La desconexión del béisbol con la juventud afroamericana: ¿Puede MLB recuperar el terreno perdido?

Darryl Strawberry levanta la voz sobre la falta de inversión y marketing hacia las comunidades negras, mientras los estadios dan paso a canchas de fútbol

El eclipse de una pasión urbana

Alguna vez, las calles de las ciudades estadounidenses resonaban con el crack de los bates de béisbol. Era el deporte de elección para muchos jóvenes afroamericanos que soñaban con llegar a las Grandes Ligas. Figuras legendarias como Darryl Strawberry, Eric Davis y Chris Brown emergieron de esos campos del centro de la ciudad, mostrando que había una cantera inmensa de talento que, bien apoyado y visibilizado, podía llegar a los niveles más altos del juego.

Pero hoy, según el propio Darryl Strawberry, esa conexión se ha diluido peligrosamente. En declaraciones recientes realizadas durante un juego especial de los Mets de Nueva York —su “Black Legacy Game” contra los St. Louis Cardinals—, Strawberry lanzó una dura crítica hacia las políticas de desarrollo de la MLB y su desconexión con las comunidades urbanas afroamericanas.

Un descenso alarmante en la representación

Las cifras respaldan su preocupación. Según el Institute for Diversity and Ethics in Sport de la Universidad de Florida Central, los jugadores afroamericanos representaban solo el 6.2% en los rosters del Día Inaugural de la MLB en 2024. Esta cifra marca un leve ascenso respecto al 6% de 2023, pero queda abismalmente lejos del 18% registrado en 1991.

Este descenso no es un accidente: es el resultado de décadas de desvinculación. Los parques que antes albergaban ligas comunitarias han sido convertidos en campos de fútbol o simplemente han cerrado. "Ya no están esos campos. Ahora son canchas de soccer, ya no son campos de béisbol", lamenta Strawberry. Y no sólo se refiere a infraestructura, sino a una cuestión más profunda: la pérdida de identidad cultural del béisbol en los barrios urbanos.

El modelo de las academias: ¿exclusivo fuera de EE. UU.?

La MLB ha invertido ampliamente en academias de desarrollo en países como República Dominicana, Venezuela y Colombia, logrando una explosión de talento latino en las Grandes Ligas. Sin embargo, no ha existido una estrategia con el mismo enfoque hacia las ciudades estadounidenses con población afroamericana significativa.

Strawberry fue directo al grano: "Tienen academias por todas partes, pero no tienen la atracción de lo que significan las ciudades interiores". Lo que él y otros jugadores de su generación vivieron como entorno ideal para desarrollar pasión por el béisbol hoy ha desaparecido, sin que MLB lo reemplace con algo equivalente.

Un asunto de marketing: el béisbol pierde la batalla frente al baloncesto

Más allá de la inversión en infraestructura, están las reglas del juego del marketing. En este ámbito, el béisbol lleva claras de perder ante gigantes como la NBA y la NFL. "Los chicos negros jóvenes como que rechazan el béisbol porque no se comercializa como se hace con el baloncesto", explicó Strawberry.

Y tiene razón. En un mundo inundado por redes sociales, patrocinios y narrativas modernas, la MLB parece atrapada en otra era. Mientras que estrellas del baloncesto son continuamente promovidas a través de juegos, zapatillas y colaboraciones, los jugadores de béisbol luchan por obtener ese mismo foco mediático. “La mercadotecnia del baloncesto es tan atractiva que atrae a los jugadores”, dijo el ex Yankee.

Incluso en su propia familia se reflejó este fenómeno. Sus hijos, D.J. Strawberry y Jordan Strawberry, fueron destacados jugadores de baloncesto universitario en Maryland y Mercer, respectivamente. Jordan, quien lo acompañó aquella noche en el Citi Field, tuvo una base en béisbol, pero como tantos otros, el brillo del baloncesto le ganó la batalla.

Programas de MLB: buenas intenciones, poco alcance

Para ser justos, la MLB ha intentado contrarrestar esta tendencia. Desde 2017, junto a USA Baseball, desarrolla el "DREAM Series", un evento para prospectos afroamericanos que mostró a la estrella emergente Hunter Greene cuando aún era un adolescente.

Pero iniciativas como esta, aunque bien intencionadas, aún no logran mover la aguja a gran escala. Son ejemplos aislados, que benefician a unos pocos, pero que no reemplazan el ecosistema de ligas organizadas para jóvenes afros que sí existía décadas atrás.

¿Existe aún el interés? Sí, sólo hay que alimentarlo

Contrario a cierta creencia popular, los jóvenes afroamericanos no han perdido el interés en el béisbol. Las audiencias afrodescendientes aumentaron para varios equipos durante la temporada 2023, y cada vez más programas comunitarios como RBI (Reviving Baseball in Inner Cities) tienen éxito local.

Lo que falta es una visión sistémica, sostenida y comprometida desde las propias oficinas de las Grandes Ligas. Se requiere un plan maestro, tanto de infraestructura como de comunicación, que devuelva al béisbol su sitio natural como opción legítima para los jóvenes talentos urbanos.

Una lección de historia: la era dorada del béisbol negro

Durante la época de las Ligas Negras (Negro Leagues), que florecieron a lo largo de la primera mitad del siglo XX, el béisbol era un símbolo de identidad y orgullo para las comunidades afroamericanas. Jugadores como Satchel Paige, Josh Gibson o Cool Papa Bell no eran meros atletas: eran figuras culturales.

La integración del béisbol gracias a Jackie Robinson en 1947 fue histórica, pero gradualmente, y por problemas estructurales y socioeconómicos, la participación afroamericana comenzó a diluirse en la MLB, particularmente a partir de los años 90.

Recuperar esa herencia implica no sólo atraer nuevos talentos, sino también engrandecer públicamente los legados de aquellos pioneros, generar referentes contemporáneos y normalizar la presencia afroamericana en todos los niveles del béisbol moderno.

El verdadero Home Run: voluntad política y cultural

No estamos únicamente ante un problema deportivo. Es un asunto de acceso, de discriminación sistémica, de alteración de espacios urbanos y de cómo las oportunidades se siguen distribuyendo de forma desigual.

Strawberry no se quejó solamente por romanticismo. Su diagnóstico convoca al cambio, exige que la MLB se comprometa de modo real. Implica llevar campos de béisbol adecuadamente equipados a barrios como Compton, Harlem, Baltimore o el Bronx. También significa poner rostros negros en la publicidad, en ESPN, en comerciales, en series documentales. Y claro, contratar más entrenadores, ejecutivos y visores afroamericanos.

El exjugador de los Mets, que tiene en sus vitrinas cuatro títulos de Serie Mundial y ocho apariciones en el Juego de las Estrellas, no lanza esta crítica desde un lugar de resentimiento, sino de orgullo. Él sabe el valor de lo que se ha perdido. Y nos dice que aún estamos a tiempo de recuperarlo.

¿Qué puede hacer cada aficionado?

  • Apoyar programas comunitarios como RBI o Black Baseball Initiatives.
  • Participar o donar a ligas juveniles en zonas urbanas.
  • Consumir contenidos relacionados con figuras afroamericanas en la historia del deporte.
  • Presionar a franquicias locales para que impulsen acciones inclusivas.

La pelota está en el aire. Ahora, es momento de que MLB y todos los actores del béisbol corran hacia ella con decisión.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press