Greg Abel hereda el imperio de Warren Buffett: el relevo generacional en Berkshire Hathaway

El discreto ejecutivo canadiense asumirá el liderazgo de una de las compañías más influyentes del mundo, enfrentando el legado de una leyenda financiera

Un cambio histórico en la cima del capitalismo estadounidense

El 2025 marcará un momento histórico para el mundo de las finanzas: Warren Buffett, el 'Oráculo de Omaha' y uno de los inversionistas más exitosos del siglo XX y XXI, dejará su cargo como CEO de Berkshire Hathaway. El hombre detrás del coloso que controla negocios tan diversos como la aseguradora GEICO, el ferrocarril BNSF, See’s Candies o Dairy Queen, dará paso a un perfil mucho más bajo pero no menos competente: Greg Abel.

La transición no solo implica una sucesión organizacional, sino también un cambio cultural en cómo Berkshire Hathaway enfrentará las próximas décadas en un entorno empresarial más complejo y dinámico. ¿Quién es Greg Abel y por qué es considerado el sucesor natural de Buffett? Más aún, ¿cuáles son los desafíos que enfrentará al frente de un conglomerado valorado en más de $780,000 millones según datos de Bloomberg (2024)?

¿Quién es Greg Abel?

Abel, de 62 años, nació y creció en Edmonton, Alberta (Canadá), donde desarrolló una ética de trabajo férrea que lo acompañaría durante toda su carrera. Mientras otros soñaban con Wall Street desde grandes oficinas en Nueva York, Abel inició su camino reciclando botellas y cargando extintores. Esta formación humilde se asemeja notablemente a la de Warren Buffett, quien creció empleado en la tienda de comestibles de su abuelo en Omaha.

Graduado en comercio por la Universidad de Alberta, Abel llegó a dirigir Berkshire Hathaway Energy en 2011, siendo responsable del brazo energético del conglomerado. Posteriormente fue escalando hasta convertirse en uno de los hombres de confianza de Buffett. En 2021, debido a una indiscreción de Charlie Munger, se confirmó oficialmente que Abel sería el sucesor designado.

¿Por qué Greg Abel?

No hay muchos ejecutivos capaces de gestionar un conglomerado que abarca desde tiendas minoristas y ferrocarriles hasta energía eléctrica, chocolates e inversiones millonarias en Apple o Coca-Cola. Buffett ha sido claro: “Somos condenadamente afortunados de tener a Greg”.

Ron Olson, miembro de la junta de Berkshire desde hace décadas, afirmó: “No es otro Warren Buffett. No hay otro Warren Buffett. Pero tiene muchos de los fundamentos de Warren: integridad, ética, visión estratégica”.

Además, su conocimiento técnico en temas energéticos y financieros, sumado a su bajo perfil mediático, ha potenciado su reputación como un líder pragmático y sensato. “Greg no solo tiene agudeza para los negocios. Tiene intuición, como Warren”, señaló Troy Bader, CEO de Dairy Queen.

Un modelo descentralizado y difícil de replicar

Uno de los mayores desafíos para Abel será mantener el modelo descentralizado de Berkshire Hathaway. Desde Omaha, Buffett supervisó un imperio con menos de 30 empleados directos en su oficina, confiando ciegamente en los CEOs de cada empresa adquirida. Greg deberá heredar -y preservar- una cultura de confianza, independencia e integridad, rara en la economía corporativa contemporánea.

Charlie Munger lo anticipó: “Greg mantendrá la cultura”. Y esto es más que simbólico. Se refiere a evitar convertir Berkshire en una empresa burocrática, a pesar de dirigir casi 400,000 empleados alrededor del mundo y manejar uno de los portafolios de acciones más grandes del planeta.

Nuevos tiempos, nuevos retos: la sombra de Buffett

Bajo el liderazgo de Buffett, Berkshire Hathaway rompió los moldes sobre cómo debía operar una empresa de inversión. En lugar de comprar para vender, Buffett compraba para poseer de por vida, si el negocio era bueno. Y tenía la habilidad única de adquirir empresas en los momentos de mayor pánico, como lo hizo durante la crisis financiera de 2008.

Ese estilo es difícil de replicar, porque el propio tamaño de Berkshire ahora es una desventaja. Como dijo el 'Oráculo', “es difícil mover la aguja con operaciones pequeñas cuando eres tan grande”.

Hoy, con inversiones mayoritarias en Apple (representando hasta el 45% del portafolio en 2023), Bank of America, Coca-Cola y American Express, Berkshire es en muchos sentidos una extensión del mercado estadounidense. Esto puede dejar a Abel con menos margen de maniobra para encontrar “gangas”.

Greg Abel y la nueva era ESG

Uno de los aspectos más observados será cómo Abel adapta el conglomerado a la creciente presión de los accionistas institucionales para alinearse con principios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Buffett fue escéptico respecto al activismo corporativo, alegando que los negocios deben enfocarse en eficacia operativa, no en política.

Abel, con experiencia en el sector energético, especialmente en renovables, podría posicionar a Berkshire como un actor responsable en la transición energética. Ya ha liderado proyectos de energía solar y eólica desde Berkshire Hathaway Energy, anticipando una postura más proactiva.

Un CEO que dirige desde la sombra

A diferencia de otros altos ejecutivos que buscan notoriedad, Greg Abel ha evitado entrevistas y eventos mediáticos. Mientras Buffett llenaba auditorios en Omaha cada primavera, Abel prefería trabajar desde su oficina en Des Moines, Iowa. Y es probable que así siga, ya que Berkshire no depende de una sede central tradicional.

Este enfoque discreto puede ser su mayor fortaleza. Demuestra que no busca ser el próximo gurú financiero ni llenar los zapatos del fundador, sino ofrecer continuidad con prudencia.

Los próximos pasos: ¿continuidad o evolución?

La junta de Berkshire Hathaway votará en los próximos meses para aprobar formalmente a Abel como nuevo CEO para finales de 2025. Pero en la práctica, ya lidera múltiples áreas operativas clave. Su ascendencia es segura, aunque la expectativa de igualar —o siquiera acercarse— al histórico historial de retornos de Buffett (más del 20% anual compuesto durante décadas) es una carga pesada.

No obstante, como señaló Charles Munger antes de su muerte en 2023: “No necesitas otro Warren Buffett. Solo alguien que entienda por qué Berkshire funciona como lo hace —y que no lo arruine”.

¿Qué podemos esperar del Berkshire post-Buffett?

  • Mayor enfoque en energía renovable: bajo Abel, el futuro energético de Berkshire será clave.
  • Posible reducción del ritmo de adquisiciones: debido al tamaño actual del conglomerado y la ausencia del olfato inigualable de Buffett para detectar oportunidades.
  • Estabilidad cultural y corporativa: Abel representa continuidad, no disrupción.
  • Aumento en transparencia inversionista: algunos accionistas institucionales exigen reportes más detallados, algo que el estilo de Abel puede facilitar.

Greg Abel no busca ser una leyenda, pero en la era posterior a Buffett, eso puede ser precisamente lo que Berkshire necesita: un líder que no trate de emular al mito, sino cuidar su legado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press