Graduaciones bajo amenaza: El choque entre diversidad, identidad y política en Estados Unidos

La cancelación de ceremonias de afinidad en universidades reaviva el debate sobre inclusión estudiantil y las nuevas directrices del gobierno de Trump

Un golpe a las celebraciones de identidad

En un giro que ha encendido la indignación de estudiantes y defensores de la diversidad en Estados Unidos, varias universidades han cancelado ceremonias de graduación diseñadas para representar y honrar grupos tradicionalmente marginados, como estudiantes afroamericanos, LGBTQ+ y aquellos que son la primera generación de sus familias en obtener un título universitario.

La Universidad de Kentucky, por ejemplo, eliminó todas las ceremonias de afinidad en un aparente intento por alinearse con las más recientes políticas del gobierno del expresidente Donald Trump, centradas en desmontar las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) en instituciones de educación superior.

¿Qué son las ceremonias de afinidad?

Estas celebraciones no reemplazan la ceremonia general de graduación, sino que la complementan. Son eventos que brindan un espacio seguro y significativo para que los estudiantes celebren sus logros con otros que comparten su identidad cultural, racial, sexual o socioeconómica.

  • Lavender Graduation: Enfocada en estudiantes LGBTQ+.
  • Black Convocation: Reconoce logros de estudiantes afroamericanos.
  • First Gen Celebration: Honra a quienes son los primeros de sus familias en asistir a la universidad.

Según NASPA, más del 80% de las universidades estadounidenses ofrecen algún tipo de ceremonia de afinidad. Se consideran herramientas valiosas de retención y éxito académico.

La presión federal y los efectos inmediatos

El detonante directo de estas cancelaciones es una campaña del gobierno de Trump para reducir lo que considera prácticas discriminatorias disfrazadas de inclusión. En una carta del Departamento de Educación de EE. UU. del pasado febrero, argumentaron que los programas de DEI violan decisiones recientes de la Corte Suprema, incluyendo el fallo de 2023 que prohibió el uso de la raza como criterio en las admisiones universitarias.

La misiva, firmada por Craig Trainor, subsecretario adjunto para derechos civiles, alega que las universidades han fomentado una segregación moderna bajo el disfraz de diversidad. “En un eco vergonzoso de un período oscuro en nuestra historia, muchas escuelas y universidades estadounidenses alientan la segregación racial en ceremonias de graduación y en residencias universitarias”, afirmaba la carta.

Como respuesta, universidades como Harvard y la Universidad de Kentucky han eliminado el apoyo financiero y logístico a estas celebraciones, incluso cuando sus estudiantes las consideran esenciales para su bienestar y sentido de pertenencia.

El silencio institucional y el alzamiento estudiantil

Austin Kissinger, líder de la Organización de Estudiantes de Primera Generación en la Universidad de Kentucky, expresó su decepción profunda al ver cancelada su ceremonia:

“Es como si nos estuvieran robando nuestra celebración, como si no nos permitieran abrazar quiénes somos.”

Ante la negativa de la universidad, diversos grupos estudiantiles han recurrido a celebrar sus logros en eventos fuera del campus. Algunos, como en Arizona, han encontrado aliados inusuales: La Comunidad India Salt River Pima-Maricopa organizó su propia convención para graduados nativos americanos.

En Ohio, Aaron Thomas, un exalumno de Ohio University, se negó a dejar morir el evento del fin de semana de antiguos alumnos afroamericanos tras ser cancelado por presión estatal. Financiado en parte con ayuda de organizaciones locales y del gobierno municipal, el evento se celebró como símbolo de resistencia.

Comunidades resilientes frente a políticas excluyentes

La importancia simbólica de estas ceremonias es inmensa. En un escenario en que muchos de estos estudiantes han enfrentado discriminación, pobreza, o aislamiento cultural, estos espacios representan más que una foto o un diploma: son afirmaciones de identidad y comunidad.

Un estudio de 2020 de la National Center for Education Statistics reveló que los estudiantes de primera generación tienen tasas de deserción un 40% más altas que sus pares con antecedentes familiares universitarios. Las ceremonias de afinidad no solo celebran su logro, también visibilizan sus barreras.

La paradoja de la legalidad y la exclusión

Los argumentos de la administración son presentados en nombre de la igualdad ante la ley, pero sus detractores señalan que estas medidas eliminan mecanismos diseñados precisamente para nivelar el campo de juego.

“Eliminar estas ceremonias no borra la desigualdad. La oculta”, declaró Martin Harvier, presidente de la Comunidad India Salt River Pima-Maricopa. Y agregó: “Estos eventos son donde nos vemos, donde sabemos que importamos.”

¿Hacia dónde va la educación superior?

Mientras universidades navegan entre presiones políticas y su ética institucional, los estudiantes han comenzado a redefinir la tradición. Aliados comunitarios, ONGs, gobiernos locales e incluso figuras municipales están desempeñando un papel clave en mantener vivas estas prácticas.

La Universidad Estatal de California en Long Beach, por ejemplo, decidió continuar con sus ceremonias culturales, incluyendo reconocimientos para estudiantes camboyanos o del Pacífico, asegurando que “están abiertas a todos” y, por lo tanto, en conformidad con la normativa federal.

Esta estrategia de “ceremonias sin restricciones” podría convertirse en un modelo replicable en otros campus: un enfoque que resguarde la celebración de la identidad colectiva sin infringir las regulaciones políticas.

La conclusión evidente es que estos eventos no son simplemente simbólicos, sino motores de motivación y empoderamiento para quienes históricamente han estado excluidos del relato dominante.

La batalla continúa

Si algo ha dejado claro esta situación es que los estudiantes no están dispuestos a ceder la narrativa de sus logros ni su identidad. En una América cada vez más polarizada, las ceremonias de afinidad se han convertido en un nuevo frente donde cultura, política e inclusión se entrelazan.

Y aunque los espacios universitarios estén enfrentando estos cambios, las comunidades, desde Kentucky hasta California, están encontrando nuevas formas —y nuevas voces— para decir: nosotros también contamos, también celebramos… y también resistimos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press