Paul Skenes y Henry Davis: La Batería Número Uno en la Historia de la MLB

Cómo dos elecciones número uno del draft se reencontraron para hacer historia en los Pittsburgh Pirates

Una noche que marca un hito en Pittsburgh

El lunes 14 de abril de 2025 fue una noche que quedará tatuada en la memoria de los fanáticos más apasionados del béisbol. En el PNC Park de Pittsburgh, durante una victoria dominante de los Pirates por 10-3 sobre los Nationals de Washington, se escribió una página histórica en el manual del béisbol profesional: por primera vez en la historia de la Major League Baseball (MLB), un pitcher y un receptor —ambos seleccionados con la primera elección general del draft— conformaron una batería titular.

Paul Skenes (número uno del draft 2023) en el montículo, y Henry Davis (número uno de 2021) detrás del plato. Juntos hicieron historia sin buscarlo, sin haber sido planeado. Y eso lo hace aún más especial.

El camino hacia el récord: Trayectorias dispares

Que ambos fueran seleccionados como primeras elecciones globales en sus respectivos drafts ya los colocaba en el radar de quienes siguen el desarrollo de prospectos en las Grandes Ligas. Sin embargo, sus trayectorias hasta el lunes por la noche no podían ser más distintas.

  • Skenes fue una sensación desde el primer lanzamiento con el uniforme de los Pirates. Dominante, carismático y cerebral, su ascenso fue meteórico.
  • Davis, por el contrario, ha vivido una mezcla de altibajos. Desde que fue seleccionado por Pittsburgh tras una carrera notable en la Universidad de Louisville, su transición a la receptoría de élite ha sido dificultosa y llena de sacrificios.

El lunes, Davis no estaba ni siquiera programado para ser titular. Fue apenas tras una lesión de Endy Rodríguez que le tocó vestirse y salir al terreno. Su habilidad para leer el «game plan» en su muñequera y conectar rápidamente con Skenes fue clave para que este último tuviese una de sus salidas más sólidas en MLB.

Una victoria autoritaria: la estadística también cuenta la historia

Skenes brilló durante seis entradas, donde retiró a 15 de 16 bateadores en un tramo y demostró toda su categoría con una combinación de lanzamientos que desconcertó a la alineación de Washington. Su efectividad no solo radica en su poderosa recta, sino en su inteligencia táctica y capacidad de adaptación.

La actuación dominante de Skenes fue complementada por un bateo eficaz de Pittsburgh, que rompió el juego en la tercera entrada. Y ahí estaba Davis, cumpliendo perfectamente su papel en la batería histórica. El receptor fue elogiado por su compostura bajo presión.

¿Por qué ha tardado tanto en suceder algo así en la MLB?

En más de 50 años de sistema de draft en las Grandes Ligas, nunca antes un receptor y un pitcher, ambos seleccionados como elección global #1 en años distintos, habían formado batería en un partido de temporada regular. Esto se debe a distintos factores:

  • Desarrollo distinto por posición: El desarrollo de lanzadores tiende a ser más estructurado y enfocado en habilidades medibles como velocidad, rotación de lanzamientos y control. El de los receptores, en cambio, implica una gama más compleja que incluye bloqueo, llamado de juego, framing y manejo de personal.
  • Lesiones y movimientos de roster: Muchos jugadores seleccionados como receptores número uno han tenido trayectorias marcadas por lesiones o cambios de posición.
  • Expectativas versus realidad: No todos los jugadores elegidos #1 cumplen las expectativas. La presión, los cambios organizacionales o incluso decisiones erradas en cuanto a desarrollo pueden truncar carreras que, en teoría, eran prometedoras.

Por eso, ver a Skenes y Davis compartiendo batería fue más que una coincidencia. Fue una rara culminación de miles de pequeñas variables, muchas de ellas improbables.

El trasfondo emocional: El peso del draft y del legado

En la cultura beisbolera de Estados Unidos, ser el #1 del draft trae consigo un peso simbólico y práctico. Se espera más. Se exige más. Y se perdona menos. Paul Skenes, con apenas 11 meses en el sistema de Grandes Ligas, ya ha cumplido (y superado) esas expectativas.

Henry Davis, en cambio, sigue peleando por demostrar que ese lugar como primera selección en 2021 no fue un error. Su promedio de bateo de .188 en sus primeros 101 juegos es preocupante, pero su entrega y preparación constante siguen brindándole oportunidades en un equipo que necesita tanto liderazgo como talento.

Como dijo el mismo Skenes sobre Davis: “Puede llamar el juego. Estaba preparado. No es una sorpresa.”

Pirates: Entre flashes de esperanza y frustración institucional

Los Pirates viven una situación institucional compleja. A pesar de tener uno de los sistemas de desarrollo de lanzadores más prometedores, han fallado estrepitosamente en la captación y consolidación de talento de posición. La muestra está en su alineación del lunes, donde solo tres jugadores fueron desarrollados internamente, y dos de ellos (Andrew McCutchen y Adam Frazier) son veteranos recontratados.

La temporada 2025 ya tiene sus retos. Las decisiones del gerente general Ben Cherington y del manager Derek Shelton están bajo la lupa. Ambos están en su sexto año al frente de un proyecto que ilusiona en el brazo de Skenes, pero que decepciona en resultados globales.

El impacto mayor: Un símbolo para la afición

Para una afición desesperada por resultados, ver juntos a Skenes y Davis no solo fue un momento histórico registrado en los libros de MLB, sino también un rayo de esperanza e incluso una válvula catártica en medio de una temporada cargada de frustración.

El tiempo dirá si Davis logra finalmente afianzarse como el receptor titular. Las lesiones de Joey Bart y Endy Rodríguez le han abierto una ventana. De él depende convertir esta coyuntura en consolidación.

Fue él mismo quien lo dijo, con humildad y prudencia: “Fue genial tener la oportunidad. Me alegro de que ganamos.”

Más allá del campo: símbolos, rituales y casualidades

Como telón de fondo de esta efeméride beisbolera está una anécdota curiosa y simbólica. El legendario Andrew McCutchen obsequió a sus compañeros unas cadenas negro y dorado (los colores de los Pirates) como muestra de liderazgo y unidad.

Mientras Skenes brillaba y Davis cumplía con creces su rol, ambos portaban dichas cadenas. Como si se tratara de un símbolo de un pasado glorioso que el equipo quiere recuperar y un futuro prometedor que empieza ahora.

Una batería que puede cambiar la narrativa

La historia de las Grandes Ligas está llena de momentos únicos: debuts soñados, récords impensables, regresos legendarios. Esta batería entre Davis y Skenes entra sin duda en esa lista. No por el impacto inmediato del juego —una victoria necesaria sobre un rival en reconstrucción— sino por lo que puede llegar a significar.

Tal vez estemos viendo el inicio de una relación que redefina el proyecto de Pittsburgh. Tal vez solo haya sido una coincidencia con fecha de caducidad. Pero por una noche, todo pareció alinearse para recordarnos por qué amamos el béisbol: por esas pequeñas grandes historias de redención, esfuerzo y legado compartido.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press