El nuevo gobierno de Mark Carney: ¿un giro decisivo o más de lo mismo?

El nuevo Primer Ministro de Canadá sacude el gabinete con caras nuevas y polémicas decisiones en medio de tensiones con Estados Unidos y una promesa de cambio

Mark Carney, el hombre que pasó de dirigir bancos centrales a dirigir un país, ha dado sus primeros pasos concretos como Primer Ministro de Canadá tras su reciente victoria electoral. En una jugada que ha desconcertado a algunos y entusiasmado a otros, Carney ha anunciado una reestructuración profunda del gabinete canadiense, en la que más de 10 ministros fueron reemplazados y emergen nuevos protagonistas políticos.

¿Quién es Mark Carney y por qué importa ahora?

Para muchos canadienses, Mark Carney no es un rostro desconocido. Fue Gobernador del Banco de Canadá entre 2008 y 2013, y más tarde del Banco de Inglaterra, siendo el primer extranjero en liderar la institución británica desde su fundación en 1694. Economista de formación, ha sido visto como un tecnócrata con visión política, y su llegada al poder marcó el fin del mandato prolongado de Justin Trudeau.

Carney logró imponerse con una campaña que se centró en promesas de firmeza frente a las tensiones con Estados Unidos, especialmente frente a la agresividad comercial del expresidente Donald Trump, sin alterar la reputación sobria y tecnocrática que ha construido durante años.

Una reestructuración ministerial que marca el tono

El cambio más notorio del nuevo gabinete es el nombramiento de Anita Anand como nueva ministra de Asuntos Exteriores, reemplazando a Mélanie Joly, quien pasará a liderar la cartera de Industria. Anand ya tiene experiencia en cargos de alto perfil, incluido el de ministra de Defensa, y es una figura bien recibida tanto en círculos liberales como entre la población general.

Otros cambios incluyen:

  • François-Philippe Champagne mantiene el Ministerio de Finanzas.
  • Dominic LeBlanc continúa como Ministro de Comercio con EE. UU. y Asuntos Intergubernamentales, un rol crítico durante el complejo periodo de guerra comercial con Washington.
  • Evan Solomon, ex periodista y figura mediática, se incorpora como ministro de Inteligencia Artificial, un nuevo cargo que confirma las ambiciones tecnológicas del nuevo gobierno.
  • David McGuinty pasa a ser ministro de Defensa, tras su paso por Seguridad Pública.

¿Cambio real o cosmético?

La diversidad de género se mantiene, con un 50% de los cargos ministeriales ocupados por mujeres, como lo fue en los gabinetes de Trudeau. Esta paridad de género ha sido celebrada ampliamente, pero los escépticos cuestionan si esta continuidad representa un verdadero cambio o si es simplemente una estrategia para tranquilizar al electorado progresista.

Al menos 10 antiguos ministros fueron removidos en esta transición, incluyendo al anterior titular de Defensa, Bill Blair. Carney afirmó que este gabinete está "diseñado para ofrecer el cambio que los canadienses quieren y necesitan", trazando una línea clara con el estilo de liderazgo anterior.

El legado de Trudeau sigue presente

Aunque Carney ha intentado proyectarse como un verdadero agente de cambio, su gestión aún está enmarcada dentro del legado liberal que Justin Trudeau dejó tras casi una década en el poder. La continuidad en ciertos cargos clave, como finanzas y comercio, como también el equilibrio de género y diversidad étnica, indican que no todo cambiará radicalmente.

Sin embargo, los desafíos estructurales siguen intactos: un conflicto comercial en aumento con Estados Unidos, una economía que lucha por mantener el crecimiento, presiones migratorias y climáticas, y un electorado cada vez más dividido.

Las relaciones con Estados Unidos bajo la lupa

Uno de los ejes más delicados para Carney será su política hacia el sur del continente. En uno de los momentos de mayor tensión comercial en décadas, Estados Unidos —bajo la dirección nuevamente de Donald Trump— ha intensificado los aranceles y las restricciones a las exportaciones canadienses, especialmente del acero, la madera y productos agrícolas.

La permanencia de LeBlanc en asuntos comerciales sugiere una estrategia de continuidad diplomática, más que una confrontación directa. Carney prometió "responder con firmeza" pero sin adoptar posturas incendiarias, apelando más a su talante de negociador técnico que a un estilo populista.

“Canadá debe reafirmar su soberanía, pero hacerlo con cabeza fría. No nos beneficia una guerra de declaraciones, sino resultados por vía diplomática.” — Mark Carney

El tanque de ideas: ¿qué representa Evan Solomon en AI?

Quizás una de las adiciones más inesperadas fue la del ex periodista Evan Solomon, designado como el primer Ministro de Inteligencia Artificial. El nombramiento invita a preguntar si Canadá realmente está tomando en serio los avances tecnológicos, o si se trata de un movimiento simbólico.

Solomon, periodista experimentado y crítico político con décadas en la televisión canadiense, no tiene una trayectoria técnica. No obstante, Carney lo defiende:

“Evan entiende la importancia de la IA en la política pública, su capacidad de transformar mercados laborales, educación y seguridad. Está aquí para liderar un diálogo nacional.”

En un mundo donde la IA representa tanto oportunidades como amenazas —con debates globales sobre regulación ética, uso gubernamental y privacidad—, este nuevo puesto parece ser una apuesta a futuro. Canadá podría posicionarse como líder en legislar o incluso integrar la IA en el sector público.

Un gabinete paritario, pero ¿con diversidad de ideas?

A pesar del hito en la composición de género, ciertos sectores critican que tanto el gabinete de Carney como los de Trudeau parecen homogeneizados en visión política: tecnocráticos, centristas y con poco espacio para la disidencia interna.

Figuras progresistas sostienen que no basta con tener mujeres o minorías visibles en cargos importantes si las políticas públicas —como en vivienda, justicia ambiental o derechos indígenas— no reflejan cambios sustanciales.

Posicionamiento global: ¿canadiense o británico?

Un elemento curioso —y en ocasiones polémico— de la trayectoria de Carney es su paso por instituciones británicas. Aunque es canadiense por nacimiento, su liderazgo en el Banco de Inglaterra entre 2013 y 2020 le ha otorgado una visión más internacional, pero también ha despertado dudas sobre su fidelidad a los intereses exclusivamente canadienses.

Algunos han llegado a describirlo como un "internacionalista en un mundo nacionalista", una posición que contrasta con líderes como Trump. Su aprendizaje en la City de Londres le dota de herramientas clave para navegar crisis financieras complejas, pero también levanta recelos en regiones canadienses donde la globalización ha traído más precariedad que prosperidad.

El desafío de mantener la cohesión liberal

Los liberales llevan cuatro mandatos consecutivos en el poder. Aunque siguen siendo fuertes en el Parlamento, la estabilidad no está asegurada. Con un bloque conservador que avanza en provincias como Alberta y Ontario, Carney necesita no sólo mantener, sino revitalizar el movimiento liberal.

Eso explica parte del esfuerzo en mostrar renovación, tanto en el gabinete como en los discursos. Pero como siempre, el papel lo aguanta todo: lo que cuenta son los resultados.

¿Y ahora qué?

Mark Carney ha dado su primer golpe en la mesa. Con un gabinete que intenta balancear experiencia y novedad, diversidad y tecnocracia, estaría sembrando las bases de un posible Carneyismo —una mezcla entre eficiencia técnica y sensibilidad social.

Queda por ver si estas semillas germinarán en un suelo político que, como muchos en el mundo hoy, está erosionado por el escepticismo y la polarización.

Mientras tanto, el mundo observa, y Canadá se encuentra frente a una nueva oportunidad para reinventarse.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press