Guerra, Hambre e Indiferencia: Gaza, al Borde de la Hambruna Genocida
Mientras medio millón de palestinos enfrentan hambruna, la ONU denuncia a Israel por condiciones inhumanas en Gaza mientras el mundo mira hacia otro lado
La desesperación tiene rostro
Las imágenes, estremecedoras y confusas, llegan a diario desde Gaza: niños escarbando entre escombros, ancianos haciendo filas eternas por frágiles raciones de comida, madres con la mirada perdida sosteniendo a sus hijos desnutridos. Según el Programa Mundial de Alimentos (WFP), más del 25% de la población gazatí —alrededor de 575,000 personas— enfrenta un riesgo inminente de hambruna. Al menos 1 millón más apenas tiene lo necesario para sobrevivir.
En su última alocución, Tom Fletcher, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), no escatimó en palabras. Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, declaró: “Israel está imponiendo de forma deliberada e impúdica condiciones inhumanas a los palestinos”, acusando abiertamente al gobierno israelí de obstruir sistemáticamente la ayuda humanitaria.
Las cifras del horror
- 500,000+ personas en nivel de hambre catastrófica (Fase 5 según IPC)
- 1,000,000 al borde de la inseguridad alimentaria grave
- 250,000 raciones de comida distribuidas al día en comparación con 1 millón en abril
- 10+ semanas sin acceso humanitario pleno
- 25 millas: distancia promedio entre ayuda acumulada y la Franja de Gaza
Las cifras fueron validadas por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), que advirtió esta semana que, si no se levanta el bloqueo israelí y se detiene la campaña militar, Gaza caerá irreversiblemente en hambruna.
¿Por qué habla la ONU de "genocidio"?
La palabra genocidio no es casualidad ni retórica inflamatoria. En enero de 2024, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de la ONU, ordenó a Israel que tomara todas las medidas posibles para evitar la destrucción física de la población palestina. Sin embargo, en los más de cuatro meses transcurridos desde entonces, las condiciones muestran una aceleración de los factores que definen un genocidio, según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948).
Determinadas condiciones, como el impedimento a la entrada de agua, alimentos y medicinas, el desplazamiento forzado e incluso la destrucción de infraestructuras críticas, son vistos por expertos jurídicos como formas sistemáticas de crear condiciones de vida destinadas a la destrucción de una población.
“Es una atrocidad del siglo XXI que presenciamos a diario, y por la que seremos cuestionados por generaciones futuras”, dijo Fletcher. Rodeado de diplomáticos con miradas y gestos incómodos, demandó acciones concretas: levantar el bloqueo, permitir el ingreso de ayuda, proteger a los civiles.
Cinismo diplomático: entre justificaciones y silencio cómplice
Ante las acusaciones de Fletcher, la representación de Israel ante la ONU respondió diciendo que “no aceptarán ningún mecanismo humanitario que favorezca a Hamás”. Este argumento es uno que, si bien resuena políticamente en ciertos círculos diplomáticos, ha sido rebatido una y otra vez por agencias humanitarias.
Tommy Pigott, portavoz adjunto del Departamento de Estado de EE.UU., reiteró el mantra: “Apoyamos soluciones creativas para que entre la ayuda, pero de manera que no caiga en manos de Hamás”. Sin embargo, la mayoría de estas "soluciones creativas" implican un control directo o indirecto por parte del propio Israel sobre la distribución, rechazado de plano por la ONU y ONGs internacionales como la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras.
El hambre no reconoce bandos
Antoine Renard, director del WFP para Gaza, fue claro: “Aunque los alimentos están a pocos kilómetros en almacenes de Israel, Egipto y Jordania, no podemos acceder a ellos”. La situación se agrava por la destrucción de infraestructuras: en Gaza, los almacenes del programa alimentario están vacíos, los camiones bloqueados en la frontera y los corredores humanitarios inexistentes.
“Estamos a punto de hablar del hecho de que la gente ya ni siquiera tendrá acceso a una comida diaria”, advirtió. “¿Necesitamos llegar a ese punto para levantar la alarma? Es ahora cuando hay que actuar”.
¿Qué está haciendo la comunidad internacional?
Además del llamado urgente de la ONU, algunas iniciativas privadas como la Fundación Humanitaria de Gaza –financiada por EE.UU.– han propuesto nuevos mecanismos de asistencia controlada. Pero Fletcher fue tajante: “Es un espectáculo cínico, una distracción deliberada, un manto de legalidad para ocultar más violencia y desplazamiento”.
El mensaje fue claro: la ayuda humanitaria no puede ser rehén de la política militar. La neutralidad humanitaria, principio obligatorio del Derecho Internacional Humanitario, exige que la asistencia llegue, sin condiciones, a quien lo necesite.
Cuando el silencio también mata
La historia juzgará esta era, y no lo hará con indulgencia. Así como hoy miramos con horror los genocidios del pasado —desde Ruanda hasta Srebrenica—, las futuras generaciones preguntarán: ¿qué hicimos para frenar la tragedia de Gaza?
Fletcher, exdiplomático británico transformado en defensor de la causa humanitaria, cerró su intervención con un desafío moral: “Necesitamos decidir si somos meros espectadores de esta catástrofe o agentes de su contención”.
Eco de la historia: Gaza no es una excepción
La situación actual evoca dolorosamente otros casos de hambrunas armadas. En Etiopía (1983-1985), más de 400,000 personas murieron por decisiones políticas que impidieron el acceso a la ayuda internacional. En Yemen, más de 24 millones siguen dependiendo de asistencia debido al bloqueo impuesto por fuerzas bélicas. Gaza, entonces, es un episodio más de una historia repetida: cuando la guerra devora la comida y la indiferencia internacional se convierte en cómplice.
¿Qué puedes hacer tú?
- Apoya organizaciones como WFP, Cruz Roja Internacional y Médicos Sin Fronteras.
- Comparte información validada. La desinformación alimenta la complacencia.
- Exige a tus representantes que levanten la voz en foros internacionales.
Porque aunque parezca remoto y lejano, el sufrimiento en Gaza es una responsabilidad moral compartida. Y como dijo Desmond Tutu: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.