Dominio absoluto desde la lomita: el renacer de los Minnesota Twins es histórico
Con una racha de 13 victorias y 33 entradas sin permitir carrera, los Twins se apoyan en un cuerpo de lanzadores imparable para soñar con emular su gloriosa gesta de 1991
Los Twins están incendiados: ¿simple buen momento o equipo contendiente?
En una liga donde los bates calientes suelen atraer todas las miradas, los Minnesota Twins han apostado por lo contrario: el silencio total desde el montículo. Con su racha actual de 13 victorias consecutivas, los Twins han enviado un mensaje contundente: este equipo tiene el talento y la determinación para ponerse en serio.
Pero lo que verdaderamente ha hecho historia es su impecable trabajo desde el cuerpo de lanzadores: 33 entradas sin permitir una sola carrera. Un récord inédito desde la fundación de los Twins en 1961, que coloca esta racha como la más extensa en su historia moderna.
Pablo López, Ryan y Paddack: el tridente silencioso que arde
El trío de abridores conformado por Pablo López, Joe Ryan y Chris Paddack ha sido la piedra angular de este logro. López, quien completó seis entradas sin carreras ni sobresaltos frente a los Brewers el sábado, explicó así su motivación:
“Quería seguir el impulso. Paddack lo hizo, luego Joe, y yo tenía que continuar. Me desperté motivado. Tenemos algo especial ahora mismo con el pitcheo y la ofensiva”, comentó López tras su última apertura.
Este rendimiento estelar es aún más impresionante si tomamos en cuenta el mal inicio de temporada. En sus primeros 10 partidos, los abridores de Minnesota llevaban récord de 1-5 con una abultada ERA de 6.90. Desde entonces, han dado un giro de 180°: en los últimos 36 partidos acumulan un asombroso récord de 15-4 con efectividad líder en la MLB de 2.46.
El bullpen: silenciosos pero letales
Pero no todo el mérito recae en los abridores. El bullpen de los Twins ha sido quizás aún más determinante: solo una carrera limpia permitida en las últimas 38.1 entradas lanzadas. Danny Coulombe, quien aún no ha permitido carrera en 16.2 entradas este 2025, definió el secreto:
“La clave es que estamos atacando la zona de strikes con confianza. Cuando tienes buen material y lo colocas donde debe ir, pasan cosas buenas.”
En una era de relevistas sobreutilizados, lo que está haciendo el cuerpo de lanzadores de Minnesota es una combinación de talento, control del juego y sincronización perfecta.
Comparativas históricas: un déjà vu de 1991
La última vez que los Twins ganaron 15 partidos consecutivos fue en 1991, año en que también levantaron el trofeo de la Serie Mundial. Aunque la actual racha es de 13, está cerca de ese precedente glorioso. Esta también es la segunda vez en años consecutivos que logran al menos 12 victorias seguidas. Solo un equipo de Grandes Ligas lo había hecho antes en este siglo: los Cleveland Guardians entre 2016 y 2017.
Lo más curioso es que también se están comparando con instituciones de otras disciplinas. El mejor paralelo reciente es el de los Golden State Warriors de la NBA, quienes enlazaron rachas similares en tres temporadas consecutivas de 2014 a 2017.
Resiliensia total: entre lesiones y tropiezos iniciales
Tan admirable es la racha como el contexto en el que ocurre. Los Twins comenzaron esta temporada con marca 13-20. Lo fácil sería hundirse, pero como en 2023 (cuando arrancaron 7-13 antes de una racha de 12 triunfos), Minnesota ha resurgido cual ave fénix.
E incluso sin algunas de sus estrellas. Carlos Correa y Byron Buxton están fuera tras ser colocados en la lista de lesionados por conmoción cerebral luego de una colisión en los jardines. A ellos se suma la ausencia de Willi Castro, otro jugador clave, quien sufrió un golpe en la rodilla. Sin embargo, la máquina sigue funcionando.
Más allá de los nombres: una cultura de responsabilidad colectiva
Rocco Baldelli, mánager del equipo, prefiere no hablar mucho de los logros. Hace bien. Mantener la humildad en momentos de euforia es parte del ADN que ha consolidado este plantel. Como bien dijo en rueda de prensa:
“Prefiero no hablar demasiado del buen momento. Que sigan haciendo lo que están haciendo, lanzando como están lanzando.”
Y eso es exactamente lo que han hecho. Cada jugador parece entender su rol en el engranaje del equipo sin importar si juega todos los días o aparece desde el bullpen. Esta cohesión y comprensión mutua ha sido clave.
El factor mental: motivación, orgullo y efecto dominó
Una buena salida genera confianza. Dos empiezan a moldear una narrativa. Y cuando la racha alcanza 13 partidos con tres blanqueadas consecutivas, ya no es solo motivación: es obsesión positiva, una espiral que se retroalimenta.
El abridor de turno no solo lanza por su estadística o victoria personal. Está defendiendo una racha histórica, el trabajo de sus compañeros, y el lugar que esperan llegar en octubre. Como bien dijo Bailey Ober, lanzador con marca 4-1 y una ERA de 3.72:
“Una vez que entras en ritmo, el calendario ya no te afecta, las suspensiones no te desacoplan. Empiezas a hacer tu trabajo naturalmente.”
El futuro inmediato: ¿pueden alcanzar a los Tigers?
Pese a su increíble racha, los Twins aún están segundos en la División Central de la Liga Americana, detrás de los Detroit Tigers por cuatro juegos. No obstante, las tendencias son claras. Mientras los Tigers se tambalean (con registro de 5-5 en los últimos 10 juegos), Minnesota está aplastando a todo el que se le cruza.
Si el cuerpo de abridores mantiene este nivel –sin necesidad de récords históricos cada fin de semana– y la ofensiva logra estabilizarse mientras regresan sus lesionados, el escenario está puesto para que Minnesota no solo sea contendiente en su división, sino temido en cualquier instancia de postemporada.
¿Sombra de 1991... o amanecer de una nueva era?
La narrativa es poderosa. La historia del deporte se construye con temporadas icónicas, momentos inolvidables y resurgimientos improbables. Lo que estamos viendo con los Twins es el regreso de una franquicia que ha cargado con años de mediocridad e irregularidad y que, de pronto, parece haber encontrado la fórmula perfecta.
¿Será sostenible? En Grandes Ligas, las rachas se terminan inevitablemente. Pero lo que no termina es el aprendizaje, la moral compenetrada y el esfuerzo colectivo. Cualquiera sea el resultado, los Twins han dado una clínica de cómo reconstruir confianza, identidad y victorias desde donde empieza todo: el corazón del diamante, el montículo.
Los próximos partidos dirán si estamos ante una simple fase dorada o el inicio de una nueva era en el béisbol de Minnesota. Pero por ahora, el mensaje es claro: