Canal Funan Techo: El megaproyecto entre Camboya y China que reconfigura el sudeste asiático
Un análisis sobre el ambicioso canal apoyado por China, sus implicaciones geopolíticas, económicas y ambientales para Camboya, Vietnam y la región del Mekong
Un canal que trasciende las fronteras
En plena efervescencia geopolítica en el sudeste asiático, Camboya y China han firmado un monumental acuerdo de inversión por 1.200 millones de dólares para avanzar en la construcción del Canal Funan Techo, una megaestructura que conectará la rama del río Mekong cerca de Phnom Penh con el golfo de Tailandia. Es un proyecto que no solo busca posicionar a Camboya como un nodo logístico clave, sino también generar valor político, económico e industrial en la región.
Un proyecto nacional con ambiciones globales
Con una longitud prevista de 151,6 kilómetros, el canal se presentó como un eje estratégico de transporte, capaz de manejar barcos de hasta 3.000 toneladas de peso muerto. La idea, según palabras del primer ministro camboyano Hun Manet, es clara: "se construirá cueste lo que cueste", destacando la importancia estratégica del proyecto en cuanto a integridad territorial, prestigio nacional y desarrollo económico.
La obra pertenece a una alianza de cooperación público-privada, con una participación del 51% de inversores camboyanos y un 49% de participación china. El acuerdo fue ratificado durante la reciente visita de Estado del presidente chino Xi Jinping a Camboya, subrayando la significativa influencia de Beijing en los asuntos regionales.
Una pieza clave en la Iniciativa de la Franja y la Ruta
Este canal no es un proyecto aislado. Se inscribe dentro del amplio marco de la llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI en inglés), la estrategia global de infraestructura impulsada por China para conectar Asia con África y Europa mediante redes terrestres y marítimas. El canal Funan Techo representa un eslabón clave para Beijing en su ambición de controlar rutas comerciales alternativas frente a los riesgos geopolíticos del estrecho de Malaca.
"Después de su finalización, reducirá significativamente los costos logísticos integrales de Camboya y promoverá a la industria camboyana hacia el segmento medio-alto de la cadena de valor", afirmó Wang Tongzhou, presidente de la China Communications Construction Company (CCCC), empresa matriz del contratista de obras China Road and Bridge Corporation, también responsable de otras polémicas infraestructuras en la región.
Promesas económicas: ¿40.000 o 50.000 empleos?
De acuerdo con el comunicado oficial, se espera que el canal genere entre 40.000 y 50.000 empleos directos e indirectos. Esta cifra ha sido señalada como un punto de prestigio para el gobierno de Hun Manet, que necesita justificar los enormes costos frente a una ciudadanía cada vez más crítica.
Además de los puestos de trabajo, se vislumbra un impulso al comercio agrícola, especialmente en la exportación de arroz y otros productos del interior del país hacia mercados globales, sin depender del puerto de Sihanoukville, que actualmente canaliza la gran mayoría de las exportaciones camboyanas.
Vietnam: silenciado pero preocupado
Donde Camboya ve progreso, Vietnam ve una potencial catástrofe. Aunque el canal no pasa por territorio vietnamita, múltiples expertos han advertido sobre los efectos negativos que podría tener sobre los patrones de inundación del río Mekong, esenciales para el Delta del Mekong en Vietnam, una de las regiones agrícolas más productivas del planeta.
"El canal podría bloquear parte de la sedimentación natural, lo cual es vital para fertilizar los campos de arroz en el delta vietnamita", afirmó Nguyễn Văn Hùng, hidrólogo del Instituto de Estudios del Mekong.
El Delta produce más del 50% del arroz exportado por Vietnam y alimenta a más de 17 millones de personas. Cualquier alteración en sus ritmos hídricos, ya afectados por represas en China y Laos, podría agravar problemas de sequías, intrusión salina y productividad agrícola.
¿Una evaluación de impacto ambiental creíble?
Los promotores del proyecto afirman haber realizado una Evaluación de Impacto Ambiental rigurosa, a cargo de 48 especialistas independientes. Según el informe, el trazado ha sido diseñado para evitar comunidades densas y sitios culturales, minimizando así el fenómeno de desplazamiento forzado de población.
No obstante, la opacidad del proceso y la participación de CCCC —empresa sancionada por EE.UU. y la UE por operaciones en el Mar de China Meridional— siembra dudas sobre la veracidad del informe. Grupos como International Rivers y Mekong Watch han pedido una evaluación regional conjunta, argumentando que las aguas del Mekong no pertenecen solo a un país.
China, ¿aliado o colonizador del agua?
El papel de China en Camboya es ineludible. Desde 2013, ha invertido más de 11.000 millones de dólares en infraestructuras camboyanas. En 2023, el 49% de la deuda externa camboyana estaba en manos chinas, lo que crea una relación de dependencia financiera sin precedentes.
El Canal Funan Techo refuerza esa vinculación y ha sido visto por analistas como una manera de Beijing de solidificar su influencia continental mediante infraestructuras que reconfiguran interdependencias económicas.
"No es una inversión, es una forma de anexión económica", ironizó el profesor de relaciones internacionales Kasit Piromya, exministro de Exteriores de Tailandia. Agregó que, utilizando capital e ingeniería, China está construyendo su hegemonía a través del llamado 'imperialismo hidráulico'.
Turismo, cultura y desplazamiento
Uno de los aspectos menos visibles en el debate ha sido el papel del canal sobre el patrimonio cultural y el turismo rural. Aunque las autoridades aseguran que "no se afectarán sitios de valor histórico", arqueólogos locales han alertado sobre potenciales amenazas a ruinas preangkorianas y templos de valor milenario.
Además, las comunidades rurales que dependen del Mekong para la pesca fluvial y el cultivo ya muestran resistencia. "Nos dijeron que el canal traería prosperidad, pero nadie nos dijo si todavía podríamos pescar aquí", lamenta Cham Roeun, agricultor en la provincia de Kandal.
Contexto geopolítico: ¿respuesta a EE.UU.?
La consolidación del canal también puede leerse como un movimiento táctico frente al cerco diplomático occidental. El discursó de Xi Jinping en Phnom Penh fue revelador: "China es un socio confiable, no una amenaza como aquellos que imponen aranceles y bloqueos", dijo en alusión indirecta a las tensiones con Estados Unidos.
El Canal Funan Techo no solo busca fortalecer a Camboya, sino también reafirmar la capacidad china de construir alianzas al margen de Washington, especialmente en un momento de tensión arancelaria y desacoplamiento económico global.
¿Futuro brillante o espejismo húmedo?
La historia está llena de proyectos hidráulicos colosales con grandes promesas y consecuencias devastadoras. Desde la presa de las Tres Gargantas en China hasta la represa de Belo Monte en Brasil, los ejemplos abundan. El canal Funan Techo podría convertirse en un caso paradigmático de “modernización extractiva”, donde el agua deja de ser patrimonio común para volverse mercancía geoestratégica.
Si bien hay argumentos sólidos a favor de la infraestructura como motor del desarrollo, también debe reconocerse el derecho de los pueblos del Mekong —incluidos los del sur de Vietnam— a gozar de aguas limpias, ecosistemas funcionales y seguridad alimentaria.
El reto está en garantizar que el progreso de pocos no signifique el sacrificio de muchos. El Funan Techo puede ser una solución logística o una bomba ambiental y diplomática. Todo dependerá de cómo se gestione su implementación, su impacto regional y los intereses geopolíticos que lo impulsan desde sus profundidades.