Entre acuerdos nucleares y sombras de guerra: ¿Está Irán listo para retornar al diálogo?
La reciente apertura de Irán al OIEA renueva las esperanzas de negociación nuclear, pero el reloj atómico no se detiene
En medio de un panorama geopolítico cada vez más tenso, Irán ha enviado señales prometedoras de reanudación del diálogo internacional al permitir el retorno de una misión técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta apertura coincide con un nuevo ciclo de negociaciones entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear iraní, alimentando la esperanza de un acuerdo que podría redefinir la seguridad en Medio Oriente en los próximos años.
Un vistazo al pasado: el colapso del acuerdo nuclear de 2015
Hace menos de una década, el mundo celebraba el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015 por Irán, Estados Unidos, la Unión Europea y otras potencias. Este acuerdo limitaba las capacidades nucleares de Irán a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Sin embargo, en 2018, el entonces presidente Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del pacto, reintroduciendo sanciones y provocando que Irán respondiera con acciones que lo acercaron peligrosamente al umbral de tener capacidades de armamento nuclear.
Desde entonces, Irán ha enriquecido uranio a niveles cercanos al umbral de armas nucleares, según ha confirmado el propio OIEA. Su stock de uranio enriquecido ha superado 20 veces el límite permitido bajo el acuerdo original (con datos de marzo de 2023).
Grossi: un hombre entre dos fuegos
El director del OIEA, Rafael Mariano Grossi, visitó Teherán recientemente y anunció que Irán permitirá el ingreso de un equipo técnico para discutir la reactivación de las cámaras de vigilancia en instalaciones nucleares clave. Esta medida —aunque técnica— posee una profunda carga política. "Eso no está directamente ligado a las negociaciones con EE. UU., pero sí es una señal alentadora", declaró Grossi en Washington.
Grossi fue claro en que su organismo no forma parte directa de las negociaciones, pero sí subrayó el rol indispensable del OIEA en caso de que se alcance un acuerdo. "No puedo imaginar un mecanismo de verificación efectivo que no esté liderado por el OIEA. Tenemos la experiencia técnica y la independencia necesarias", afirmó.
¿Qué quiere cada parte?
- Estados Unidos busca que Irán no llegue a fabricar armas nucleares. La administración Biden apuesta a restaurar elementos del acuerdo de 2015, si Irán vuelve a apegarse a sus términos originales.
- Irán desea el levantamiento de las sanciones que han estrangulado su economía durante años.
Según fuentes estadounidenses y europeas, la brecha predominante entre ambas partes radica en el tipo de garantías que Irán exige para asegurarse de que un futuro presidente estadounidense no retire nuevamente a EE. UU. del acuerdo.
La otra amenaza: Israel
Uno de los factores que han alimentado nuevamente el diálogo es el aumento de amenazas de ataques quirúrgicos contra instalaciones nucleares iraníes por parte de Israel.
Israel considera la posibilidad de una Irán nuclear como una amenaza existencial y ha llevado a cabo operaciones encubiertas —reconocidas y no reconocidas— para frenar el avance del programa nuclear persa. El ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho de forma explícita que Israel actuará "con o sin el consentimiento internacional" para evitar que Irán obtenga un arma nuclear.
¿Cuán cerca está Irán de la bomba?
Según un informe del OIEA en 2023, Irán podía acumular suficiente material fisible para un arma nuclear en tan sólo 12 días si decidiera cruzar ese umbral. Sin embargo, para militarizar ese material —es decir, crear realmente una cabeza nuclear usable— aún hacen falta mecanismos técnicos y pruebas que el país no ha realizado, según la inteligencia internacional.
El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Khamenei, ha insistido muchas veces en que el islam prohíbe las armas nucleares. Aun así, la posibilidad técnica persiste, y eso basta para preocupar a Occidente.
Optimismo cauteloso en Washington
Funcionarios del Departamento de Estado estadounidense afirmaron tras las reuniones recientes que hay una "nueva disposición" del gobierno iraní para conversar seriamente. Eso no impide que persistan dudas sobre si este acercamiento es genuino o una estrategia táctica para aliviar la presión internacional mientras avanza su programa desde las sombras.
La postura del Congreso también es clave. Varios senadores republicanos ya han expresado preocupación por cualquier retorno al JCPOA sin nueva votación del Congreso. El senador Ted Cruz, por ejemplo, advirtió que "cualquier acuerdo en la sombra sería inaceptable y probablemente ilegal".
La presión interna en Irán
La situación doméstica en Irán también ha llevado al régimen a mostrarse receptivo. Las protestas sociales han sacudido al país durante meses, desencadenadas por cuestiones de género, represión estatal y crisis económica. El rial iraní ha perdido más del 70% de su valor desde 2018, y la inflación ronda el 47%, según cifras del Banco Central iraní.
En este contexto, un alivio de las sanciones podría darle un respiro vital al gobierno de Ebrahim Raisi, notablemente impopular dentro de ciertas capas de la población urbana.
El rol paradójico del OIEA
El OIEA se encuentra en una posición compleja. No es parte formal de las negociaciones, pero su rol como verificador técnico es esencial. Grossi lo resumió de forma elocuente: "No puede haber supervisión nuclear internacional efectiva sin la participación del OIEA. Otra cosa sería extraña e improvisada".
Esto cobra relevancia ya que algunos actores han sugerido la posibilidad de sistemas alternos de aseguramiento si Irán no coopera con el OIEA. Pero hasta ahora, la agencia sigue siendo la piedra angular de cualquier pacto duradero.
Posibles escenarios futuros
- Vuelta al JCPOA: poco probable en su forma original, pero podría volver reformulado. Sería una victoria diplomática para Biden.
- Acuerdo interino: se ha planteado una fórmula de "congelamiento a cambio de alivio parcial" para evitar una espiral de conflictos.
- Camino a la confrontación: si fallan las negociaciones, Israel podría actuar, arrastrando a EE. UU. en un conflicto regional mayor.
¿Y si todo esto es una táctica?
Los analistas geopolíticos están divididos. Algunos creen que Irán sólo recurre a estos gestos diplomáticos para evitar una conflagración militar o aliviar su economía temporalmente, sin intenciones reales de congelar su programa nuclear. Otros —más optimistas— piensan que Teherán está presionado desde múltiples frentes y finalmente cederá terreno si se le ofrecen garantías concretas de beneficio económico.
“Se trata de ganar tiempo y posicionarse estratégicamente para negociar en mejores términos”, señala Ali Vaez, director del programa sobre Irán en el International Crisis Group. “Pero que se abran a cámaras del OIEA, después de años de resistencia, no es poca cosa”.
En definitiva, la diplomacia nuclear con Irán está nuevamente en una encrucijada, pero al menos ha vuelto a andar. Lo que aún falta por comprobar —como dice Grossi— es si las buenas intenciones se transformarán en compromisos firmes y verificables. El mundo, y en especial Medio Oriente, aguardan atentos el próximo capítulo de esta historia.