¿Puede Brian Gregory salvar a los Phoenix Suns? Una apuesta personal para una franquicia en crisis

Tras una temporada desastrosa y una plantilla costosa pero desequilibrada, los Suns apuestan por su conexión personal con Mat Ishbia al asignar al exentrenador universitario como nuevo gerente general

Una decisión inesperada... ¿o no tanto?

La designación de Brian Gregory como nuevo gerente general de los Phoenix Suns ha sacudido al entorno de la NBA. No por su trayectoria: después de todo, Gregory tiene una sólida experiencia como entrenador en el baloncesto universitario. Ha sido entrenador principal en programas como Dayton, Georgia Tech y South Florida. Pero sin haber pasado previamente por cargos ejecutivos en la NBA, su salto a uno de los puestos más importantes de una franquicia profesional provoca sospechas, dudas... e inevitablemente, titulares. Sin embargo, hay una razón principal por la cual Gregory está ahora al mando de una franquicia desesperada por redirigir su rumbo: su estrecha relación de más de 25 años con el dueño de los Suns, Mat Ishbia.

Una conexión que viene desde Michigan State

Para entender esta jugada, hay que retroceder a finales de los 90. Brian Gregory era asistente en el cuerpo técnico de Tom Izzo en Michigan State, nada menos que el programa que ganó el campeonato nacional en el año 2000. Entre los jugadores del equipo estaba Ishbia, un base suplente que compensaba su falta de protagonismo con un enfoque incansable hacia el trabajo, disciplina y cultura de equipo. Esa química entre ambos se ha mantenido viva durante décadas. “No voy a esquivar el hecho de que mi relación con Mat es una de las razones por las que estoy aquí”, aseguró Gregory durante su presentación como GM. “Pero esa relación se ha construido sobre valores compartidos, ética laboral y lealtad. Hemos pasado por mucho juntos”.

Los Suns: el epítome de la frustración NBA

Con 57 años de historia, la franquicia de Phoenix ha estado cerca de tocar la gloria en varias ocasiones: las Finales de 1976, 1993 y 2021 son prueba de ello. Sin embargo, aún no logran levantar el anhelado trofeo Larry O'Brien. Y el proyecto más reciente no ha sido la excepción. En la temporada 2024-25, los Suns registraron una decepcionante marca de 36-46 pese a contar con una de las nóminas más caras de toda la liga NBA. Su tridente estelar —Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal— prometía ser dinamita, pero los resultados fueron desastrosos. En cuestión de un año, Mike Budenholzer fue despedido tras una sola temporada, uniéndose a una racha de cuatro entrenadores diferentes en cuatro años consecutivos.

El caos organizacional y el ascenso de Gregory

Tras esta debacle, James Jones, anterior gerente general, fue desplazado a un puesto de asesor sénior. Gregory fue promovido a GM, mientras que Oronde Taliaferro pasó a ser asistente del gerente general y Paul Rivers también recibió nuevas responsabilidades. A Gregory se le encomienda ahora nada menos que reconstruir el conjunto desde sus cimientos.
“Mi enfoque inmediato es contratar al entrenador correcto para este grupo”, dijo Gregory, dejando entrever que primero evaluará el líder del vestuario antes de tomar decisiones más audaces en la plantilla.

¿Se viene una sacudida de la plantilla?

Entre las grandes interrogantes está el futuro de Kevin Durant y Bradley Beal. Durant, a pesar de su edad (36), sigue siendo una maquinaria ofensiva: promedió 26.6 puntos con un impresionante 53% de efectividad en tiros de campo. Múltiples franquicias estarían interesadas en adquirirlo, lo que podría permitir una reconfiguración a fondo del plantel. Beal, por otro lado, es un activo más difícil de mover. Aunque ha sido tres veces All-Star, sus últimas temporadas han estado marcadas por lesiones y bajos rendimientos en relación con su altísimo salario (más de $50 millones la próxima temporada).
“Tuve una excelente cena con Brad la semana pasada. Hablamos de los planes de verano y demás”, comentó Gregory. “Tengo buenas relaciones con ambos jugadores”.

El espíritu que Ishbia quiere recuperar

Mat Ishbia ha sido claro respecto a cómo espera ver jugar a sus Suns: trabajo duro, garra, propósito y alegría. Características que, según él, han estado completamente ausentes en la temporada pasada. En ese sentido, Gregory ya ha comenzado a perfilarse como alguien que entiende esa visión. El año pasado, participó activamente en la selección de Ryan Dunn y Oso Ighodaro en el draft, dos jóvenes con espíritu luchador, que muestran compromiso defensivo y energía en cada jugada. Ambos fueron de los pocos elementos en dar señales de vida en una temporada deslucida.

¿Puede Gregory ser el Sam Presti de los Suns?

Cuando los Thunder de Oklahoma City contrataban a Sam Presti como su joven y visionario gerente general en 2007, pocos imaginaban que transformaría la franquicia al convertir elecciones de draft en estrellas como Durant, Westbrook y Harden. Gregory, aunque en una etapa mucho más avanzada de su carrera y sin experiencia como ejecutivo NBA, puede inspirarse en ese modelo. Para ello necesitará una combinación de visión táctica, paciencia y, sobre todo, maniobras inteligentes que aprovechen limitados activos financieros. El reto más inmediato es encontrar un entrenador que case con esa nueva idea cultural de los Suns. Un perfil disciplinado, joven y tal vez con experiencia en desarrollo de talento joven podría ser la ruta a seguir.

¿Una narrativa de redención?

Lo que hace aún más interesante este movimiento es la narrativa personal que lo envuelve. Un exjugador universitario (Ishbia) y su exasistente (Gregory) intentando juntos reconstruir una franquicia completamente desorientada. Para muchos, es un signo de nepotismo deportivo. Para otros, puede representar una oportunidad de formar un dúo ejecutivo basado en algo mucho más difícil de establecer con contrataciones externas: la confianza incondicional.

¿Y Devin Booker... se queda o se va?

En medio del remolino de decisiones que se avecina, el único nombre que parece tener su continuidad garantizada es el de Devin Booker. Con 10 años en la franquicia, cuatro apariciones al All-Star y un compromiso con Phoenix que le ha consolidado como el rostro visible del equipo, Booker es la figura en torno a la cual Gregory e Ishbia podrían reconstruir el proyecto. Claro, todo dependerá de las decisiones estratégicas que se vayan tomando a lo largo de una offseason que promete ser movida.

Futuro inmediato: ¿qué esperar?

La reconstrucción de los Suns inicia desde ya. El proceso incluye:
  • Definir el nuevo cuerpo técnico antes del draft
  • Evaluar posibles contratos tóxicos, como el de Beal
  • Negociar posibles traspasos por Durant si llega una buena oferta
  • Integrar más jóvenes con perfil competitivo
  • Fortalecer la identidad de juego y cultura interna
La NBA moderna exige resultados rápidos, pero también capacidad de adaptación. Gregory no tiene margen de error. Cualquier paso en falso puede condenar la confianza de la afición y cerrar su ciclo antes incluso de tener oportunidad de implementar su plan. Pero si logra alinear sus valores con los de Ishbia y traducir su experiencia como mentor universitario en estrategias de plantilla acertadas, podríamos estar presenciando el comienzo de un renacimiento lento, pero necesario, en el desierto de Arizona.

Las alarmas están sonando

El tiempo dirá si esta jugada sentimental puede desafiar la lógica tradicional de la NBA, o si, por el contrario, terminará confirmando que el talento ejecutivo, como el deportivo, se construye más con experiencia que con nostalgia. Por ahora, en Phoenix hay más preguntas que respuestas. Pero al menos, por primera vez en mucho tiempo, parece haber una dirección clara.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press