V-E Day: El Día que Londres Recuperó el Alma

Un homenaje desde el corazón del East End a la jornada que cambió la historia y un vistazo a los recuerdos de quienes lo vivieron

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

La rendición de la Alemania nazi el 8 de mayo de 1945, marcó algo más que el fin de la guerra en Europa: para los londinenses, significó la resurrección de una ciudad devastada y de su espíritu colectivo.

Desde las cenizas de Londres

Durante seis años, la Segunda Guerra Mundial sumió a Londres en la oscuridad de apagones rutinarios, racionamientos extremos y, sobre todo, muerte. El Blitz —una campaña de bombardeo masivo de la Luftwaffe alemana que comenzó en septiembre de 1940— hizo de la capital británica un infierno nocturno. Según cifras oficiales, alrededor de 30,000 civiles murieron en Londres a causa de ataques aéreos.

John Goldsmith, hoy un arquitecto retirado que vivía en Bow, al este de Londres, recuerda vívidamente esos años. “Recuerdo los bombardeos, las explosiones, el cielo rojo tras los muelles que ardían. Era como mirar un volcán en plena erupción”. Desde niño, recopiló recortes de periódicos para seguir el avance aliado hasta Berlín.

El grito de libertad en Piccadilly Circus

Pero todo cambió aquel 8 de mayo de 1945. A las tres de la tarde, los londinenses escucharon por la radio la voz inconfundible de Winston Churchill, anunciando que “esta es la victoria de todo el pueblo británico”. Las palabras del primer ministro sellaron un nuevo capítulo en la historia de la nación.

Las iglesias rompieron el silencio con campanas. Piccadilly Circus se convirtió en una fiesta al aire libre: fuegos, congas, personas bailando sobre los techos de los autobuses. Según Goldsmith, “no era por el alcohol, era porque todos habían decidido soltar el alma”.

Fiestas callejeras entre ruinas

En entornos económicamente devastados como el East End, la alegría fue aún más sentida. Aunque muchas familias apenas sobrevivían con lo justo, cada calle intentó organizar su celebración.

Goldsmith cuenta que se llevaron los muebles del salón al asfalto, pusieron manteles sobre mesas improvisadas unidas, y los niños comieron pasteles como si fueran manjares de otro mundo. “No entiendo cómo, pero la comida apareció de la nada. Fue un festín mágico”.

El papel del pueblo: más allá del frente de batalla

Este veterano de la vida insiste en que la victoria no fue solo militar. En sus propias palabras: “Los soldados necesitan del pueblo. Si fallamos en casa, ellos no hubieran podido avanzar. V-E Day fue nuestro día. El día de las personas”.

Durante el conflicto y pese a los bombardeos, los trabajadores portuarios continuaron llevando suministros, las enfermeras se mantuvieron de pie en los hospitales, y la radio mantuvo viva la esperanza.

El arte como memoria colectiva

Hoy, con 94 años, John ha comenzado a dibujar pasajes de aquellos días. Escenas como la del inicio del Blitz con aviones alemanes sobre Londres, o la aparición de un rentero entre el polvo luego de un impacto de V-2, forman parte de su colección.

Sus obras buscan transmitir la emoción, la angustia y la liberación de una generación que, poco a poco, desaparece. “No quiero que se olviden. Quiero que vean lo que nuestros ojos vieron para que no vuelva a repetirse”.

Cuando el fútbol callejero recibió la noticia

Con una sonrisa cargada de nostalgia, John recuerda el instante exacto en que se enteró. Jugaban fútbol en la calle con una pelota de tenis, cuando un chico corrió gritando: “¡Se acabó!”.

“Tuve que contenerme, aún me cuesta. Porque fue cuando uno entendía que podía vivir sin miedo otra vez”, explica.

Entre la esperanza y la realidad

Sin embargo, la alegría se vio opacada poco después. La guerra contra Japón aún continuaba. Las tensiones seguían: familiares seguían lejos, hospitales seguían llenos y la reconstrucción apenas comenzaba. Londres necesitaba volver a ponerse de pie, ladrillo por ladrillo.

Según datos del Ministerio de Reconstrucción británico, para 1946 más de 1 millón de hogares necesitaban reparación o reconstrucción total. Las zonas más afectadas: el East End, el sur de Londres y áreas industriales clave como Coventry o Liverpool.

Una ciudad que jamás se rindió

Hoy, 79 años después, el Día de la Victoria en Europa sigue siendo ampliamente celebrado. Desde desfiles en Whitehall hasta recreaciones populares, el evento evoca una mezcla de orgullo, dolor y determinación.

El testimonio de figuras como John Goldsmith es vital. No es solo historia militar, es historia humana. Porque más allá de las trincheras, cada calle, cada barrio y cada mesa familiar fue un campo de resistencia.

El legado de la memoria

Goldsmith resume esta etapa como una herencia moral: “Queríamos paz, pero aprendimos a amar nuestra libertad. Cada conga en Piccadilly fue un grito de resistencia que nos recordaba que, incluso en la penumbra, el alma humana puede brillar”.

Que nunca olvidemos que la historia también se escribe con las voces de quienes vivieron en silencio.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press