Elecciones en Polonia: ¿Europa o soberanía nacional? El país en una encrucijada histórica

Una mirada profunda al duelo electoral entre Trzaskowski y Nawrocki y su impacto para Polonia, la seguridad europea y la democracia

Una contienda en medio del fuego cruzado geopolítico

Polonia, con sus 38 millones de habitantes, se encuentra ante una de las elecciones presidenciales más trascendentales de las últimas décadas. No solo se trata de elegir al sucesor del conservador Andrzej Duda, cuyo mandato concluye en agosto de 2025, sino también de alinear la brújula estratégica de un país que vive bajo múltiples presiones externas e internas: la invasión rusa de Ucrania, una creciente ola migratoria, sabotajes rusos en suelo europeo y tensiones con la Unión Europea (UE).

El 12 de mayo, los polacos votan con el conflicto a sus puertas. Polonia comparte fronteras con Bielorrusia, el enclave ruso de Kaliningrado y Ucrania, convirtiéndose en uno de los pilares del flanco oriental de la OTAN. Lo que ocurra en las urnas tendrá consecuencias más allá de Varsovia: afecta directamente a los equilibrios en Bruselas, Washington y Moscú.

¿Trzaskowski contra Nawrocki? La segunda vuelta se perfila inevitable

Con 13 candidatos postulados, la dispersión del voto augura una segunda vuelta programada para el 1.º de junio. Las encuestas señalan un cara a cara probable entre el liberal Rafał Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia y figura destacada del partido centrista Plataforma Cívica, y Karol Nawrocki, historiador conservador respaldado por el partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), en el poder de 2015 a 2023.

Este enfrentamiento ilustra dos visiones antagónicas de país: una Polonia abierta, europea y moderna frente a otra soberanista, tradicionalista y desconfiada de Bruselas.

Quién es quién: Trzaskowski, el europeísta reformista

A los 52 años, Rafał Trzaskowski tiene una dilatada trayectoria en política. Estuvo cerca de derrotar a Duda en las presidenciales de 2020. Habla varios idiomas, ha marchado en desfiles LGBTQ+ y representa un perfil cosmopolita que conecta con las generaciones más jóvenes y urbanas. Su agenda prioriza:

  • Fortalecer el estado de derecho
  • Reforzar el vínculo con la Unión Europea
  • Garantizar apoyo a Ucrania
  • Defender libertades civiles y la independencia judicial

Trzaskowski ha afirmado: “Nuestro sitio está en el corazón de Europa. Solo con instituciones democráticas fuertes y una prensa libre podremos enfrentar las amenazas externas.”

Nawrocki, un historiador con agenda conservadora

Karol Nawrocki (42 años) no milita oficialmente en Ley y Justicia, pero su candidatura está respaldada por ese partido. Desde el Instituto de la Memoria Nacional ha promovido una visión patriótica y tradicional de la historia polaca. En su campaña ha destacado por:

  • Defender valores católicos y familiares
  • Impulsar "educación patriótica"
  • Eliminar vestigios del comunismo en el espacio público
  • Soslayar una postura crítica hacia Rusia en ciertos discursos

Su reciente encuentro con Donald Trump desató controversia y sirvió de munición para los críticos, que señalan un intento de alineamiento con el trumpismo y una instrumentalización del apoyo norteamericano. El primer ministro Donald Tusk denunció ese episodio como “una injerencia en los asuntos internos”.

Seguridad, OTAN y Ucrania: prioridades compartidas

A pesar de sus diferencias domésticas, ambos candidatos coinciden en la necesidad de robustecer la cooperación militar con EE. UU. y apoyar a Ucrania. Polonia ha sido uno de los principales puntos logísticos para el envío de armas a Kiev y ha acogido a más de 3 millones de refugiados ucranianos desde 2022.

No obstante, Trzaskowski pone el acento en soluciones europeas coordinadas, mientras Nawrocki promueve una visión más nacionalista de la defensa, en línea con la narrativa de PiS.

¿El futuro de la democracia polaca en juego?

Desde que Donald Tusk regresó al poder en diciembre de 2023 con una coalición de centro, el Parlamento ha aprobado varias reformas diseñadas para desmontar la herencia autoritaria del PiS. Sin embargo, muchas se han visto frenadas por los vetos del presidente saliente Andrzej Duda.

Como señala Jacek Kucharczyk, presidente del think tank Instituto de Asuntos Públicos: “Este no es solo un ejercicio electoral. Es una batalla por el alma democrática de Polonia.”

Eso hace que estas elecciones sean mucho más que una cita política ordinaria. Si gana Trzaskowski, podría impulsar la recuperación institucional y acercar a Polonia nuevamente a los estándares de la UE. Una victoria de Nawrocki consolidaría la obstrucción conservadora y podría intensificar los choques con Bruselas.

Legado del PiS: avances económicos y retrocesos democráticos

Durante su gobierno (2015-2023), Ley y Justicia promovió políticas de bienestar populares como subsidios a familias numerosas (programa 500+), incrementos de pensiones y aumentos del salario mínimo. Sin embargo, también implementó profundas reformas judiciales que fueron identificadas por la UE como amenazas al estado de derecho.

En 2017, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció que los cambios al sistema judicial polaco socavaban su independencia. También hubo tensiones por el control gubernamental sobre los medios públicos y por una ley del aborto extremadamente restrictiva, que provocó masivas manifestaciones en 2020.

Desinformación, antisemitismo y candidatos marginales

La campaña de 2025 ha estado manchada por la proliferación de discursos extremistas de algunos de los 13 candidatos, muchos de los cuales rozan lo absurdo, con propuestas abiertamente pro-Putin o de corte antisemita. Estas voces se han colado en los debates televisados, generando preocupación por la salud del debate democrático.

Este fenómeno ha llevado a expertos a pedir un umbral mínimo de seriedad y representación para acceder a una candidatura presidencial.

Trzaskowski y el voto joven

Más del 40% del padrón tiene menos de 40 años. Trzaskowski ha logrado conectar particularmente con este grupo gracias a sus posiciones progresistas en derechos sociales, igualdad de género y cambio climático.

Sobre la comunidad LGBTQ+, ha afirmado: “No hay ciudadanos de segunda clase.” En contraste, Nawrocki y su entorno han defendido políticas que eximen a escuelas de tratar temas relacionados con diversidad.

Internacionalización del proceso electoral

El hecho de que Nawrocki apareciera junto al político rumano George Simion —acusado de simpatías hacia Moscú— en plena campaña provocó duros cuestionamientos por parte de líderes europeos. Tusk tuiteó inmediatamente: “Rusia está sonriendo. Nawrocki y su homólogo rumano pro-ruso juntos, a cinco días de unas elecciones cruciales.”

La alarma se basa en precedentes reales: la estrategia rusa de socavar democracias europeas a través de apoyo a partidos extremistas ha sido bien documentada en países como Alemania, Francia y Hungría.

¿Qué se juega Polonia realmente?

Más allá de nombres y partidos, Polonia decide su identidad geopolítica. ¿Será un miembro pleno y confiable de la comunidad euroatlántica, defensor de los valores democráticos y del pluralismo? ¿O avanzará hacia un camino de excepcionalismo nacional que reproduce patrones húngaros o turcos, en tensión constante con el bloque comunitario?

El resultado no solo determina el próximo comandante en jefe. Determina el papel de Polonia en una Europa confrontada con el autoritarismo, tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Por eso, estas elecciones no son solo polacas. Son europeas. Son democráticas. Y pueden marcar un cambio de época.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press