El imperio financiero de la Iglesia Mormona: fe, fondos y controversias

Una mirada a las acusaciones de fraude, los desafíos legales y el manejo de más de $100 mil millones por parte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El peso de la fe y la economía

Durante décadas, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días —conocida popularmente como la Iglesia Mormona— se ha aferrado con fuerza a su sistema de diezmos y un enfoque meticuloso en el manejo de recursos. Cada año, millones de fieles alrededor del mundo entregan el 10% de sus ingresos a la iglesia, como expresión de fe y devoción. Sin embargo, en los últimos años, este sistema ha generado controversias legales, inquietudes públicas e investigaciones federales.

En este artículo nos sumergimos en un análisis profundo del modelo financiero de esta organización religiosa, desde el funcionamiento de su brazo inversor Ensign Peak Advisors, hasta las recientes demandas y sanciones que han sacudido la imagen de transparencia que la institución ha querido proyectar.

¿Dónde está el dinero del diezmo?

Los miembros de la Iglesia Mormona están llamados a donar un 10% de sus ingresos regulares: un hábito conocido como "diezmo" (tithing, en inglés). Según declaraciones de la Iglesia, estos fondos se destinan a fines religiosos como la construcción y mantenimiento de templos, programas misioneros, educación religiosa y ayuda humanitaria. No obstante, una parte significativa de ese dinero ha terminado en inversiones gestionadas por Ensign Peak Advisors, una entidad sin fines de lucro establecida en 1997.

Según datos revelados por el exgerente de inversiones David Nielsen y documentos presentados ante el Senado de EE. UU., el fondo de Ensign Peak creció a más de $100 mil millones en valor con el paso de los años (fuente: New York Times). Nielsen alegó que gran parte del dinero fue mantenido en cuentas de inversión sin usarse nunca para causas benéficas.

El papel de Ensign Peak Advisors

Esta firma de inversiones actúa de manera casi invisible, o al menos lo hacía hasta su confrontación con la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos). En febrero de 2023, la SEC multó con $5 millones a la Iglesia y a Ensign Peak por utilizar empresas fantasma para ocultar la verdadera magnitud de su portafolio de inversiones.

La estrategia de Ensign Peak era dividir la cartera de activos entre múltiples entidades (shell companies) para evitar llamar la atención regulatoria, según las alegaciones. Esta táctica levantó señales de alarma sobre la transparencia del manejo financiero de una institución religiosa exenta de impuestos.

Fraude o prudencia financiera: el gran debate

El corazón de las demandas legales yace en una cuestión fundamental: ¿es fraude invertir dinero destinado supuestamente para caridad, aunque quien lo recibe (la iglesia) mantenga que se trata de preparación para el futuro? Un grupo de feligreses interpuso una demanda federal en Utah en 2023 alegando precisamente eso. Sin embargo, un juez federal desestimó el caso en mayo de 2024 argumentando que ya había expirado el plazo de tres años para presentar acusaciones de fraude.

Este no fue el único intento legal. En 2021, James Huntsman, hermano del exgobernador de Utah Jon Huntsman Jr., reclamó la devolución de $5 millones que había donado a la Iglesia antes de abandonarla. El caso también fue desestimado por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito.

La Iglesia, por su parte, defiende que los diezmos son una forma de "expresión de fe" y que los fondos se manejan con responsabilidad y supervisión por parte de líderes superiores. El portavoz Sam Penrod declaró en respuesta a los fallos judiciales que "las donaciones se usan cuidadosamente y con sabiduría".

El silencio interno y la presión externa

A pesar de los múltiples señalamientos públicos e informes de medios de alcance internacional, la Iglesia ha mantenido un aura de secretismo respecto a sus finanzas. No publica balances detallados ni permite auditorías públicas independientes. Este modelo ha sido interpretado por sus críticos como una estrategia para mantener el control absoluto sin rendir cuentas.

El caso se agrava cuando se considera que Ensign Peak solo ha gastado dinero de sus inversiones en dos ocasiones destacables en más de dos décadas. La primera fue en 2009, cuando se asignaron $600 millones para rescatar una aseguradora con fines de lucro que estaba en dificultades financieras. La segunda fue entre 2010 y 2014, con una inversión de $1.4 mil millones para construir un centro comercial cerca de Temple Square en Salt Lake City.

¿Es esto coherente con los fines religiosos o benéficos prometidos a los donantes?

Whistleblowers y el impacto mediático

Las alegaciones más explosivas provinieron del ya mencionado David Nielsen, quien entregó un memorando de 90 páginas al Senado de EE. UU. detallando lo que él consideró como una acumulación indebida de riqueza sin propósito caritativo visible. Estas revelaciones se hicieron públicas en 2019 a través de informes de medios como The Washington Post y The Associated Press, generando una ola de indignación en ciertos sectores del público mormón y secular.

Sin embargo, a pesar del escándalo y la cobertura mediática, muchas de las causas legales no han prosperado, en gran parte por razones procesales como la expiración de plazos legales o la insuficiencia de pruebas directas.

La tensión entre espiritualidad y capital

La pregunta que surge es más compleja que un simple balance financiero. ¿Hasta qué punto puede una institución religiosa acumular y gestionar riqueza como una corporación multinacional sin traicionar los valores espirituales que predica? Esta dualidad entre fe y fiduciarios provoca sensaciones ambivalentes entre muchos miembros. Algunos defendieron la acumulación de capital como una forma de "preparación para los Últimos Días".

Otros, especialmente exmiembros de la Iglesia, vieron el silencio y la opacidad como una traición a la confianza depositada al dar sus donaciones durante años. "Es una estafa espiritual", dijo públicamente James Huntsman en una entrevista de 2022 con NPR.

Impacto más allá de Utah

Hay que entender que la Iglesia no solo influye cultural o espiritualmente en Utah, su estado natal. Tiene operaciones en más de 160 países, millones de miembros y activos en sectores que van desde la agricultura hasta los bienes raíces. Se calcula que posee más de 2 millones de acres de tierras agrícolas en EE. UU., lo que la convierte en uno de los principales terratenientes del país (fuente: The Washington Post).

También posee escuelas, universidades (como BYU), emisoras de televisión, y múltiples empresas dedicadas al retail y la alimentación. Este entramado corporativo ha despertado el interés de reguladores, economistas y críticos de la concentración de poder en manos de entidades religiosas exentas de impuestos.

Una clase de transparencia pendiente

Cada año, la Iglesia compila un informe financiero resumido para los líderes, pero los datos no son emitidos públicamente ni auditados por una firma externa accesible a los donantes. Esta falta de claridad contrasta con muchas otras iglesias y organizaciones sin fines de lucro de alto perfil que adoptan políticas de transparencia ante sus feligreses.

El debate continúa: ¿tienen derecho los donantes a saber dónde y cómo se usa cada dólar brindado a una institución espiritual? ¿O bastan su fe y confianza ciega para justificar la gestión selectiva de recursos de más de $100 mil millones?

¿Qué sigue para la Iglesia y sus donantes?

El fallo judicial de 2024 podría haber cerrado una batalla legal, pero no termina moral o públicamente la conversación sobre el uso de fondos religiosos para fines especulativos. Mientras el portafolio de Ensign Peak sigue creciendo y se discuten más reformas fiscales en EE. UU. sobre organizaciones exentas, la Iglesia Mormona deberá decidir cuán abierta está a responder las preguntas que muchos de sus miembros, pasados y presentes, siguen haciendo.

Y en un mundo donde la fe se entrelaza cada vez más con lo financiero, quizás ha llegado el momento de una nueva era de responsabilidad institucional y transparencia religiosa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press