Barbara Lee, nueva alcaldesa de Oakland: ¿Puede una pionera progresista sanar una ciudad fracturada?

Con décadas en el Congreso y una reputación de liderazgo audaz, Barbara Lee asume el mando de una Oakland golpeada por el crimen, la pobreza y la división política

Oakland, California ha hablado, y su elección es clara: Barbara Lee será su próxima alcaldesa. Con 78 años, la exrepresentante federal y figura emblemática del progresismo norteamericano vuelve al terreno local con una misión titánica: salvar a una ciudad en crisis. La elección llega tras el escándalo político que culminó en la destitución de la anterior alcaldesa, Sheng Thao, y en medio de una tormenta de problemas sociales, económicos y de seguridad que han deteriorado la calidad de vida de los aproximadamente 400,000 residentes de esta ciudad del Área de la Bahía.

Una pionera con historia

Barbara Lee no es una figura desconocida para los californianos, y mucho menos para los habitantes de Oakland. Representó al área en el Congreso desde 1998 hasta 2023, convirtiéndose en una de las voces más firmes de la izquierda demócrata. Fue la única legisladora que votó en contra de la autorización del uso de la fuerza militar tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, un acto de valentía que muchos aplauden, aunque en su momento la convirtió en blanco de ataques políticos.

Lee es también una de las pocas mujeres negras que ha alcanzado posiciones de poder en la política estadounidense. Nacida en Texas y criada en California, su carrera política ha sido consistentemente marcada por su activismo por la justicia racial, los derechos de las mujeres, la lucha contra el VIH/SIDA y la protección de los más vulnerables.

Una ciudad al borde del abismo

La elección de Lee ocurre en uno de los momentos más difíciles para Oakland en décadas. En los últimos años, la ciudad ha visto una escalada alarmante del crimen. Según datos del Departamento de Policía de Oakland, los delitos violentos aumentaron un 21% entre 2022 y 2023. Los robos a mano armada, los asesinatos y los actos vandálicos han alterado la vida cotidiana, e incluso cadenas como In-N-Out Burger se vieron forzadas a cerrar su ubicación en Oakland por primera vez en su historia, citando problemas de seguridad.

Además del crimen, Oakland enfrenta una crisis social visible. Las calles están plagadas de campamentos de personas sin hogar y el consumo público de drogas se ha convertido en un problema persistente. El sistema de servicios públicos también es deficiente: los residentes se quejan de una infraestructura deteriorada, incendios descontrolados y falta de mantenimiento básico en parques y calles.

Y por si fuera poco, la ciudad atraviesa una crisis financiera. Con una economía estancada y un déficit presupuestario creciente, los servicios básicos están comprometidos. Según reportes del Ayuntamiento, Oakland enfrenta un déficit proyectado de más de 170 millones de dólares para el año fiscal 2025.

La salida de Thao y el vacío de poder

La llegada de Lee se produce luego de la destitución de la anterior alcaldesa, Sheng Thao, quien fue acusada de soborno, fraude y conspiración federal a principios de 2025, tras una polémica gestión. En noviembre de 2024, un referéndum de recall expulsó oficialmente a Thao del cargo, algo que acentuó aún más la crisis de gobernanza.

Lee fue respaldada por influyentes figuras como el exgobernador Jerry Brown y varios exalcaldes locales, quienes apostaron por su experiencia política como la brújula que puede guiar nuevamente a Oakland hacia la estabilidad. “Oakland es una ciudad profundamente dividida”, escribió Lee en su comunicado de victoria. “Respondí al llamado de postularme porque creo que juntos, como comunidad, podemos sanar nuestras diferencias y construir un futuro digno de nuestra historia”.

¿Cómo planea gobernar?

Barbara Lee llega con una agenda que mezcla prioridades progresistas y medidas pragmáticas. Contrario al estereotipo de que los políticos de izquierda no apoyan la seguridad pública, Lee ha declarado su intención de trabajar estrechamente con la policía para reducir la delincuencia, sin abandonar el enfoque en servicios sociales y justicia comunitaria. “No podemos escoger entre seguridad y derechos civiles; necesitamos ambos”, afirmó durante su campaña.

Entre sus prioridades se encuentran:

  • Reforzar los servicios comunitarios, especialmente programas de salud mental y vivienda para personas sin hogar.
  • Revitalizar la economía local con estímulos a pequeñas empresas y atracción de nuevas industrias.
  • Modernizar la infraestructura urbana: alumbrado, redes de agua, estaciones de bomberos y transporte público.
  • Reformar el Departamento de Policía: mejores prácticas, aumentos salariales y mayor rendición de cuentas.
  • Fomentar la participación ciudadana mediante asambleas vecinales y consejos locales de políticas públicas.

¿Puede unir a Oakland?

El mayor desafío para Barbara Lee puede no ser solo resolver los asuntos prácticos, sino reconstruir la cohesión social. Oakland es una ciudad multicultural, con fuertes comunidades afroamericanas, latinas y asiáticas, pero en los últimos años ha vivido una creciente polarización ideológica y racial, muchas veces reflejada en la política local.

Lee ha prometido ser una “alcaldesa de unidad” que gobernará para todos. “Gracias, Oakland”, escribió tras conocerse los resultados de las elecciones. “Caminaré junto a ustedes para construir la ciudad que todos merecemos”.

Sin embargo, sus detractores advierten que su historial nacionalista y de izquierda podría alienar a los votantes moderados y a los sectores empresariales de la ciudad. Loren Taylor, su principal contrincante, emitió una declaración reconociendo su derrota, pero advirtió que seguirá abogando por un modelo de gobernanza más centrado en la seguridad y el crecimiento económico.

Un legado en construcción

La victoria de Lee tiene también un componente simbólico poderoso. En un país donde los líderes políticos de edad avanzada a menudo enfrentan cuestionamientos, ella se postula como un ejemplo de experiencia y constancia. Su elección representa también un momento clave para Oakland, que debe redefinir su identidad en medio del caos.

Su mandato se extenderá hasta noviembre de 2026, cuando se realizarán nuevas elecciones. Si logra reducir el crimen, paliar la crisis de los sin techo y restablecer los servicios básicos, podría allanar el camino para una reelección. De lo contrario, podría ser recordada como otra figura que prometió unidad y reforma sin lograr cambiar el curso de los acontecimientos.

Pero pocos dudan de su voluntad de actuar. En palabras de la propia Lee: “He pasado mi vida luchando por justicia. Esta vez, estoy lista para luchar por el alma de Oakland.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press