La caída de Mike Waltz y el nuevo rostro del Consejo de Seguridad Nacional de Trump

Un análisis del conflicto interno en la Casa Blanca, lealtades MAGA, uso indebido de Signal y el futuro de la seguridad nacional en el segundo mandato de Donald Trump

Por años, el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) ha sido el corazón estratégico de la política exterior de Estados Unidos. Bajo la presidencia de Donald Trump, la dinámica interna de este organismo ha sufrido transformaciones turbulentas y, con la reciente salida de Mike Waltz, asistimos a un nuevo punto de inflexión.

¿Quién es Mike Waltz?

Michael George Waltz, excongresista republicano por Florida y teniente coronel retirado del ejército, llegó al Consejo de Seguridad Nacional como asesor de seguridad nacional durante el segundo mandato presidencial de Donald Trump. Antes de aterrizar en la Casa Blanca, fue un férreo defensor del intervencionismo estadounidense y ampliamente respetado en círculos conservadores duros.

Con una carrera militar en Afganistán y experiencia en contraterrorismo, Waltz parecía el perfil perfecto para traer *orden* tras el caos que reinó en la política exterior del primer mandato de Trump, en el que desfilaron cuatro asesores de seguridad nacional: Michael Flynn, H.R. McMaster, John Bolton y Robert O’Brien.

¿Qué desató su caída?

En marzo, una noticia sacudió a Washington: se reveló que Waltz había incluido al periodista Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, en un grupo privado en la aplicación cifrada Signal, donde altos funcionarios discutían una operación militar sensible en Yemen el 15 de marzo.

Según múltiples fuentes, el Secretario de Defensa Pete Hegseth —otro aliado de Trump— compartió en ese canal detalles milimétricos del ataque, incluyendo los tiempos exactos en los que se lanzarían bombas. Aunque se insistió en que no se compartió información clasificada, las alarmas sonaron inmediatamente.

Waltz asumió la responsabilidad del grupo de mensajes, calificando el incidente de "error". Alegó no saber cómo Goldberg acabó en el grupo y aseguró no conocerlo personalmente. Pero los cuestionamientos no cesaron.

Laura Loomer, la inquisidora MAGA

Detrás del descontento también hay una figura cada vez más influyente dentro del ecosistema MAGA: Laura Loomer. Activista de extrema derecha y ferviente seguidora del trumpismo más radical, Loomer ha empujado por una purga interna en la Casa Blanca contra lo que ella llama "traidores al MAGA" o "neocóns no suficientemente leales".

En una conversación privada en la Oficina Oval, Loomer se quejó directamente con Trump de la presencia de figuras como Waltz y pidió su destitución. No pasó mucho tiempo para que la noticia de la salida de Waltz comenzara a circular.

En la red social X, Loomer se atribuyó el mérito de la caída de Waltz con una críptica y provocadora publicación: “SCALP”.

El precedente y la sombra de la ‘lealtad total’

Este episodio recuerda la dinámica volátil de lealtad absoluta impuesta por Donald Trump en su primer gobierno. En esos años, altos funcionarios como James Mattis, Rex Tillerson o Jeff Sessions terminaron fuera del Ejecutivo por no alinearse completamente con la órbita "Make America Great Again".

En palabras del propio Trump: "La lealtad es más importante que la experiencia".

En el fondo, el caso Waltz es un reflejo de esa lógica. Aunque Trump lo respaldó públicamente inmediatamente después del escándalo de Signal, las presiones internas y las pugnas ideológicas internas lo empujaron fuera del juego.

¿Quién es Alex Wong?

Otra baja significativa es la de Alex Wong, el subalterno de Waltz y arquitecto del acuerdo económico de recursos minerales con Ucrania. Wong, más silencioso pero igual de influyente, también dejará el NSC.

Ambos representaban un intento de profesionalización del Consejo, sin perder la devoción ideológica a la agenda de seguridad de Trump. Sin embargo, ni siquiera eso bastó para sobrevivir a la batalla interna por el alma de la administración.

El papel de Pete Hegseth y nuevos actores

Aunque Waltz cae, el Secretario de Defensa Pete Hegseth —conservador militante y habitual de Fox News— se consolida como una figura ascendente. Incluso en uno de los grupos de Signal él mismo compartió minucias de la operación en Yemen. Nada le ha costado hasta ahora.

Se especula que Hegseth podría tener un papel clave en la designación del nuevo asesor de seguridad nacional o incluso influir en las reformas que Trump quiere emprender en las agencias de inteligencia y defensa.

Trump, Alabama y las señales políticas

En paralelo al escándalo, Trump viajó a Alabama para dirigirse a estudiantes de la Universidad de Alabama en un evento paralelo a su graduación oficial. Aunque Alabama es un bastión republicano —Trump obtuvo el 64% de votos en 2024—, su discurso fue visto como un intento de reafirmar su liderazgo tras la tormenta Waltz.

En dicha ceremonia también intervino Nick Saban, exentrenador de fútbol del equipo Crimson Tide, lo que le dio mayor simbolismo local.

Sin embargo, sectores como la NAACP de Alabama y los Demócratas Universitarios organizaron una contramarcha llamada “Tide Against Trump”, con figuras como Beto O’Rourke y el exsenador Doug Jones denunciando la intolerancia de la administración y sus políticas hacia estudiantes afroamericanos y latinos.

Un Consejo de Seguridad Nacional reconfigurado

Con las salidas de Waltz y Wong, se espera una reestructuración completa del NSC con figuras más alineadas con el sector más radical del movimiento MAGA. Trump ha expresado su deseo de evitar la "anarquía institucional" de su primer mandato, pero las señales apuntan precisamente a lo contrario: más purgas, menos moderación.

Una fuente del entorno presidencial, citada por Axios, aseguró: “Esta administración no quiere expertos, quiere creyentes”. Una descripción que se asemeja a la forma de actuar de los gobiernos autoritarios, donde la adhesión ideológica suplanta a la meritocracia.

¿Logrará Trump una administración estable?

Los 100 primeros días del segundo mandato de Trump han estado marcados por decisiones unilaterales, presión interna y una creciente influencia de actores externos como Loomer en políticas públicas de alto nivel. La salida prematura del asesor de seguridad nacional es una herida autoinfligida, según analistas políticos.

Lo que parecía un intento de rejuvenecer la estructura militar y diplomática con aliados funcionales, ha degenerado en un juego de tronos donde la consigna es una sola: “No cuestionar a Trump”.

¿Qué sigue? Los analistas apuntan a que Trump podría nombrar a un nombre más mediático, e incluso se mencionan nombres como Kash Patel (exayudante de Devin Nunes y asesor militar) o el regreso de Richard Grenell, el exembajador y ferviente defensor del trumpismo más militante.

Mientras tanto, el Consejo de Seguridad Nacional queda sumido en una inestabilidad peligrosa justo cuando el mundo enfrenta desafíos críticos: tensiones con Irán, una guerra prolongada entre Rusia y Ucrania y la creciente presencia de China en Europa y África.

¿Está preparada la Casa Blanca para enfrentar esos retos sin una mano adulta al frente del NSC? El tiempo lo dirá.

Redacción: MundoPolítico.net
Fuentes consultadas: Axios, The Atlantic, Fox News, Universidad de Alabama

Este artículo fue redactado con información de Associated Press