Robert Benton: el narrador que reinventó Hollywood desde la dislexia hasta los Oscar

De 'Bonnie and Clyde' a 'Kramer vs. Kramer', el legado de un director texano que cambió el cine de autor estadounidense con sensibilidad, realismo y coraje

Robert Benton fue mucho más que un director y guionista; fue un revolucionario silencioso de Hollywood, un tejano disléxico que soñó con hacer películas cuando apenas podía leer. Su carrera abarcó cuatro décadas, seis nominaciones al Oscar, tres estatuillas doradas y obras fundamentales que cambiaron la narrativa fílmica estadounidense. Benton falleció a los 92 años en Manhattan por causas naturales, pero su legado seguirá irradiando luz en una industria que ayudó a redefinir.

Un tejano disléxico con alma de narrador

Nacido en Waxahachie, Texas, Robert Douglas Benton compartió desde niño el amor por el cine con su padre, quien en lugar de pedir tareas escolares, lo llevaba al cine. Ese vínculo emocional con las películas —más que académico— marcó el resto de su carrera. Benton sufría dislexia severa, por lo que leer guiones y novelas era una hazaña. Sin embargo, eso nunca lo detuvo. Más bien, lo llevó a desarrollar un oído y ojo excepcionales para el diálogo naturalista y la composición emocional.

Estudió en la Universidad de Texas y luego en Columbia University, antes de servir en el ejército de EE. UU. (1954-1956). En los años 60, trabajaba como director de arte en la revista Esquire cuando inició una colaboración fundamental con David Newman, colega también de la revista, y juntos comenzarían a escribir “Bonnie and Clyde”.

Bonnie and Clyde: la película que disparó la Nueva Ola de Hollywood

En su amor por el cine francés, especialmente los movimientos de la Nouvelle Vague representados por Truffaut y Godard, Benton encontró inspiración para crear una historia sobre dos bandidos de la era de la Gran Depresión: Bonnie Parker y Clyde Barrow. El guion fue revolucionario desde su concepción. De hecho, en su versión original, Clyde era bisexual y mantenía una relación con Bonnie y su conductor.

Después de varios rechazos de directores europeos, fue Warren Beatty quien decidió producir y protagonizar el filme, con dirección de Arthur Penn y la actuación de Faye Dunaway. Aunque la crítica inicialmente fue dura debido a la violencia gráfica e innovación narrativa, con el tiempo fue reconocida como una obra seminal, influyendo en clásicos como “Easy Rider”, “Taxi Driver” o “The Godfather”. Esa película fue el disparo de salida para el Nuevo Hollywood de los años 70.

“No sé quién fue el verdadero autor de 'Bonnie and Clyde’”, confesó Benton tiempo después. “Fue el resultado de muchas manos, muchos talentos. Pero cambió todo.”

Superman, Westerns y comedias melancólicas

Durante la década próxima, Benton escribió y dirigió películas que, aunque no tan icónicas como “Bonnie and Clyde”, fueron fundamentales en su evolución como artista. Escribió el guion original del exitoso “Superman” (1978), colaboró en la comedia de Peter Bogdanovich “What’s Up, Doc?” y dirigió “Bad Company”, un western revisionista con Jeff Bridges.

Su película “The Late Show” (1977), una comedia negra sobre un viejo detective, fue nominada al Oscar por Mejor Guion Original, aumentando su prestigio en la industria aunque aún sin ocupar el centro del escenario.

Kramer vs. Kramer: el drama que redefinió los vínculos familiares

Todo cambió en 1979 cuando Benton escribió y dirigió “Kramer vs. Kramer”, adaptación del libro de Avery Corman. La historia de un ejecutivo publicitario que se convierte en padre dedicado después de que su esposa lo abandona con su pequeño hijo cautivó al mundo. Interpretada por Dustin Hoffman y Meryl Streep, la película examinó con sensibilidad los roles familiares, la maternidad ausente y la paternidad comprometida.

Ganó cinco Oscares, incluido Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado para Benton. También marcó un punto de inflexión para Hoffman, quien dijo que la experiencia lo reconcilió con su vocación:

“Robert me recordó por qué quería actuar. Sus películas no eran solo actuaciones, eran confesiones emocionales”.

Places in the Heart: un canto íntimo a Texas

En 1984 llegó otra joya de Benton: “Places in the Heart”. Basada en memorias personales y ambientada en la Texas de los años 30, narra la lucha de una viuda, interpretada por Sally Field, por mantener su granja tras la muerte de su esposo. El éxito crítico fue inmediato; Field ganó el Oscar a Mejor Actriz y Benton otro a Mejor Guion Original.

La película rendía homenaje a su madre, fallecida poco después de “Kramer vs. Kramer”, y también mostraba una América rural vulnerable pero esperanzadora.

Altibajos y reinvención

Como tantos autores de prestigio, Benton vivió periodos difíciles tras alcanzar la cima. Obras como “Billy Bathgate” y “The Human Stain” no resonaron como esperaban críticos ni taquillas. No obstante, en 1994 encontró otra bocanada de frescura con “Nobody’s Fool”, protagonizada por Paul Newman como un hombre mayor lidiando con errores de juventud en una pequeña ciudad de Nueva York.

La película fue aclamada y supuso la última nominación al Oscar para Newman. También reafirmó a Benton como un director de actores, capaz de extraer vulnerabilidad y profundidad humana con maestría.

La herencia Benton: sensibilidad, realismo y amor por el cine

En un Hollywood donde a menudo domina el espectáculo por encima del contenido, Benton fue un raro espécimen: un autoramericano cuya cinefilia, arraigo familiar y mirada emocional tejieron una filmografía centrada en historias íntimas, conflictos éticos y emociones reprimidas. Su obra abordó el divorcio, la lucha campesina, la masculinidad cambiante y la disfunción emocional con una honestidad poco común.

A pesar de los altibajos, Benton siempre buscó la historia perfecta. Su pasión no era la fama, sino la búsqueda de ese lugar llamado “hogar”, como el mismo definió:

“Cuando estás en los Oscar, ves a personas con las que peleaste, amaste o no viste en años. Es tu familia. El cine es mi hogar. Y he pasado la vida entera buscándolo.”

Un cineasta necesario en estos tiempos

La muerte de Robert Benton es la despedida de una época, pero también una invitación a revisitar su obra y redescubrir el valor del cine humanista. Sus películas continúan siendo espejos donde generaciones enteras han visto reflejadas sus dudas, sus batallas y sus redenciones. Nada mal para un niño disléxico que amaba los westerns y terminó reinventando Hollywood.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press