Wink Martindale: La leyenda del entretenimiento que redefinió los concursos televisivos

De entrevistas con Elvis a pionero de los game shows, la historia e impacto de un ícono de la televisión estadounidense

Una vida dedicada a la televisión y la radio

Wink Martindale, cuyo carisma y voz inconfundible formaron parte del imaginario colectivo estadounidense durante décadas, falleció a los 91 años. Su partida marca el fin de una era donde los programas de concursos reinaban en la televisión y eran verdaderos fenómenos culturales.

Martindale falleció en California después de luchar contra un linfoma durante un año. Su vida y carrera ejemplifican la evolución del entretenimiento televisivo en Estados Unidos, desde los días tempranos del rock 'n' roll hasta el auge de los programas de concursos de los años 70 y 80.

Una de las primeras voces en entrevistar a Elvis Presley

Mucho antes de convertirse en la cara de programas como Gambit y Tic-Tac-Dough, Martindale ya era una figura respetada en la radio. Comenzó su carrera a los 17 años como DJ en WPLI en Tennessee, y muy pronto se convirtió en el rostro juvenil de la nueva ola musical que cruzaba América: el rock 'n' roll.

Una anécdota destacada de su trayectoria fue la entrevista que realizó a un joven Elvis Presley en 1956 en su programa de televisión Top Ten Dance Party. Martindale, entonces presentador en WHBQ de Memphis, jugó un papel fundamental en la diseminación del talento de Presley, lo que cimentó una amistad ocasional entre ambos durante décadas.

El ascenso vertiginoso de Gambit: cuando el blackjack conquistó la televisión

Gambit, que debutó en 1972, marcó un hito en la historia de los concursos. Basado en el blackjack (21), el programa combinaba música, agilidad mental y suerte. Martindale escribió en sus memorias que las reglas simples fueron clave del éxito: "KISS: Keep It Simple, Stupid". El programa empezó el mismo día que The Price is Right y The Joker's Wild, pero rápidamente tomó ventaja en las audiencias.

Durante más de dos años, Gambit superó en ratings a sus competidores en NBC y ABC. Sin embargo, la llegada de Wheel of Fortune en 1975 cambiaría el panorama televisivo. En diciembre de 1976, Gambit salió del aire, pero Martindale no tardó en reinventarse.

Tic-Tac-Dough: la consagración definitiva

En 1978, Martindale regresó con Tic-Tac-Dough en la CBS, un juego de preguntas y respuestas basado en la clásica cuadrícula de tres por tres. El programa fue un éxito rotundo, y Martindale se convirtió en una celebridad televisiva aún más consolidada.

Durante su conducción, se dio una de las rachas más impresionantes de un concursante en la historia de los game shows. Thom McKee, teniente de la Marina estadounidense, ganó más de $300,000 en premios, incluyendo ocho autos, tres veleros y 16 viajes. “Ganar tanto dinero puede cambiar vidas”, dijo Martindale sobre esta increíble etapa.

Se estima que durante sus siete años como anfitrión de Tic-Tac-Dough, Martindale entregó más de $7 millones en premios.

Un prolífico creador tras bastidores

Lejos de buscar sólo el protagonismo, Martindale fundó su propia productora, Wink Martindale Enterprises, con la que desarrolló nuevos formatos.

  • “Headline Chasers” (1985): un intento interesante, aunque duró solo una temporada.
  • “Bumper Stumpers”: transmisiones conjuntas en EE.UU. y Canadá entre 1987 y 1990.
  • “Debt” en Lifetime de 1996 a 1998, con buena recepción por parte del público joven.
  • “Instant Recall” (2010) en GSN, donde combinó el recuerdo con el humor y las sorpresas.

En total, Martindale participó en más de 20 programas de concursos, lo cual lo posiciona como una de las figuras más constantes y prolíficas en la historia del género.

El DJ que nunca dejó su primer amor

A pesar de su éxito televisivo, Martindale siempre mantuvo una conexión especial con la radio. Desde sus inicios en KHJ y KRLA, hasta sus dos etapas en KMPC, propiedad del famoso actor Gene Autry, Martindale cultivó una habilidad especial como comunicador —una cualidad que muchos atribuyen a su facilidad para improvisar al aire.

Incluso en la última etapa de su vida, volvió a sus raíces radiofónicas. En 2012 lanzó el programa especial "The 100 Greatest Christmas Hits of All Time", y en 2021 presentó “The History of Rock ‘n’ Roll”, reafirmando su pasión por la música y su capacidad narrativa.

Datos curiosos, anécdotas y su legado

Uno de los aspectos más recordados de Martindale era su peculiar nombre de pila. Nacido como Winston Conrad Martindale en 1933 en Jackson, Tennessee, comenzó a ser conocido como "Wink" gracias a un apodo que le dio un amigo de la infancia. Curiosamente, no tiene ninguna relación con Don Martindale, actual coordinador defensivo de fútbol americano en Michigan, a quien también apodan “Wink”.

Además de su carrera en programas y radio, Martindale tuvo un breve coqueteo con la música grabada. En 1959, su versión hablada de la canción patriótica “Deck of Cards” fue un éxito sorpresivo, llegando al puesto número 7 del Billboard Hot 100 y vendiendo más de un millón de copias.

Su actuación en The Ed Sullivan Show con esa pieza lo posicionó como un rostro multifacético en la cultura pop estadounidense. Aunque no repetiría ese éxito como cantante, demostró una vez más su versatilidad y entrega.

Una figura que impactó generaciones

Martindale no solo entretuvo a millones: sirvió como modelo para generaciones de presentadores y productores. Su capacidad para improvisar, conectar con el público y mantener la cuota justa de emoción y tensión, representa un arte ya casi perdido en tiempos de automatización y reality shows.

Su longevidad en el medio habla no solo de su talento, sino de su adaptabilidad. Desde la era dorada de la televisión en blanco y negro hasta Internet y redes sociales, Martindale supo mantenerse vigente, sin perder su esencia ni su estilo elegante y afable.

Familia y vida personal

Martindale estuvo casado en dos ocasiones. Su segundo matrimonio, con Sandy —quien curiosamente tuvo una breve relación con Elvis Presley— duró 49 años. De su primer matrimonio tuvo cuatro hijos, y era abuelo de numerosos nietos. Su hijo Wink Jr. falleció antes que él, una tragedia que marcó profundamente a la familia.

Un legado que sigue vivo

En una era en la que los programas de talento y la televisión en vivo han sido en parte reemplazados por plataformas digitales on-demand, el legado de Martindale permanece como testimonio de una época donde la televisión tenía el poder de unir a familias frente a la pantalla, y donde personajes como él no solo servían como anfitriones: eran parte esencial del ADN cultural.

Su frase de cabecera bien podría haber sido una lección para las nuevas generaciones de comunicadores: “Keep it simple, stupid”. En un mundo cada vez más saturado de información, quizás volver a la sencillez, a la conexión humana genuina, sea el mejor tributo que podamos hacerle.

Descanse en paz, Wink. Y gracias por tantas horas de diversión, emoción y estilo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press