¿Están seguros los estadios de la MLB? Una mirada crítica a la evolución de sus medidas de protección para los fanáticos

Desde caídas fatales hasta bolas de foul a velocidades peligrosas: analizamos cómo ha reaccionado la MLB y qué más debe hacerse

Los estadios de béisbol de las Grandes Ligas evocan las emociones más intensas de los aficionados: la emoción de un jonrón, la tensión de una entrada cerrada, la euforia de una victoria en casa. Pero también, lamentablemente, pueden ser escenarios de tragedia. La reciente caída de un fanático desde el muro de Clemente de 21 pies en el PNC Park en Pittsburgh ha reavivado el debate sobre la seguridad de los espectadores en la MLB. Y no es un caso aislado. Este suceso se suma a una cadena de incidentes, algunos fatales, que obligan a preguntar: ¿están haciendo suficiente las Grandes Ligas para proteger a sus fanáticos?

El caso más reciente: el accidente en PNC Park

El miércoles por la noche, Kavan Markwood cayó desde la parte superior del popular Clemente Wall en el jardín derecho durante el séptimo inning, justo cuando Andrew McCutchen conectaba un doble de dos carreras para los Pirates. El incidente, catalogado como accidental por la policía de Pittsburgh, dejó a Markwood en condición crítica. Fue atendido rápidamente por los cuerpos médicos de ambos equipos y trasladado al hospital Allegheny General Hospital.

El muro en cuestión tiene una baranda de 36 pulgadas (poco más de 91 cm), lo que supera el mínimo requerido por el código de construcción (26 pulgadas), pero ¿es suficiente? A la luz de incidentes previos, vale la pena cuestionar si cumplir con los estándares mínimos basta para asegurar la integridad física de los aficionados.

Los antecedentes de tragedias en estadios de MLB

Lamentablemente, el caso de Markwood no es aislado. En 2011, Shannon Stone, un bombero de Texas, cayó 20 pies en el Rangers Ballpark intentando atrapar una pelota lanzada como obsequio. Murió horas más tarde. Su muerte llevó a los Texas Rangers a elevar las barandas hasta 42 pulgadas (unos 107 cm).

Otro incidente ocurrió en 2015 en Atlanta, cuando Gregory Murrey cayó desde el segundo nivel del Turner Field. Su familia llegó a un acuerdo legal con los Braves tres años después. En ese caso, la baranda tenía solo 30 pulgadas: más que el requisito mínimo, pero claramente insuficiente.

¿De quién es responsabilidad mejorar la seguridad?

En teoría, la seguridad de los estadios está descentralizada. Cada equipo es responsable de aplicar medidas basadas en leyes y códigos locales. Sin embargo, la MLB como liga puede —y ha comenzado a hacerlo— emitir directrices y recomendaciones internas tras incidentes o avances tecnológicos.

Brian Warecki, vicepresidente de comunicaciones de los Pirates, aseguró tras el accidente en el PNC Park que su estadio “supera los códigos mínimos”, pero el mínimo no suele ser suficiente cuando hablamos de prevenir tragedias que afectan a cientos o miles de fanáticos por temporada.

La evolución de la red de seguridad contra bolas de foul

Uno de los cambios más significativos de la última década en materia de seguridad ha sido la ampliación de la red protectora en los estadios. Hasta 2015, solo se colocaban redes detrás del home plate. Pero esa temporada fue especialmente alarmante: varias personas fueron hospitalizadas tras recibir pelotas de foul a velocidades superiores a 150 km/h. Fue entonces cuando MLB “invitó” a los equipos a extender las redes hasta los extremos de los dugouts.

En diciembre de 2015, los 30 estadios de MLB aceptaron la recomendación. Sin embargo, siguieron ocurriendo incidentes, incluyendo el caso más impactante de 2019: una niña de dos años que sufrió fractura de cráneo en un juego de los Astros tras ser impactada por una pelota. El equipo se vio obligado a llegar a un arreglo legal con la familia.

Como respuesta, 7 estadios extendieron sus redes hasta los postes de foul, y otros 15 aumentaron su cobertura hasta zonas donde las tribunas comienzan a alejarse del campo. Hoy, todos los estadios tienen redes más allá del dugout, pero no todos llegan hasta los postes de foul.

Los datos detrás de los peligros

  • Según ESPN, en 2019 hubo al menos 44 aficionados heridos por pelotas de foul en la primera mitad de la temporada, y muchos más sin reportar.
  • Una investigación de Bloomberg News estimó que se producen entre 1200 y 1750 lesiones relacionadas con pelotas de foul por temporada.
  • Los asientos más cercanos al campo están aproximadamente a 1 filo de segundo de reacción entre el momento del contacto y el impacto con el público.

Este contexto deja claro que el riesgo no es anecdótico: es estadísticamente preocupante.

Alcohol y otros factores de riesgo

Otro elemento relevante son las políticas de venta de alcohol. Aunque la MLB no tiene una norma estándar, la mayoría de los equipos limitan la venta a la séptima entrada. Sin embargo, tras la implementación de reglas para acelerar el juego en 2023, varios equipos extendieron la venta hasta la octava entrada. Esto ha generado debate sobre los riesgos vinculados al consumo de alcohol y la posibilidad de accidentes por pérdida de equilibrio o juicio.

El alcohol, combinado con emociones intensas, multitudes, alturas considerables y barandas mínimas, constituye una mezcla explosiva que amerita atención regulatoria más específica.

¿Qué más se puede hacer?

Hay muchas posibles soluciones de baja inversión que podrían mejorar la seguridad sin comprometer la experiencia del fanático ni aumentar significativamente los costos operativos:

  1. Elevar la altura mínima de barandas a 42 pulgadas, como ya lo hacen algunos equipos que han experimentado tragedias.
  2. Implementar sensores de proximidad o barreras inteligentes en zonas de riesgo alto, similares a las utilizadas en parques temáticos para detención de caídas.
  3. Mayor señalización e indicaciones de advertencia en áreas elevadas como el Clemente Wall.
  4. Mayor capacitación de personal de seguridad para prevenir conductas riesgosas entre fanáticos.
  5. Extensión obligatoria de redes de protección hasta los postes de foul en todos los estadios.

Proteger a quienes hacen posible el espectáculo

Los aficionados son el alma del béisbol. Son quienes llenan los estadios, compran entradas, camisetas y hot dogs, y elevan el espectáculo a una experiencia colectiva inigualable. No deben sentirse inseguros ni exponerse físicamente por disfrutar del deporte que aman.

Así como la MLB ha tomado decisiones firmes para acelerar el ritmo del juego, revisar repeticiones o robotizar árbitros de zona, también tiene la responsabilidad moral y legal de hacer que sus estadios sean 100% seguros. Y si eso requiere más tiempo, más inversión o incomodar a algunos puristas de las graderías, que así sea.

Lo verdaderamente inaceptable no es tener barandas más altas o redes más extendidas. Lo intolerable es que la próxima historia trágica se pueda anticipar y aun así no se impida.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press