Francisco, el “santo de Gaza”: El legado del papa más humano en tiempos de guerra y desesperación
A través de llamadas telefónicas nocturnas, denuncias de genocidio y súplicas por la paz, el papa Francisco se convirtió en una figura paterna para los cristianos y musulmanes de la Franja de Gaza
La muerte del papa Francisco el lunes 21 de abril de 2025 marcó el fin de una era para millones de creyentes católicos y para muchas otras personas fuera del catolicismo. En particular, para la comunidad cristiana y los habitantes de Gaza, su pérdida fue sentida como la de un “padre espiritual” que, en los peores momentos de la guerra, nunca dejó de alzar su voz ni de extender su mano, al menos de forma telefónica.
Un ritual nocturno de consuelo en Gaza
En los últimos 18 meses de su vida, Jorge Mario Bergoglio tenía una costumbre poco conocida pero profundamente significativa: llamaba cada noche a las 7 p.m. a la única iglesia católica en Gaza, la Iglesia de la Sagrada Familia, para preguntar cómo estaban los casi 600 refugiados que allí se congregaban escapando de los bombardeos israelíes.
“He managed to eat some meat,” dijo Francisco en una entrevista con CBS, refiriéndose con ternura a uno de los días en los que los refugiados habían tenido una comida más sustanciosa. “El resto de las veces comen harina, cosas hechas con harina”, agregó. Su voz, usualmente calma y pastoral, dejaba entrever la angustia de un pastor con su rebaño atrapado en el infierno.
Un defensor incómodo en tiempos de silencio diplomático
Mientras los líderes mundiales evitaban confrontaciones verbales directas sobre el conflicto, Francisco adoptó un papel inusualmente crítico respecto a las acciones militares israelíes. Desde el inicio de la guerra en octubre de 2023 —cuando militantes liderados por Hamás mataron a alrededor de 1.200 personas en Israel y secuestraron a 251— el papa clamó en múltiples ocasiones por un alto al fuego y por la liberación de los rehenes israelíes.
No obstante, también denunció lo que llamó “crueldades”, como el bombardeo de escuelas, hospitales y el ametrallamiento de civiles. En diciembre 2024 incluso insinuó que el conflicto podría constituir un genocidio, un término que generó reacciones ásperas desde Tel Aviv y sus aliados.
“El santo de Gaza”: Testimonios desde el corazón del conflicto
Para los creyentes y no creyentes dentro de la Franja de Gaza, las palabras de Francisco se convirtieron en algo más que un acto diplomático. Eran bálsamos en medio del dolor, sobre todo para una comunidad cristiana que ha menguado hasta representar menos del 0,05% de los 2,3 millones de habitantes del enclave. Hoy, según el Departamento de Estado de EE. UU., solo 1.000 cristianos viven en Gaza, la mayoría de ellos ortodoxos griegos, aunque también hay católicos y evangélicos.
Suheil Abu Dawoud, un joven cristiano de 19 años de Gaza, lo definió mejor que nadie: “Él fue nuestro mayor apoyo después de Dios”. La cristiana Suhair Anastas, quien logró huir del conflicto y se reunió con el papa en 2023, también reveló emociones encontradas: “Fue abrumador conocerlo, pero me sentía culpable de que otros seguían muriendo bajo bombas”.
Francisco y su última Pascua
La Pascua de 2025 quedó grabada como el último gesto público del pontífice. Demacrado y con una salud visiblemente deteriorada, delegó la Misa de Resurrección al cardenal Angelo Comastri, pero se reservó la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Sus últimas palabras a una multitud eufórica fueron: “Hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!”.
Incluso en esa fecha tan celebrada para el cristianismo, Francisco no olvidó a Gaza ni a los rehenes de Hamás. Su mensaje de ese día fue simple pero potente: “Hago un llamado a las partes en conflicto: llamen a un alto al fuego, liberen a los rehenes y ayuden a la gente hambrienta”. Nadie lo escuchó.
Entre la diplomacia y el dolor: una figura compleja para Israel
Israel recordó a Francisco con respeto pero también con ambivalencia. El presidente Isaac Herzog reconoció su compasión y su lucha contra el antisemitismo, pero probablemente le pesaron las acusaciones implícitas de excesos militares y la mirada crítica sobre el asedio a Gaza.
Francisco también se reunió con familias de rehenes israelíes y criticó directamente los ataques antisemitas que se propagaban en Europa y América. Sin embargo, sus palabras hacia los civiles palestinos, víctimas del hambre, la falta de medicinas y el desplazamiento forzoso, siempre destacaban. “Es muy duro... la comida llega y la gente corre a conseguirla”, lamentó.
La humillación médica y el ultraje internacional
Uno de los momentos más trágicos y polémicos durante la guerra, y que el mismo Francisco condenó en sus oraciones, fue el asesinato de 15 trabajadores de rescate y salud palestinos el 23 de marzo de 2025, entre ellos, ocho miembros de la Media Luna Roja Palestina, seis del equipo de Defensa Civil de Gaza y un cooperante de la ONU. Israel argumentó inicialmente que se trataban de objetivos sospechosos, pero luego un video reveló que tenían luces de emergencia activas y símbolos visibles.
El ejército de Israel reconoció “fallas profesionales” y destituyó a un oficial, pero la investigación fue calificada como “fabricada” por la Media Luna Roja. El paramédico sobreviviente continúa detenido, y aún no hay cifras oficiales del número total de paramédicos asesinados durante el conflicto.
El último pastor que miró a Palestina con humanidad
En un mundo donde las voces diplomáticas suelen navegar con cautela política, el papa Francisco optó por la compasión directa, la denuncia clara y el apoyo inquebrantable. El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, escribió que su voz ayudó a “visibilizar la deshumanización de la guerra en Gaza y más allá”. Incluso Hamás lamentó su muerte y lo calificó como un defensor coherente de los “derechos legítimos del pueblo palestino”.
No es común que un líder religioso sea reconocido tanto por una milicia islamista como por fieles católicos en todo el mundo. Pero Francisco fue siempre eso: inclasificable, incómodo para el poder, y destructor de silencios cobardes.
El reverendo Gabriele Romanelli, de la iglesia católica de Gaza, relató que la última llamada del papa fue el sábado anterior a su muerte. “No tengan miedo. Estoy con ustedes, rezo por ustedes y los protegeré”, fue su promesa final, según George Antoun, uno de los responsables del templo.
Aunque no logró detener la guerra ni el sufrimiento, Francisco dejó algo invaluable en Gaza: esperanza. “Nos dejó una gran herencia. Es el santo de Gaza”, concluyó Antoun.