Los gigantes del tiempo: cómo los sequoias están transformando Detroit

Una mirada a la iniciativa ecológica que convierte lotes vacíos en bosques urbanos con los árboles más grandes del mundo

Un bosque de gigantes en la ciudad del motor

Los barrios abandonados de Detroit están empezando a reinventarse gracias a una sorprendente iniciativa ecológica: la plantación de sequoias gigantes, los árboles más grandes y longevos del mundo. Mientras la ciudad lucha por recuperarse de décadas de declive, un grupo de arboristas y organizaciones sin fines de lucro está apostando por estos colosos naturales para devolverle el verde a sus calles.

La idea puede parecer desquiciada a primera vista: sembrar Sequoiadendron giganteum, originarios de las montañas de Sierra Nevada en California, en un entorno urbano industrial como Detroit. Pero este proyecto tiene más sentido del que parece. De hecho, puede representar un nuevo modelo de reforestación urbana con impacto global.

¿Por qué sequoias? Más allá del simbolismo ecológico

Las sequoias gigantes no son únicamente impresionantes por sus dimensiones —pueden superar los 90 metros de altura y hasta 9 metros de diámetro en la base—, sino también por su longevidad y capacidad para resistir plagas, enfermedades e incluso incendios forestales. Algunos ejemplares viven más de 3.000 años.

Sin embargo, incluso estos titanes están siendo amenazados por el cambio climático. En California, los incendios forestales cada vez más intensos han arrasado bosques milenarios. El caso de "Waterfall", uno de los árboles clonados para esta iniciativa, es paradigmático: destruido por las llamas en 2020, ahora su descendencia echa raíces en los barrios de Detroit.

Detroit como terreno fértil

La ciudad que una vez fue símbolo del auge industrial estadounidense, con una población de 1,8 millones en los años 50, hoy apenas supera los 600.000 habitantes. Más de 24.000 estructuras vacías han sido demolidas desde que la ciudad emergió de la bancarrota en 2014, dejando miles de lotes baldíos como cicatrices urbanas abiertas.

No obstante, esta pérdida se está convirtiendo en una oportunidad para reimaginar la ciudad. "Tenemos tanto espacio no utilizado que podemos volvernos el lugar más verde de toda América", afirma Andrew “Birch” Kemp, director ejecutivo de Arboretum Detroit. Su organización ya ha plantado más de 650 árboles —de unas 80 especies distintas— en 40 terrenos del este de la ciudad.

La llegada de los clones de Stagg y Waterfall

Los árboles que se plantarán este año en Detroit no son sequoias cualquiera. Provienen del archivo genético conservado por la organización Archangel Ancient Tree Archive. Se trata de clones de dos sequoias legendarias: Stagg, el quinto árbol más grande del planeta, y el desaparecido Waterfall del bosque de Alder Creek en California.

Desde 2010, Archangel sube a los árboles más imponentes del planeta para recolectar sus conos y recortes de crecimiento fresco. Con estos fragmentos, producen clones genéticos mediante técnicas de propagación vegetativa. En un giro poético del destino, el linaje de Waterfall sobrevivirá ahora bajo los cielos industriales de Detroit.

Una nueva generación de guardianes verdes

La responsabilidad de cuidar estas sequoias recaerá en futuras generaciones. Para motivarlas y capacitarlas, Archangel ha iniciado un programa llamado "tree school", que forma a niños y jóvenes locales en el cultivo y mantenimiento de árboles. Ellos aprenderán sobre la ecología, el clima, la biodiversidad y el impacto de los árboles en la calidad del aire y el agua.

“Muchos niños de esta ciudad jamás han caminado dentro de un bosque”, sostiene Kemp. “¿Cómo podemos esperar que se preocupen por la deforestación en el Amazonas si no han vivido esa experiencia?”

Esta nueva conexión con la naturaleza no solo es simbólica, también es crítica. Según datos de American Lung Association, Detroit es una de las ciudades más contaminadas de EE. UU., con altas tasas de asma y enfermedades respiratorias. Las sequoias —rápidas, perennes y enormes— se perfilan como un poderoso filtro de aire urbano.

Sequoias 2.0: avanzando hacia un ecosistema más resiliente

Hasta ahora, once sequoias ya fueron plantadas en terrenos vacíos propiedad de Arboretum Detroit, y otras nueve en solares privados. Con alturas que van de 3,5 a 4,5 metros, están prosperando notablemente, gracias al suelo húmedo y las bajas probabilidades de incendios forestales en esta zona.

“Son más seguras aquí que en California”, comenta Kemp, señalando la importancia del deshielo invernal como fuente natural de riego. Esta resiliencia, unida a su capacidad para generar sombra, controlar las aguas pluviales y captar dióxido de carbono, las convierte en aliadas ideales del entorno urbano.

Además, la visión de Kemp y Milarch (cofundador de Archangel) va más allá de la vegetación. Sueñan con una transformación socioambiental. “Estamos construyendo no solo un paisaje más sano, sino también una comunidad más conectada con la Tierra”, dice Milarch.

¿Un modelo para replicar?

El proyecto de Detroit es apenas el comienzo. Archangel también planea llevar sequoias a Los Ángeles, Oakland y Londres, en un intento por rescatar el material genético de estos gigantes para combatir el cambio climático y concientizar a la población urbana.

Este tipo de intervenciones podrían representar un nuevo paradigma de reforestación inteligente: utilizar árboles extraordinarios no solo con fines estéticos o mitigadores, sino como símbolos de continuidad, resiliencia y esperanza en medio del colapso ecológico. El contraste entre las calles grises de Detroit y el verde profundo de las sequoias podría volverse un poderoso emblema del renacimiento postindustrial.

Una ciudad con raíces hacia el futuro

Mientras muchas urbes lidian con crecimiento desmedido o crisis habitacional, Detroit encuentra en sus vacíos una oportunidad fértil. La combinación de tecnología, activismo, educación ambiental y simbolismo ecológico convierte este proyecto en algo más que paisajismo: se trata de plantar el futuro en las ruinas del pasado.

Y si dentro de mil años, una sequoia de Stagg sigue en pie en el este de Detroit, será testimonio vivo de lo que sucede cuando una comunidad decide sembrar vida con visión centenaria.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press