Juan Soto enciende Citi Field: ¿es este el resurgir ofensivo de los Mets?

Tras semanas sin conectar cuadrangulares en casa, la estrella de los Mets finalmente rompe su sequía con dos jonrones, aunque el equipo cae ante los Diamondbacks

Juan Soto, el hombre del contrato de $765 millones de los New York Mets, finalmente dio señales de vida en su nuevo hogar, Citi Field. Luego de 15 juegos sin lograr un solo jonrón en casa, el dominicano encendió la chispa que muchos fanáticos estaban esperando y conectó dos vuelacercas en la derrota 4-2 ante los Arizona Diamondbacks. Pero más allá del poder ofensivo momentáneo, la gran pregunta es: ¿estamos viendo el comienzo de una nueva etapa para los Mets o solo un espejismo del talento de Soto?

El inicio de una relación complicada: Soto y Citi Field

Desde su llegada a Nueva York, Juan Soto ha sido observado bajo una lupa. Su contrato millonario, firmado con la expectativa de llevar a los Mets a lo más alto de la MLB, despertó tanto entusiasmo como presión. Y esa presión aumentó con cada turno al bate en Citi Field sin resultados.

Antes del juego del jueves ante los Diamondbacks, Soto apenas bateaba para .241 en 54 turnos al bate en casa. Aunque conectaba bolas con fuerza —varias superando los 100 mph de velocidad de salida—, los batazos no caían donde debían. Como si el estadio le negara su reconocimiento.

Incluso tuvo un momento casi cómico cuando conectó lo que parecía su primer jonrón en casa el pasado 21 de abril contra los Filis, pero el batazo fue anulado por los árbitros luego de revisar que la pelota había salido de foul. Soto completó el recorrido de bases, solo para ser llamado nuevamente al plato. El jonrón soñado se hacía esperar un poco más.

Doble explosión: los dos jonrones ante Arizona

La espera terminó el jueves. Juan Soto logró no uno, sino dos cuadrangulares ante los Diamondbacks, ambos hacia el jardín izquierdo, demostrando que puede usar todo el campo. El primero llegó en la sexta entrada frente a Zac Gallen; el segundo, en la octava ante el relevista Kevin Ginkel. Curiosamente, ambos batazos tuvieron una menor velocidad de salida que algunos de sus batazos anteriores que no terminaron en jonrón.

“No tengo ningún tipo de presión”, declaró Soto tras el partido. “Estos muchachos, y (el mánager) Mendoza, han sido muy claros conmigo para ayudarme a sentirme cómodo. Solo salgo a jugar”.

Esas palabras reflejan el enfoque paciente del jardinero derecho, quien ha insistido en que no busca desesperadamente conectar jonrones, sino interpretar los lanzamientos y tomar decisiones inteligentes. De hecho, lleva 10 bases por bolas en casa esta temporada, comparadas con apenas 8 ponches.

¿Un punto de inflexión para Soto?

Hay algo simbólico en que estos jonrones lleguen justo después del día libre del equipo y en pleno corazón de una serie ante un rival competitivo como Arizona. Quizás sea coincidencia. O quizás sea la señal de que Juan Soto está listo para asumir el peso que viene con su nombre y su contrato.

“Sabíamos que estaba cerca”, dijo el mánager Carlos Mendoza. “Ahora no solo está poniendo la pelota en el aire, sino que lo está haciendo en dirección a left-center, lo que lo convierte en un bateador extremadamente peligroso”.

Lo curioso es que, más allá del rendimiento de Soto, los Mets siguen sin lograr una victoria en casa con su poder ofensivo. Sus dos cuadrangulares fueron las únicas carreras del equipo en un juego marcado por la falta de producción ofensiva colectiva.

Más allá del poder: ¿qué pasa con los Mets?

El problema de Nueva York parece estar más abajo del orden al bate. A excepción de Soto y quizás Francisco Lindor, quien ha tenido un arranque tibio, los Mets no han logrado establecer consistencia ofensiva. Y aunque hay talento, aún no han encontrado el ritmo como conjunto.

No ayuda tampoco que su bullpen ha tenido inconsistencias. El jueves, Shelby Miller, quien volvió esta temporada a los Diamondbacks casi una década después de un fallido intercambio con Atlanta, se llevó el salvamento en la novena entrada, relevando eficazmente y lanzando apenas 8 lanzamientos. Este tipo de eficiencia en el montículo ha faltado en el cuadro de los Mets.

El peso del contrato: comparaciones históricas

Juan Soto no es el primer gran nombre en llegar a los Mets con altas expectativas. En el pasado, figuras como Bobby Bonilla (1992), Carlos Beltrán (2005) y el propio Lindor (2021) vivieron procesos de adaptación difíciles. Según la estadística, solo Bonilla tardó más que Soto (22 juegos) en conectar su primer cuadrangular en casa.

Eso coloca la situación de Soto en perspectiva. Si bien los fanáticos esperan rendimiento inmediato, la historia recuerda que adaptarse a la ciudad de Nueva York, con su fervor, su prensa y su exigencia, toma tiempo. Ahora que el bate parece ir despertando, puede que estemos presenciando el florecimiento de un proyecto ambicioso.

Una estrella reflexiva y sin prisas

Soto es diferente. A diferencia de otros “sluggers”, no fuerza los batazos ni cae en la desesperación. Su acercamiento es cerebral. Observa. Aprende. Y actúa en consecuencia.

“Intento no expandirme”, señaló. “Si tengo que tomar mi base por bolas, la tomaré. No tengo prisa por conectar cuadrangulares ni por hacer batazos que empaten el juego”.

Esa paciencia es valiosa en una temporada larga como la de Grandes Ligas. Aunque sus dos joyas del jueves no fueron suficientes para ganar el partido, podrían representar el inicio de una nueva dinámica en Nueva York: la del dominio de Juan Soto como figura central en el renacer de unos Mets que aún tienen mucho por demostrar.

¿Qué sigue ahora para Juan Soto y los Mets?

La próxima prueba será la consistencia. Ya no se trata solo de dos jonrones aislados. Se trata de mantener el ritmo, con contribuciones diarias, con inteligencia al bate y responsabilidad en el jardín. Si Soto logra eso —y todo indica que va en buen camino— puede convertirse en el rostro de una era dorada en Queens.

El Citi Field estalló con cada jonrón del dominicano. La ciudad está lista. El escenario también. Ahora es el turno de Soto de escribir, batazo a batazo, su legítimo lugar en la historia de los Mets.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press