Siria, Israel y los drusos: una bomba sobre Damasco que resuena en toda la región
El reciente ataque aéreo israelí cerca del palacio presidencial sirio aviva las tensiones sectarias y geopolíticas en Medio Oriente
El conflicto en Siria ha sumado un nuevo episodio de tensión luego de que la fuerza aérea israelí lanzara un ataque cerca del palacio presidencial en Damasco, en lo que se interpreta como una advertencia directa al liderazgo sirio y una maniobra para proteger a la comunidad drusa frente a una creciente violencia sectaria.
Un ataque con mensaje
El ejército israelí confirmó el viernes que atacó una zona próxima al Palacio del Pueblo, residencia del presidente sirio Hussein al-Sharaa, tras varios días de enfrentamientos entre milicias progubernamentales y miembros armados de la minoría drusa en los alrededores de Damasco. Estos choques dejaron más de 50 muertos y heridos, reavivando las tensiones sectarias que han plagado el conflicto sirio desde 2011.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, emitieron un comunicado conjunto donde destacaban: “Este es un mensaje claro al régimen sirio. No permitiremos una retirada de fuerzas desde el sur de Damasco ni ningún peligro a la comunidad drusa.”
La comunidad drusa: historia, presencia y persecución
Los drusos constituyen una minoría religiosa surgida en el siglo X como una rama del islam ismailí. Actualmente, se estima que hay entre 800.000 y 1 millón de miembros de esta fe en el mundo. En Siria, viven principalmente en la provincia sureña de Sweida, con importantes comunidades también en Damasco y sus alrededores.
Otros núcleos importantes de la comunidad drusa se encuentran en el Líbano, Israel y los Altos del Golán, territorio que Israel capturó a Siria en la guerra de 1967 y anexó en 1981, una decisión que no ha sido reconocida internacionalmente.
Los drusos han tratado históricamente de mantenerse al margen del conflicto sirio, aunque en los últimos años se han visto cada vez más involucrados, especialmente cuando las fuerzas del gobierno han presionado para controlar áreas de mayoría drusa con mano dura.
El estallido más reciente: insultos, represión y fuego cruzado
La más reciente oleada de violencia comenzó tras la difusión de un audio en redes sociales en el que supuestamente un clérigo druso criticaba al profeta Mahoma, hecho que encendió la furia de sectores musulmanes sunitas. No tardaron en surgir enfrentamientos entre los fieles y los grupos de defensa drusos, con participación posterior de fuerzas de seguridad del régimen.
El propio clérigo acusado, Marwan Kiwan, publicó un video en redes negando ser el autor del audio, pero el daño ya estaba hecho. La violencia se concentró en Sahnaya y Yaramana, suburbios damascenos de alta densidad drusa. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, al menos 56 personas han muerto en esa zona desde el inicio de los disturbios.
¿Quién lidera Siria hoy?
Desde 2011, Siria ha vivido una compleja guerra civil que ha fragmentado su territorio entre diversas facciones: el gobierno de Bashar al-Assad, grupos rebeldes, milicias kurdas y organizaciones yihadistas. Recientemente, nuevos movimientos islamistas como Hayat Tahrir al-Sham, considerado sucesor de al Qaeda en Siria, han ganado influencia en zonas estratégicas, incluso en círculos del poder aparentemente leales al régimen.
Esta composición volátil del poder ha generado fisuras internas y contradicciones. Mientras algunas ramas del régimen buscan mantener la cohesión territorial y control político, otras parecen favorecer causas islamistas más radicales, lo que genera alarma en comunidades como la drusa, que ya enfrentan amenazas por razones étno-religiosas y por su tendencia autonomista.
La crítica del líder druso: genocidio silencioso
El religioso druso de más alto perfil en Siria, el jeque Hikmat al-Hijri, rompió el silencio el jueves con una declaración pública en la que denunció lo que calificó como un “ataque genocida e injustificado” contra su comunidad. Su lenguaje subraya la gravedad con la que los drusos perciben los recientes acontecimientos: no solo como disturbios o represión puntual, sino como una amenaza existencial.
Es significativo que estas declaraciones se produjeran solo horas antes del bombardeo israelí, lo que hace pensar que Tel Aviv actúa no solo por razones tácticas, sino también por cálculo político e incluso por solidaridad con su propia población drusa en los Altos del Golán, muchos de los cuales han expresado inquietudes por sus compatriotas en Siria.
Israel, seguridad y estrategia regional
Israel ha intervenido repetidamente en Siria, con ataques a cargamentos de armas iraníes, milicias de Hezbolá y posiciones sirias que afectaban sus intereses de seguridad nacional. Pero los bombardeos tan cerca del corazón político del régimen —a pocos kilómetros del palacio presidencial— son mucho más infrecuentes y simbólicamente potentes.
Con este movimiento, Israel busca:
- Disuadir al régimen y sus aliados islamistas de atacar áreas drusas del sur de Siria.
- Demostrar su capacidad de acción quirúrgica en el centro del poder sirio.
- Enviar un mensaje indirecto a Irán, cada vez más involucrado en territorio sirio.
Las repercusiones internacionales
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación, pero sigue sin actuar de forma decisiva. Siria continúa sancionada y fragmentada, y actores como Rusia y Turquía tienen objetivos contrapuestos dentro del país. Todo esto da lugar a una tormenta perfecta para una escalada indeseada.
Además, lo sucedido complica los actuales esfuerzos diplomáticos para estabilizar la región. Naciones Unidas y actores europeos han promovido la idea de reformas constitucionales y reconciliación, pero hechos como los recientes desmienten cualquier optimismo inmediato.
¿Qué sigue para los drusos?
Para los drusos sirios, el futuro inmediato es incierto. La creciente presión interna, la represión estatal y ahora el posible aumento de operaciones militares israelíes en nombre de su protección podría ponerlos aún más en el foco del conflicto.
Los líderes de esta comunidad han intentado históricamente mantener una neutralidad pragmática, colaborando con el régimen en algunos casos pero evitando entrar de lleno en el conflicto sectario. Sin embargo, los últimos hechos podrían obligarlos a tomar posiciones más activas y, por ende, más riesgosas.
¿Podría surgir un movimiento autonómico druso? ¿Buscarán apoyo en Israel o en actores occidentales? ¿Responderá el régimen sirio con mayor dureza o hará concesiones? Son preguntas que marcarán el destino inmediato de una comunidad que, aunque pequeña, podría convertirse en catalizador de grandes transformaciones geopolíticas.
La guerra en Siria no se detiene, y la chispa encendida en los suburbios de Damasco podría incendiar de nuevo un conflicto regional que nunca ha dejado de arder.