¿Volverán los Bravos a volar alto? El efecto Verdugo y el caos en el bullpen de los Yankees

Entre luces en Atlanta, sombras en Nueva York y locura en Denver: una mirada al arranque electrizante en la MLB

El inicio de la temporada de las Grandes Ligas nos está regalando emociones, frustraciones y redenciones inesperadas. Desde la irrupción de Alex Verdugo con los Bravos de Atlanta, hasta la pesadilla reciente que vive Devin Williams en el bullpen de los Yankees, pasando por combates ofensivos sin respiro como el vivido en Denver entre los Rockies y los Nacionales, el béisbol no da tregua.

El renacer de Atlanta con Alex Verdugo

Pocas veces un jugador recién llegado tiene impacto inmediato. Pero Alex Verdugo, con apenas dos juegos disputados desde su regreso a la alineación titular, ya le dio un vuelco anímico a los Atlanta Braves, que venían erráticos y con una ofensiva apagada. Con su actuación más reciente, registró cuatro hits, incluyendo dos dobles, y anotó dos veces en una victoria 4-3 sobre los Mellizos de Minnesota.

El mánager Brian Snitker no escatimó elogios: “Es exactamente lo que queríamos, turnos competitivos y experiencia ofensiva. Lo ha hecho desde el primer día”. Y sus números respaldan ese entusiasmo. Desde su debut esta temporada, los Bravos han ganado los dos partidos jugados, algo que no ocurría desde el arranque de la campaña.

Verdugo, de 28 años, firmó por $1.5 millones tras un 2024 complicado con los Yankees, donde bateó .233 con 13 cuadrangulares, lejos ya de su mejor forma con los Medias Rojas de Boston. Sin embargo, parece haber encontrado su zona de confort en Atlanta, jugando en el jardín izquierdo, mientras Ronald Acuña Jr. se recupera de una cirugía.

El propio Michael Harris II, jardinero central de los Bravos, destacó su utilidad: “Me da mucha información con su primer turno. Eso me ayuda mucho a ajustar como bateador zurdo”. En una ofensiva que necesitaba producción desde el puesto de abridor, Verdugo se ha convertido en el catalizador que tanto deseaban.

El colapso del bullpen de los Yankees: ¿problemas en el paraíso?

Mientras Atlanta celebra, los Yankees están encendiendo alarmas en su bullpen. El recién llegado cerrador Devin Williams —quien fuera una máquina de outs en Milwaukee— ha dejado de ser la garantía de antes. Contra los Rays de Tampa Bay, desperdició una ventaja de cuatro carreras en la novena entrada, permitiendo un rally de cuatro que forzó los extra innings. En la décima, Aranda terminó fulminando al equipo con un jonrón de dos carreras que firmó la victoria 10-8 para Tampa.

Williams, diagnosticado en primavera con fracturas por estrés en la espalda, no debutó hasta el 28 de julio la temporada pasada. A pesar de su breve aparición en 2024, logró una efectividad de 1.25 en 21.2 entradas. Pero este año, las cosas pintan diferente: 9.00 de ERA, siete bases por bolas y bateo rival de .333. Aunque ha salvado cuatro juegos, NJ sigue esperando ver al All-Star que dominaría el noveno inning.

“Tiene todo para salir de esto”, comentó Aaron Boone, mánager de los Yankees. Pero el reloj corre y los errores ya cuestan. Luke Weaver, el relevista que lanzó una octava entrada perfecta ante los Rays y no ha permitido carrera en nueve juegos este año, empieza a perfilarse como plan alternativo. Su currículum reciente: 11 entradas, dos hits, cinco pasaportes y trece ponches.

Los Nacionales ganan con drama, Denver arde

Si alguien creyó que el juego entre Nacionales y Rockies sería otro capítulo del sufrimiento de Colorado, estaba parcialmente en lo cierto. Washington ganó 12-11, pero sufrió al borde de una remontada épica.

Con ventaja de 12-2 en la séptima entrada, parecía asunto resuelto. Dylan Crews conectó dos jonrones, James Wood agregó otro con tres hits y cuatro impulsadas, y Josh Bell se unió a la lluvia de batazos. Pero entonces, los Rockies despertaron con una entrada de ocho carreras que puso el marcador 12-10, incluyendo un triple de tres carreras de Jordan Beck.

Aunque Colorado no logró empatar del todo, Mickey Moniak remolcó otra carrera en la novena con triple, y Beck, nuevamente protagonista, terminó el juego ponchado mirando una recta en la esquina baja. Fin del susto para los Nacionales, pero también un reflejo doloroso para los Rockies, que con siete derrotas seguidas y récord de 3-16, son el peor equipo de toda la MLB.

Una nota positiva para Washington: su abridor MacKenzie Gore igualó su récord personal con 13 ponches en seis innings, permitiendo apenas dos carreras. Una luz entre la tormenta que había sido la ofensiva capitalina, que sólo promediaba 2.8 carreras por juego en los últimos seis choques.

Drama de abril: lo bueno, lo malo y lo loco

  • Verdugo y los Bravos: quizás el fichaje más infravalorado del mercado, dándole a Atlanta la chispa ofensiva que nunca llegó con otros nombres.
  • Williams en crisis: del dominio absoluto al descontrol total. Un ejemplo brutal del riesgo que implica apostar por un cerrador lesionado recientemente.
  • Los Rockies: lo único más caótico que su bullpen es su defensa, y ni el Coors Field les está dando la ventaja habitual.
  • Los Nacionales: ofensiva explosiva tras días de ineficacia. ¿Podrán mantener este ritmo?

¿Por qué importa todo esto tan temprano?

La temporada aún es joven, pero en la MLB las rachas y los detalles marcan el destino. Equipos como los Bravos cimentan confianza, mientras mitos como los Yankees muestran grietas desde abril. Un jonrón o un relevo fallido pueden definir carreras, renovaciones y hasta aspiraciones a octubre.

Para los aficionados, el béisbol de abril no es irrelevante: es predictivo. El que enciende motores desde temprano puede separarse, y quien tropieza donde no debería, puede quedar fuera en septiembre. Hay mucho por jugarse, pero los indicios de estas jornadas dejan claro que nadie tiene el puesto asegurado, ni siquiera leyendas como Devin Williams.

La historia se sigue escribiendo—turno a turno, out a out—y la emoción apenas comienza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press