La NBA sin Popovich... ¿será la misma? El legado imparable del coach más influyente del siglo XXI
Gregg Popovich deja el banquillo de los Spurs, pero no el baloncesto. Una mirada profunda a su impacto global en la liga y su legado como pionero internacional
San Antonio, Texas – Cuando se piensa en baloncesto moderno, en movimiento inteligente del balón, defensa tenaz y una cultura organizacional que prioriza el respeto y la humildad, inevitablemente surge un nombre: Gregg Popovich. Esta semana, Popovich dejó su puesto como entrenador de los San Antonio Spurs tras casi tres décadas a cargo del banquillo. Pero su huella en la NBA —y en el deporte global— es tan profunda que su influencia perdurará mucho después de su retiro como estratega principal.
Una mente táctica con perspectiva internacional
Mucho antes de convertirse en el entrenador con más victorias en la historia de la NBA, Popovich ya pensaba globalmente. Graduado de la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU. con una licenciatura en estudios soviéticos, Popovich parecía destinado a una carrera como espía, pero el destino lo llevó al baloncesto. Su formación militar no solo le dio disciplina, sino también una mentalidad abierta al cambio y al aprendizaje constante, valores que más tarde transmitiría a su equipo y la liga.
En los años 90, mientras la mayoría de los equipos enfocaban sus esfuerzos de scouting en universidades estadounidenses, Popovich y su socio R.C. Buford miraban hacia Europa y Sudamérica. La apuesta por talentos internacionales era arriesgada, pero fue parte fundamental de la fórmula que convirtió a los Spurs en una dinastía.
¿El mejor trío internacional de todos los tiempos?
El trío de Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili es uno de los más icónicos de todos los tiempos, y acaso el más internacional. Mientras Duncan fue una anomalía caribeña —nacido en Islas Vírgenes estadounidenses—, Parker llegó de Francia y Ginóbili de Argentina. Popovich supo sacar lo mejor de cada uno, guiándolos hacia cinco campeonatos (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014) y un sinfín de jugadas inolvidables.
Con Ginóbili, Popovich aceptó las locuras creativas; con Parker, la velocidad y agresividad francesa; con Duncan, la calma y modestia. Nunca trató de imponerles un molde, sino que potenció sus fortalezas. Para muchos, ese ha sido el intangible más valioso del legado de Popovich: potenciar la diversidad como fuente de fortaleza colectiva.
Los Spurs como pioneros internacionales
Adam Silver, comisionado de la NBA, resumió el impacto de Popovich así:
“Fueron pioneros del baloncesto internacional. Scoutaban profundamente mucho antes que otros equipos”
Bajo el mando de Popovich, pasaron figuras como:
- Boris Diaw (Francia)
- Tiago Splitter (Brasil)
- Marco Belinelli (Italia)
- Pau Gasol (España)
- Fabricio Oberto (Argentina)
- Jakob Poeltl (Austria)
- Patty Mills (Australia)
Incluso en el cuerpo técnico hubo nombres relevantes de fuera de EE.UU., como Ettore Messina (Italia), quien dejó huella como asistente y elevó el prestigio de los entrenadores europeos.
Victor Wembanyama: el proyecto final
Popovich pudo haber cerrado su carrera unos años atrás, pero decidió quedarse para implementar un último gran plan: desarrollar al fenómeno francés Victor Wembanyama. Considerado el mayor prospecto internacional desde LeBron James, "Wemby" representa ese nuevo mundo global que Popovich ayudó a construir.
Convertirse en mentor del joven pívot francés era el círculo completo de su travesía: de descubrir talento extranjero en ligas poco exploradas, a moldear posiblemente al próximo dominador único de la liga.
El legado más allá del parqué
Más allá de las estadísticas —que son muchas: tres veces Mejor Entrenador del Año, más de 1.300 victorias en temporada regular, una racha histórica de 22 apariciones consecutivas en playoffs—, Popovich se destacó como líder humano. Su activismo social, su voz crítica ante injusticias y su labor silenciosa con organizaciones como St. Jude's Children Hospital, el San Antonio Food Bank o el Innocence Project marcan una trascendencia que va más allá del deporte.
“What you learn there is to get over yourself. It's not about you” – Gregg Popovich sobre su paso por la Fuerza Aérea.
Un maestro para jugadores y entrenadores
La llamada "escuela Popovich" dejó entrenadores por toda la liga: Mike Budenholzer, Steve Kerr, Ime Udoka, Becky Hammon (la primera mujer en ser entrenadora principal de una franquicia G-League afiliada a los Spurs) y muchos más, replican sus enseñanzas día a día.
Como seleccionador nacional, también cumplió: logró el oro olímpico en Tokio 2021, cerrando bocas que cuestionaban su estilo en torneos FIBA. Su capacidad de adaptación le permitió dirigir tanto a estrellas consagradas como a jóvenes promesas, siempre apostando por una mentalidad de equipo.
Una liga modelada por su visión
Hoy la NBA está más globalizada que nunca. En la temporada 2023-2024, más del 25% de los jugadores eran internacionales, representando a más de 40 países. Las figuras actuales —Jokic, Antetokounmpo, Doncic, Shai Gilgeous-Alexander y Wembanyama— provienen del extranjero.
¿Habrían llegado de todas formas? Tal vez. ¿Pero Popovich ayudó a crear la infraestructura y el respeto que pavimentó su llegada y éxito? Sin duda. Scouting más profundo, respeto cultural, disciplinas adaptadas, comunicación abierta: Popovich rompió el molde.
Una NBA en deuda con Pop
Hoy que da un paso al costado, su nombre sigue en la presidencia de los Spurs. Su figura no desaparece, se transforma. Y la liga, con sus valores y caminos abiertos, deberá continuar sobre las raíces que él ayudó a sembrar.
“Pop cambió esta liga. Y lo hizo con integridad, inteligencia y compasión”. – palabras de Steve Kerr.
No se puede escribir la historia del baloncesto contemporáneo sin Gregg Popovich. En un mundo que cambia cada día más rápido, él recordó a todos —jugadores, entrenadores, aficionados— un principio esencial: nunca dejes de aprender y, sobre todo, nunca dejes de enseñar.