Moda circular en auge: ¿la guerra comercial de Trump está impulsando la reventa de ropa?

El mercado de ropa usada vive un auge sin precedentes gracias a los aranceles, la conciencia verde y el cambio en los hábitos de consumo

Por años, la moda rápida dominó los guardarropas del mundo. Piezas baratas importadas de Asia se convirtieron en la norma para millones de consumidores. Pero en medio de guerras comerciales, crisis económicas y una creciente conciencia ambiental, el mercado de la reventa de ropa está emergiendo como una alternativa viable, atractiva y en pleno crecimiento.

Un vestido de promesa... y aranceles

El resurgimiento de la moda de segunda mano en Estados Unidos —y en otros países— está vinculado con un protagonista inesperado: los aranceles del expresidente Donald Trump. Su política comercial, centrada en America First, ha encarecido productos importados incluyendo ropa y accesorios. Según un informe de Yale University Budget Lab, los precios podrían aumentar hasta un 65% en ropa y un 87% en artículos de cuero a raíz de estas medidas.

Estos incrementos han creado una oportunidad dorada para las plataformas de reventa, como Poshmark, ThredUp, Depop, TheRealReal y más. "Es una dinámica de oferta alterna. Si el precio sube, el consumidor busca valor", dice Kristen Classi-Zummo, analista de la firma investigadora Circana.

Ir de compras entre guarderías de tesoros

La reventa ya era un mercado floreciente antes del impacto de los aranceles. Consultoras como McKinsey & Company proyectaron que, después del COVID-19, los ingresos globales de la moda usada crecerían 11 veces más rápido que las ventas de ropa nueva. El cambio no es solo económico, sino también cultural.

Las generaciones millennial y Z han sido clave. ¿La razón? Su mentalidad digital, aversión al derroche y preocupación ambiental. Pero el terreno se está ampliando. De acuerdo con datos de Sensor Tower, las descargas móviles de plataformas de reventa aumentaron un 3% entre enero y marzo, el primer incremento en tres años.

Plataformas como eBay, Mercari y Depop están viendo un repunte luego del anuncio de nuevos aranceles propuestos por Trump en marzo. Este tipo de apps permiten vender ropa directamente desde el armario, sin intermediarios, algo que favorece precisamente ante subidas de precio.

La moda circular también es moda consciente

A través del lente ecológico, la industria del fast fashion ha sido un desastre climático. Se estima que genera el 10% de las emisiones globales de carbono y que consume más agua que cualquier otra industria detrás de la agricultura. Solo en Estados Unidos, se desechan 11 millones de toneladas de textiles al año, según la Agencia de Protección Ambiental.

La reventa intenta mitigar esa huella. El concepto de moda circular se refiere a sistemas donde la prenda tiene múltiples vidas: usada, revendida, donada o reciclada —en vez de terminando como desecho. Según un reporte de ThredUp, más del 82% de los compradores dicen sentirse mejor al adquirir productos de segunda mano frente a la compra convencional.

¿Moda letra chica? Barreras arancelarias también para los usados

Pero el camino no es sin obstáculos. Aunque la mayoría de las prendas revendidas escapan a los aranceles —por no provenir del extranjero—, algunas podrían ser alcanzadas si se importan desde Europa u otros mercados. Rachel Kibbe, fundadora de Circular Services Group, advierte que los aranceles recíprocos podrían incluir un 20% de impuesto a ropa usada importada.

Su coalición lucha por una excepción arancelaria explícita para bienes reciclados o revendidos. "No tiene sentido gravar lo que ayuda a reducir residuos. Es una economía circular, no una amenaza comercial", comenta.

Y aunque marcas están explorando modelos de reventa propia, no todos creen que sea una bala de plata. James Reinhart, CEO de ThredUp, es escéptico: "Marcas explorarán estos canales, pero dudo que cambien su operación por completo. Lo harán para sobrevivir, pero no serán salvadas por la reventa", afirma.

Exclusividad de segunda mano: auge de lo caro y usado

En el extremo opuesto del espectro económico, firmas como Rebag, especializada en bolsos de diseñador, están atrayendo a compradores de lujo desplazados por los incrementos de precios de marcas como Chanel, Gucci o Louis Vuitton. Charles Gorra, CEO de Rebag, señala que la empresa podría ajustar sus precios imitando los de nuevos lanzamientos de lujo, aunque con límites.

El consumidor ha sido desplazado por las cifras astronómicas de las marcas de lujo. Nosotros les ofrecemos una vía intermedia”, puntualiza. La firma planea abrir más tiendas físicas en ciudades donde el acceso a boutiques de primera mano es escaso.

¿Y el estilo? También cambia

Ya no se busca solo lo vintage o lo excéntrico. Hoy muchos consumidores recurren a las apps de segunda mano para reemplazar básicos del día a día: camisetas, jeans, chaquetas. La revolución no es solo verde o económica: también es estética. Look minimalista, setentero o Y2K: todo está disponible —y a mitad de precio.

La vuelta a una moda con historia

La moda de segunda mano tiene algo que la nueva no siempre puede ofrecer: historia y personalidad. "Esta camisa fue usada por alguien más, tiene un pasado", dice Norah Brotman, una universitaria de 22 años de Minnesota que compra y revende en apps. "Eso le da alma". Brotman espera que los aranceles y sus efectos acaben forzando una reevaluación frente al consumo desenfrenado.

Me encantaría que esto dirija a las personas hacia otro camino”, remata Brotman.

Auge que transforma la economía del vestir

Archive, una empresa con sede en San Francisco, trabaja con marcas como Lululemon, The North Face y Dr. Martens para implementar programas de reventa. "Hay inventarios durmiendo en almacenes y hogares. Convertirlos en ingresos es altamente atractivo frente a la incertidumbre global,” explica su CEO, Emily Gittins.

TJ Maxx, Burlington e incluso Goodwill están capturando nuevos públicos que antes ni consideraban la ropa de segunda mano. La moda accesible ya no significa solo comprar barato, sino hacerlo con intención.

El futuro está en tu clóset

En una economía volátil, con políticas impredecibles y un planeta en crisis, la moda circular no es solo una tendencia, es una solución. Y mientras los consumidores redescubren el valor de lo usado, plataformas, marcas y economías locales están siendo transformadas por este cambio silencioso pero irreversible.

Quizás ahora, más que nunca, una prenda usada pueda contar no una, sino muchas historias.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press