Clayton Kershaw regresa al montículo: ¿es suficiente para salvar la rotación de los Dodgers?

A los 37 años y tras una larga recuperación, el veterano zurdo inicia su temporada número 18 justo cuando Los Ángeles más lo necesita

La leyenda vuelve al ruedo: Kershaw, el salvavidas inesperado

Clayton Kershaw, tres veces ganador del Premio Cy Young de la Liga Nacional, vuelve a lanzar con los Los Angeles Dodgers en un momento crítico para la rotación del equipo. A los 37 años y con múltiples cirugías en su historial reciente, el zurdo subirá al montículo este sábado en el Dodger Stadium por primera vez desde agosto de 2024. Y no es una vuelta cualquiera: será su temporada número 18 con los Dodgers, igualando así a leyendas como Zack Wheat y Bill Russell.

La rotación titular de los Dodgers ha estado plagada de lesiones. Con figuras como Blake Snell y Tyler Glasnow fuera, y el prometedor Roki Sasaki recientemente ingresado en la lista de lesionados por una inflamación en el hombro, Kershaw regresa como una especie de milagro necesario. Y aunque el zurdo llega tras una larga inactividad, hay un halo de esperanza — y presión — alrededor de su nombre.

Una rotación en crisis: estadísticas preocupantes

Los números no mienten. Hasta la fecha, los abridores de los Dodgers solo han conseguido lanzar 192 1/3 innings, la menor cantidad en todas las Grandes Ligas. En un calendario tan exigente como el de la MLB, esto no solo es un problema logístico, sino también competitivo.

Las ausencias prolongadas de Snell (campeón del Cy Young tanto en la AL como en la NL) y de Glasnow, llamado a ser uno de los pilares en 2025, han dejado un vacío que nombres como Yoshinobu Yamamoto, Tony Gonsolin, Dustin May y Landon Knack no han logrado llenar del todo.

Kershaw, el veterano resiliente

La última vez que los fanáticos vieron a Kershaw en acción en las Mayores, fue el 30 de agosto de 2024. Su temporada se vio interrumpida por molestias en la rodilla izquierda y el dedo gordo del pie izquierdo, lesiones que eventualmente terminaron en cirugía. Su balance antes del parón fue de 2-2 con una ERA de 4.50 en siete aperturas. No es su mejor versión, sin duda, pero sigue siendo una presencia valiosa.

En su camino de vuelta, el zurdo realizó cinco salidas de rehabilitación en ligas menores. En su última presentación con Oklahoma City (Triple-A), logró limitar a los rivales a dos carreras y dos hits en cuatro innings.

"Cuando dejas de preocuparte por cómo te sientes físicamente y empiezas a concentrarte en el rendimiento, es cuando sabes que estás listo de verdad", dijo Kershaw. "En mis últimas salidas estaba más enfocado en lanzar bien que en cómo reaccionaba mi pie."

Un futuro incierto, pero lleno de historia

El inicio de esta nueva etapa no solo marca un equivalente simbólico con los grandes del pasado Dodger. También lo acerca a nuevas marcas: Kershaw está a 32 ponches de alcanzar la codiciada cifra de 3,000 strikeouts en su carrera, algo que solo un selecto grupo de lanzadores ha logrado en la historia de la MLB.

Además, con 212 victorias en su haber, el legado del veterano está más que asegurado. Pero eso no quiere decir que no haya presión. En sus propias palabras:

"Si salgo y no lanzo bien, todo esto desaparece rápido. Alguien en algún momento me va a decir que me retire."

Más allá del rendimiento: el factor humano

Uno de los aspectos que más ha conmovido al propio Kershaw ha sido la salida del receptor Austin Barnes. Además de ser uno de sus mejores amigos dentro y fuera del campo, Barnes fue parte de dos equipos campeones de Serie Mundial y ostentaba el título de jugador de posición más longevo en la plantilla. Su reemplazo, Dalton Rushing (24 años), ya debutó el jueves.

"Todos nos sorprendimos. Es triste ver irse a alguien así. No es una falta de respeto hacia Dalton, sé que se lo merece y va a ser un gran jugador," dijo el zurdo.

Esta muestra de compañerismo retrata a un Kershaw maduro y profundamente humano, consciente de lo efímero de las carreras profesionales.

¿Qué representa Kershaw hoy para los Dodgers?

Más allá de estadísticas y logros individuales, Kershaw es el símbolo viviente del “orgullo Dodger”. Desde su debut en 2008, ha representado una era dorada de consistencia, ética de trabajo y excelencia.

Pero esta temporada tendrá un matiz distinto. Su rol podría evolucionar hacia el de mentor. Con varios lanzadores jóvenes luchando por estabilizarse y una rotación fracturada, Kershaw tiene ahora el chance de ser el guía que nunca dejó de ser… pero ahora desde una perspectiva casi paternal.

Y en palabras del propio Kershaw, regresar no fue solo profesionalmente importante, sino vital a nivel emocional:

"Cuando no haces algo durante tanto tiempo y te das cuenta de cuánto lo extrañas, competir, ser parte del equipo, contribuir, hay mucha gratitud de por medio."

¿Puede un solo brazo cambiar el destino de una rotación?

La pregunta del millón. ¿Está Kershaw en condiciones de hacer una diferencia real en la rotación? La respuesta corta: probablemente sí, si el cuerpo aguanta. Lo que el veterano ya no puede aportar en velocidad o durabilidad, lo compensa con inteligencia, experiencia y preparación meticulosa, atributos cada vez más valiosos en la era de la sabermetría.

El contexto lo favorece parcialmente: con figuras en la lista de lesionados, su rol es más bien de "taponero momentáneo", alguien que literalmente compre tiempo mientras la rotación sana. Pero si encuentra ritmo, podría convertirse en mucho más que un parche.

  • Kershaw (2023): ERA de 2.46 en 24 aperturas
  • Kershaw (2024 hasta la lesión): ERA de 4.50 en 7 aperturas
  • Edad: 37 años
  • Victorias en postemporada: 13

¿Es probable que veamos al Kershaw dominante de antes? Tal vez no. ¿Puede aún sacar partidos adelante con calidad? Absolutamente.

El impacto simbólico: más allá del deporte

En una época donde las franquicias priorizan la juventud y el rendimiento inmediato, que un individuo como Kershaw logre 18 temporadas consecutivas en el mismo equipo es una rareza magnífica.

Desde Sandy Koufax hasta Fernando Valenzuela, pocas figuras han conectado tanto con la afición angelina. En cierto modo, volver a ver a Kershaw lanzar en el Dodger Stadium es también un ejercicio de memoria colectiva, una oportunidad para conectarse con una identidad histórica que va más allá de lo deportivo.

Para los Dodgers, su regreso no solo es una necesidad táctica. Es un mensaje de resistencia, de lealtad y de pasión por el juego. Como diría él mismo:

"No doy por sentado salir al montículo en el Dodger Stadium. Estoy emocionado por volver a estar allí."

Y con eso basta para hacer de este regreso uno de los hitos más emocionales de la temporada.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press