Haliburton revive el 'choke' de Reggie Miller en un dramático Juego 1 contra los Knicks
La rivalidad Pacers-Knicks renace en una batalla épica que trajo a la memoria los días dorados de los 90 y un gesto legendario
Un guiño al pasado con sabor a playoffs
El Madison Square Garden volvió a vibrar con intensidad este miércoles por la noche, y no solo por lo ajustado del marcador en el Juego 1 de las Finales de la Conferencia Este. Fue el escenario perfecto para un instante simbólico que despertó viejas heridas y leyendas: Tyrese Haliburton imitó el icónico gesto del 'choke' de Reggie Miller justo al final del tiempo reglamentario. ¿Casualidad? Difícil de creer cuando Miller estaba en el edificio.
Haliburton, estrella de los Indiana Pacers, encestó un largo salto mientras el reloj llegaba a cero, creyendo que había sido un triple para ganar el juego. Corrió hacia la línea de fondo y agarró su cuello simulando asfixia —una copia calcada del gesto que Miller dirigió a Spike Lee en 1994. Sin embargo, la revisión del video reveló que había pisado la línea, y el tiro solo valió dos puntos, enviando el juego a la prórroga donde finalmente Indiana se impuso 138-135.
Reggie Miller y el eterno 1994
Para los más jóvenes: el 'choke' de Reggie fue uno de los momentos más infames —y memorables— de la rivalidad entre Knicks y Pacers. En los playoffs de 1994, Miller anotó 25 puntos en el último cuarto del Juego 5 de las semifinales del Este y mientras New York colapsaba, se dirigió a su adversario personal, el superfanático de los Knicks, Spike Lee, con ese gesto que hoy vive nuevamente gracias a Haliburton.
“Si hubiera sabido que era un doble en lugar de un triple, no lo habría hecho,” confesó Haliburton al finalizar el partido. “Tal vez desperdicié ese momento.”
Un juego de locura: colapso y remontada digna de película
El partido fue más que simbología y gestos dramáticos. Los Knicks parecían tener control total con una ventaja de 14 puntos (119-105) a falta de 2:51 del último cuarto. Con esa diferencia y tan poco tiempo restante, los equipos estaban 994-0 desde 1997 en situaciones similares. Pero Indiana rompió la estadística con una remontada épica.
Jalen Brunson, quien había hecho historia al empatar a Patrick Ewing con 18 partidos de playoffs de 30 puntos o más con los Knicks, se enredó en faltas personales y debió salir al inicio del cuarto periodo cuando su equipo mejor jugaba.
“No acabamos el partido,” dijo Josh Hart, visiblemente frustrado. “No cruzamos la meta.”
Haliburton, el nuevo rostro de los Pacers
Autor de 31 puntos, Haliburton se convirtió en el héroe de la noche y en la conexión directa con el pasado dorado del equipo. En la eliminatoria anterior ante New York, también fue protagonista al anotar 26 puntos en el Juego 7 decisivo y presentarse en la rueda de prensa con una sudadera estampada con el gesto del 'choke' de Miller. Su admiración por el histórico número 31 queda clara —al igual que su confianza en sí mismo.
De hecho, Miller estaba en la transmisión del partido para TNT y no pudo hablar con Haliburton en ese momento, pero sí intercambiaron miradas.
“Definitivamente fue un momento especial, y sí, fue genial tenerlo en el edificio,” añadió Haliburton.
Rivalidad reavivada: una saga moderna de una vieja enemistad
La rivalidad Knicks-Pacers fue una de las más intensas de los años 90. Desde los altercados entre Miller y Spike Lee, hasta enormes duelos en playoffs entre figuras como Ewing, Starks, Smits y Jackson, estos enfrentamientos eran sinónimo de drama e intensidad.
Aunque el tiempo pasó, el fuego parece haber revivido gracias a una nueva generación de guerreros como Haliburton y Brunson. Jalen, de hecho, ha sido el corazón de los Knicks durante esta postemporada, con un promedio de 28.8 puntos y 7.3 asistencias en los últimos diez juegos.
Del lado de Indiana, los números son incluso más impactantes: los Pacers promedian 119.8 puntos en sus últimos 10 partidos, lanzando con un impresionante 50.1% de campo. Es un equipo veloz, agresivo y bien liderado por Rick Carlisle, quien ha asegurado que eventos emocionales como el gesto de Haliburton no desestabilizan al equipo.
El impacto emocional de un símbolo
Usar el 'choke' es peligroso. Lo hizo Miller en un momento de éxtasis, y lo hace Haliburton imitando no solo a una leyenda, sino un episodio que los fanáticos de los Knicks jamás olvidan. Sin embargo, la diferencia radica en el contexto: Miller lo usó para humillar; Haliburton lo usó como homenaje.
“Los jugadores pueden hacer lo que quieran, es algo emocional. No es un gran problema,” declaró Rick Carlisle. “Debemos salir allá y competir; no creo que el ruido del público sea mayor que el de esta noche.”
¿Qué esperar del resto de la serie?
Con los Pacers liderando la serie 1-0 y habiendo demostrado que pueden remontar desventajas históricas, los Knicks tienen la obligación de ajustar rápido. El próximo partido será este viernes en el Garden, donde el ambiente promete ser aún más eléctrico que el de la primera noche.
Ambos equipos disfrutan de una ofensiva efectiva: los Pacers promedian 117.4 puntos por encuentro y encestan el 48.8% de sus tiros; los Knicks no se quedan atrás, con 115.8 puntos por juego y 48.6% en tiros de campo.
Pero más allá de las estadísticas, lo que esta serie ha demostrado es que existe algo más poderoso que los números: la narrativa, la historia y los sentimientos que arden en los corazones de cada jugador y fanático.
El legado de Miller vive, pero es tiempo de Haliburton
Reggie Miller siempre será el villano perfecto en la historia de los Knicks, el arquitecto del dolor en la Gran Manzana. Sin embargo, ahora parece haber un nuevo protagonista vestido de dorado y azul que se está haciendo su propio nombre bajo las luces de Broadway.
Tyrese Haliburton no solo lideró a los Pacers a una victoria histórica, sino que también reavivó con un solo gesto una de las rivalidades más intensas del deporte. Ya no se trata solo de baloncesto: es personal, es emocional, es drama de postemporada en su máxima expresión.
Y esto apenas comienza.