de preparatoria, sino también a quienes han demostrado capacidad de adaptación, tenacidad, y liderazgo en circunstancias adversas.
Ward, por ejemplo, pasó de estar completamente fuera de los rankings en 2020, a estar considerado como el mariscal más completo en el draft 2025 por analistas como Mel Kiper Jr. y Daniel Jeremiah.
“Desde jugar Wing-T hasta atravesar el país de Washington a Miami, cada experiencia me preparó... nunca sabes a dónde te llevará el fútbol”, reflexionó Ward.
¿Qué podemos aprender de estos caminos alternativos?
Para los fanáticos, es una mirada inspiradora sobre lo que ocurre más allá de los reflectores de Alabama, Ohio State o Georgia. Para entrenadores y scouts, es una invitación a mirar más allá del pedigree y a valorar contextos, mentalidades y trayectorias.
Ward, Fannin, Skattebo, Schwesinger… representan una nueva generación de atletas que demuestran que, incluso desde las sombras del sistema, el sueño profesional aún es alcanzable con trabajo, resiliencia y oportunidad.
En palabras del propio Ward: “No dejes que nadie defina tu camino. Si tú crees que puedes llegar, entonces trabaja hasta que suceda.”