¡Corre, burro, corre!: La locura entrañable del ‘burro racing’, el deporte más pintoresco del viejo oeste
Entre historia, resistencia y vínculos insólitos: una mirada profunda y divertida al mundo del ‘burro racing’, el deporte oficial del estado de Colorado
En el corazón árido de Nuevo México y las montañas de Colorado, una tradición tan surreal como entrañable está cobrando fuerza: el Pack Burro Racing. Este deporte lleva la palabra "peculiar" a un nivel olímpico, donde corredores no sólo deben vencer terrenos escarpados, sino también sincronizarse con un compañero de carrera que no es otro que un burro.
Un viaje al pasado: la génesis del ‘Burro Racing’
Esta práctica no nació por capricho. Surge tras la Segunda Guerra Mundial como una forma de revitalizar los pueblos mineros en declive de Colorado. Inspirado por la legendaria imagen de los buscadores de oro del siglo XIX que corrían hacia las oficinas de tierras acompañados por sus burros cargados con herramientas esenciales—pico, sartén y pala—, el deporte simula esa mítica carrera hacia la fortuna.
Hoy, cada animal debe llevar esa misma carga simbólica. La autenticidad histórica no es negociable.
La carrera más ruda e hilarante del oeste
Los eventos tienen lugar en localidades como Leadville, Buena Vista y Fairplay, donde participantes humanos corren junto a sus compañeros orejudos entre polvo, senderos de desierto y pendientes vertiginosas. La regla de oro: nadie puede montar el burro. Se le puede empujar, jalar, hablarle o incluso cantar, siempre que no se le cause daño.
Los recorridos pueden variar desde los 5 hasta los 48 km en las pruebas más exigentes, como sucede en Colorado. Todo esto genera un espectáculo tan emocionante como caótico. Lisa Kazmar, terapeuta de masaje y dueña de cuatro burros, bromea: "Es como una cita a ciegas, nunca sabes qué va a hacer tu compañero de carrera".
Burros: ni tercos ni torpes
Mucha gente cree erróneamente que los burros son necios por naturaleza cuando se detienen de forma inesperada. Nada más lejos de la verdad. Joe Polonsky, corredor veterano en este deporte, comenta: "Cuando un burro frena, no es necedad, es inteligencia. Si detectan algo que huele a problema, se detienen y evalúan la situación".
A diferencia de los caballos, que huyen al primer signo de peligro, los burros se detienen, observan y deciden. Esta actitud, aunque frustrante para un novato, habla de un instinto de supervivencia muy depurado. Y sí, también puede costarte una victoria.
Una vida y carrera largas
Los burros, también conocidos como asses en inglés, pueden vivir hasta 40 años y pesan entre 135 y 450 kg, dependiendo de su tipo, desde los diminutos "minis" hasta los "mamuts". Muchos de ellos provienen de situaciones complejas:
- Adoptados de refugios donde fueron llevados para controlar la sobrepoblación.
- Comprados a dueños que ya no pueden hacerse cargo.
- Alquilados por novatos para iniciarse en la disciplina.
Como dice Shane Weigand, organizador de carreras en Nuevo México: "Este deporte requiere más que preparación física; es sobre confianza y conexión. Debes pasar horas en el sendero con tu burro y construir una relación real".
¡Hup hup! La jerga y técnicas del oficio
Los corredores usan expresiones como “¡Hup hup!” para animar a su compañero. Algunos incluso giran la soga como si fueran a lazarlos, para dar un impulso visual. Otros fijan la cuerda al cinturón y se dejan arrastrar por la fuerza del burro, aprovechando la energía del animal como un deportista de esquí alpino con paracaídas.
En la salida, se produce una estampida de energía impulsiva. Algunos burros corren en estampida; otros detienen todo el tránsito al detenerse ante un charco misterioso. Cada carrera es un caos coreografiado.
Una asociación con alma: Western Pack Burro Ass-ociation
Este no es un deporte improvisado. La Western Pack Burro Ass-ociation regula las carreras y ha llevado esa pasión burra desde Arizona hasta California y Tennessee. Con el apoyo de marcas de sneakers, bebidas hidratantes y clínicas veterinarias, el circuito se ha consolidado como un deporte oficial en Colorado.
En las carreras, hay trofeos en forma de hebillas de cinturón del Oeste y premios especiales como el “Last Ass”, reservado para el último equipo en cruzar la meta.
Burro racing en números
- Colorado declaró oficialmente este deporte como parte de su herencia estatal en 2012.
- Hasta 70 equipos compitieron en la reciente edición en Cerrillos, Nuevo México.
- El evento de Leadville (Colorado), el más famoso, cubre 29 millas (46,6 km) y termina en la cima de Mosquito Pass, a más de 4,000 metros de altitud.
Detrás del humor, hay pasión
Claro, este deporte se presta para chistes—¡en inglés abunda la terminología tipo “Ass-ociation”!—, pero para sus adeptos, el burro racing es cosa seria. Requiere disciplina, resistencia, entendimiento inter-especies y, sobre todo, humildad.
"Cuando corres solo, puedes echarle la culpa al terreno o al clima. Pero cuando lo haces con un burro, aprendes a adaptarte a otro ritmo, a otra voluntad", sentencia Polonsky con tono casi zen. "Muchas veces no es una carrera contra el tiempo, sino contra tu ego".
Deporte, arte, terapia
Más allá de la competencia, muchos participantes creen que interactuar con burros tiene efectos terapéuticos. La paciencia requerida, la conexión emocional y la interacción al aire libre crean una experiencia casi espiritual.
Lisa Kazmar recuerda cómo un burro que adoptó se convirtió en su mejor compañero de caminatas tras un duelo personal. "Te obligan a estar presente, a respirar y compartir el momento", dice.
¿El futuro? Más carreras… y quizá más tequila
Weigand también organiza bodas burro-temáticas e incluso eventos con tequila incluido, transportado por sus dóciles animales. Según él, eso también es parte de la magia del burro racing: “Fusión de rusticidad, historia, humor y comunidad”.
En un mundo donde los deportes se vuelven cada vez más comerciales y tecnológicos, el burro racing es un recordatorio divertido de que, a veces, volver a lo básico puede ser lo más extraordinario.
Así que ya sabes... si alguna vez cruzas caminos con un maratón de burros, ¡prepárate para reírte, emocionarte y, por qué no, replantearte tu próxima carrera!