Tragedia en el East River: ¿Qué sucedió con el buque escuela mexicano Cuauhtémoc bajo el puente de Brooklyn?

Un análisis exhaustivo sobre el accidente marítimo que involucró al buque de la Armada de México, su impacto diplomático, técnico y humano, y los posibles errores detrás del desastre

Una escena impactante bajo uno de los puentes más icónicos del mundo: el buque escuela Cuauhtémoc de la Armada de México golpeó el puente de Brooklyn, dejando un saldo trágico de dos muertos y varios heridos. Este incidente, ocurrido el sábado por la noche en pleno corazón de Nueva York, ha generado una ola de preguntas que involucran desde fallas técnicas hasta errores de navegación y negligencia. Pero también ha puesto en tela de juicio los protocolos binacionales de seguridad marítima.

¿Qué pasó exactamente bajo el puente de Brooklyn?

La noche del 18 de mayo de 2025, pasadas las 8:20 pm, el buque Cuauhtémoc —una embarcación de 90 metros de eslora perteneciente a la Armada de México— intentaba maniobrar de regreso al mar abierto como parte de su gira amistosa por 15 países. Sin embargo, algo salió mal. Según los videos grabados por testigos presenciales, el velero sufrió un retroceso inesperado y colisionó violentamente contra la parte inferior del puente de Brooklyn.

El impacto fue tal que sus tres mástiles colapsaron, y varios marinos que estaban suspendidos en maniobras de altura se precipitaron o quedaron colgados, generando imágenes estremecedoras. La consecuencia inmediata fue devastadora: 19 marinos resultaron heridos, cuatro de ellos con lesiones de gravedad. Trágicamente, dos cadetes perdieron la vida, entre ellos América Yamilet Sánchez, una joven de 20 años que estudiaba ingeniería naval y representaba al futuro tecnológico y militar de México.

Un símbolo flotante de la Marina Mexicana

El Cuauhtémoc no es un barco cualquiera. Construido en los astilleros de Bilbao, España, en 1982, este bergantín de cuatro mástiles funge como uno de los embajadores más prominentes de la Marina mexicana. Es un buque escuela, diseñado para entrenar a los cadetes navales en navegación, disciplina y relaciones diplomáticas internacionales. Con una altura máxima de 50 metros en su mástil principal, supera por 9 metros la altura libre bajo el tablero del puente de Brooklyn (41 metros), lo cual genera dudas sobre la planificación de su ruta.

Desde su botadura, ha navegado más de 400 mil millas náuticas y ha visitado más de 60 países. Su tripulación, unas 277 personas en total, incluye oficiales, instructores y, principalmente, cadetes en formación. El viaje actual tenía como ruta siguiente Islandia, tras finalizar su estancia de casi una semana en el turístico South Street Seaport de Manhattan.

El inicio de la investigación binacional

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés) ha desplegado un equipo de expertos en operaciones náuticas, ingeniería marina y estructuras de puentes para analizar las causas del accidente. El gobierno mexicano también participa activamente en esta investigación. En paralelo, se iniciaron peritajes sobre el mantenimiento de la embarcación, sus sistemas de dirección y comunicación, así como una evaluación de las condiciones del río en el momento del impacto.

Según voceros de la NTSB, la investigación podría tardar “varios meses”, aunque se espera que un informe preliminar se publique próximamente. El daño al puente de Brooklyn fue catalogado como menor, aunque algunas inspecciones estructurales aún siguen en curso, dado que se trata de una edificación histórica de 142 años llave para el tráfico entre Manhattan y Brooklyn.

¿Error humano, fallo técnico o negligencia institucional?

Aunque el informe oficial aún no se ha publicado, diversos analistas navales han comenzado a señalar posibles hipótesis:

  • Descoordinación en la maniobra de salida: El East River tiene corrientes impredecibles, y sin asistencia de remolcadores o coordinación adecuada con el control marítimo del puerto, la maniobra de reversa del Cuauhtémoc podría haberse desestabilizado.
  • Fallas en el motor de propulsión o en el sistema de guiado: Aunque el Cuauhtémoc es un velero, también posee motor auxiliar. Un fallo técnico en este sistema podría haber impedido maniobras evasivas a tiempo.
  • Falta de cálculo sobre la altura del mástil: Lo más alarmante: ¿por qué una embarcación con mástil más alto que el claro del puente navegó bajo él sin replegar estructuras? ¿Hubo una mala estimación o ignorancia del límite?

“No basta con tener instrumentos certificados, se requiere preparación y sincronización absoluta con las autoridades portuarias locales”, expresó el académico naval estadounidense Tom Shirlington al portal Maritime Executive.

Impacto diplomático y el dolor de una nación

En México, las reacciones no se hicieron esperar. La Secretaría de Marina emitió varios comunicados reafirmando su compromiso con los protocolos internacionales, mientras se dio prioridad al traslado del grueso de la tripulación de regreso a Veracruz, ciudad sede de la Heroica Escuela Naval Militar. Un total de 172 cadetes y siete oficiales ya se encuentran en territorio mexicano, mientras que dos cadetes siguen hospitalizados en Nueva York, “en condición estable”, según confirmó la misma Secretaría.

El presidente de México expresó su “más sentido pésame” a las familias de las víctimas y destacó la “valentía y preparación” de los cadetes del Cuauhtémoc. Asimismo, se ha organizado un homenaje póstumo a América Yamilet Sánchez en la escuela donde se formaba como ingeniera, mientras que se cuestionan las condiciones de seguridad a bordo de un buque símbolo pero expuesto a riesgos evitables.

¿Turismo naval o imprudencia protocolaria?

Un aspecto incómodo que ha salido a relucir en esta tragedia es el uso del Cuauhtémoc como plataforma de diplomacia blanda. En sus giras, recibe miles de visitantes. En Manhattan, fue parte de ferias turísticas, exhibiciones y recepciones diplomáticas. Pero abrir buques militares al público sin protocolos estrictos o sobredimensionar sus capacidades operativas para eventos sociales podría haber tenido repercusiones en la integridad de estructuras críticas del buque o en la fatiga de la tripulación.

Por ejemplo, según informes extraoficiales, la jornada en que ocurrió el accidente había sido doblemente exigente por tareas de limpieza, exhibición y preparación previa a la salida. La presión institucional para ser “puntuales” en su llegada a Islandia podría haber alterado las tan necesarias revisiones previas a la maniobra.

Un puente que ha sobrevivido todo… menos la arrogancia

El puente de Brooklyn ha sido testigo de ciclones, crecimiento urbano, y atentados. Desde su inauguración en 1883, fue por años la estructura colgante más larga del mundo. Diseñado por John Augustus Roebling, su resistencia ha sido puesta a prueba múltiples veces. Que hoy sea noticia no por dificultades estructurales, sino por una colisión evitable, habla más de nuestras fallas humanas que de la durabilidad del acero.

El escultórico puente ha salido, por fortuna, sin daños serios más allá del susto. Pero la herida más profunda ha quedado en las familias de los jóvenes que soñaban con navegar el mundo llevando la bandera de México al tope… y cuyo futuro fue truncado por una cadena de fallos.

¿Qué viene ahora para el Cuauhtémoc y la Marina Mexicana?

Tras ser remolcado hasta el muelle 35 de Manhattan, la embarcación será sometida a una evaluación integral. Se determinará si debe regresar a México para su restauración o si podrá continuar su gira internacional. Fuera de lo técnico, el prestigio del cuerpo naval de México también enfrenta una crisis de reputación, algo que llevará años sanar.

Este incidente pasa a la historia como uno de los accidentes más graves que haya sufrido el Cuauhtémoc en más de 40 años de servicio. Y es un llamado de atención urgente para todas las armadas del mundo: hasta los símbolos más entrenados, más fotografiados y más queridos, pueden ser víctimas fatales de descuidos silenciosos… y miedos no compartidos.

La Marina Mexicana ha dicho en repetidas ocasiones que el Cuauhtémoc es su “máximo exponente del espíritu marinero nacional”. Hoy, ese espíritu debe renacer desde la rendición de cuentas y la reflexión sincera.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press