El ocaso de los Celtics y el renacimiento de los Knicks: ¿fin de una era en Boston?

Entre lesiones, futuros inciertos y rivales renacidos, los Celtics ven tambalear su dinastía mientras los Knicks resurgen con fuerza desde el pasado

Una temporada prometedora que terminó en decepción

Durante la temporada regular 2024-2025, pocos equipos lucían tan estables y dominantes como los Boston Celtics. Con un núcleo intacto formado por Jayson Tatum y Jaylen Brown, el equipo registró su segunda campaña consecutiva con más de 60 victorias, posicionándose como el segundo mejor clasificado del Este. Todo indicaba que serían los favoritos para defender su título de campeones de la NBA. Sin embargo, como si una maldición los persiguiera, los Celtics se unieron a una tendencia implacable: se convirtieron en el sexto campeón consecutivo que no logra superar la segunda ronda de los playoffs al año siguiente de haber ganado el título.

La tragedia de Jayson Tatum

El momento clave que cambió el rumbo de la serie contra los New York Knicks fue la terrible lesión de Jayson Tatum en el cuarto juego. La ruptura del tendón de Aquiles no solo lo dejó fuera de competencia, sino que también oscurece completamente el panorama de Boston para la próxima campaña. A sus 27 años, Tatum enfrenta una rehabilitación que podría alejarlo de las canchas por toda la temporada 2025-2026. Según datos médicos, las lesiones de Aquiles son devastadoras para los atletas de élite. En la NBA, la tasa de regreso a un nivel de juego cercano al pre-lesión solo alcanza el 70%. Casos como los de Kobe Bryant o Kevin Durant han mostrado lo difícil que es volver a rendir al mismo nivel tras una recuperación de estas características.

Una nómina costosa y un futuro incierto

El golpe deportivo se agrava con un escenario financiero alarmante. La nómina proyectada de Boston para la próxima temporada ronda los $225 millones. Esto coloca al equipo en la llamada repeater tax, una sanción económica diseñada para penalizar a las franquicias que se exceden del tope salarial por tres de las últimas cuatro temporadas. El resultado: un pasivo total que podría superar los $500 millones entre salarios e impuestos. Los contratos mastodónticos firmados por Tatum ($314 millones) y Brown ($304 millones), sumados a otros acuerdos como el de Jrue Holiday ($32 millones) y Kristaps Porzingis ($30 millones), comprometen seriamente la flexibilidad del equipo. La situación es aún más crítica teniendo en cuenta que la gerencia cambió recientemente de manos por una cifra récord de $6.1 mil millones. Queda por ver si los nuevos dueños están dispuestos a asumir ese nivel de inversión continuada.

Porzingis, White y las dudas físicas que persisten

Otro factor problemático para los Celtics es el estado físico de piezas clave como Kristaps Porzingis. El letón, quien había sido una adquisición estelar, fue prácticamente irrelevante en la serie contra los Knicks, aquejado por una enfermedad viral persistente. Aunque él mismo afirmó que no se trata de una afección crónica, su posible participación con Letonia en el EuroBasket levanta cejas entre los seguidores más cautelosos del equipo. Por su parte, Jaylen Brown arrastra molestias en la rodilla derecha, y no se descarta que necesite cirugía durante el verano.

Knicks: de la sombra a protagonistas

Mientras Boston sufre, los New York Knicks viven una resurrección digna de una película de Hollywood. Después de perder el año pasado en casa ante los Pacers en el séptimo juego de las semifinales del Este, esta temporada han regresado con más fuerza y ambición que nunca. Con un núcleo renovado que incluye a Karl-Anthony Towns y Mikal Bridges, y con Jalen Brunson liderando como una verdadera estrella, los Knicks despacharon con autoridad a los Celtics en seis juegos, ganando el partido final por un impresionante 119-81. Ese triunfo no solo significó el pase a sus primeras Finales de Conferencia en 25 años, sino también una reivindicación de su proyecto de largo plazo que parecía errático hace apenas tres temporadas.

“New York grit”: el renacimiento de una mística

La frase de Towns tras la victoria sobre Boston fue reveladora: “Cuando estás en estas situaciones, especialmente en playoffs, hablamos de esa garra neoyorquina, esa creencia inquebrantable de que no vamos a perder”, dijo. Esa mística había desaparecido del Madison Square Garden por décadas, pero está de regreso. Bajo la dirección de Tom Thibodeau, el equipo ha encontrado identidad, defensa férrea y sangre fría para remontar marcadores adversos. Contra los Celtics, lograron recuperarse de desventajas de 20 puntos en dos duelos consecutivos en Boston. Datos de ESPN Stats & Info afirman que es la primera vez en la historia de la franquicia que logran esa hazaña en partidos consecutivos de playoffs como visitantes.

Mike Conley y la épica silenciosa de Minnesota

Mientras Nueva York avanza en el Este, en el Oeste, los Minnesota Timberwolves llegan a su segunda Final de Conferencia consecutiva, guiados por una joven estrella, Anthony Edwards, y motivados por la presencia del veterano Mike Conley. Conley, que fue drafteado en 2007, nunca ha jugado unas Finales de la NBA. Ahora, a sus 37 años, es un referente moral y táctico del equipo. Aunque sus números no impacten, su liderazgo es vital. “Juega con todo, nunca se queja, siempre dice lo correcto”, declaró Edwards. Ante los Golden State Warriors, Conley asumió un rol crucial en defensa marcando al tirador Buddy Hield. Minnesota neutralizó a Hield en los partidos clave, y Conley tuvo su mejor noche ofensiva en playoffs con 16 puntos y cuatro triples en el partido que eliminó a Golden State.

El Este: Knicks vs. Pacers, una rivalidad de los 90 revive

Las Finales de Conferencia del Este ofrecen un duelo nostálgico: Knicks vs. Pacers, las franquicias que dominaron la senda al campeonato en los 90. En el año 2000, Indiana eliminó a New York para llegar a sus únicas Finales NBA, que perdieron ante los Lakers. Ahora, 25 años después, ambos equipos se miden nuevamente con historias renovadas y figuras jóvenes liderando. Nueva York, este año, ya superó un escollo importante: vencer a Boston, su némesis moderna. ¿Será este su año?

¿Fin de una era en Boston?

De cara al futuro, los Celtics podrían verse forzados a tomar decisiones complicadas. ¿Mantener el núcleo y pagar medio billón de dólares para aspirar al regreso de Tatum en un año? ¿O reconstruir y liberar espacio salarial aprovechando que aún tienen valor de mercado? Por ahora, la era Tatum-Brown no está acabada, pero está en terapia intensiva. La próxima temporada nos dirá si Boston elige la nostalgia o la audacia. Entre tanto, Nueva York celebra. El Madison Square Garden vuelve a vibrar como en la época de Patrick Ewing, y la Gran Manzana sueña con un anillo que se le resiste desde 1973.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press