Los Saints apuestan por sus jóvenes mariscales: ¿riesgo calculado o salto al vacío?
Con una sala de QBs sin victorias en la NFL y el retiro inesperado de Derek Carr, New Orleans confía en el liderazgo de Kellen Moore y el talento emergente de novatos como Tyler Shough y Spencer Rattler.
New Orleans, Louisiana – En una NFL cada vez más exigente y con escasos márgenes para la improvisación, los New Orleans Saints se presentan como una anomalía intrigante: enfrentan la temporada 2025 con una sala de mariscales de campo que no ha ganado un solo juego en la liga.
En cualquier otro equipo, esto sería motivo de alarma inmediata; en los Saints de Kellen Moore, sin embargo, es parte de un experimento controlado, con una dosis calculada de optimismo, y mucha fe en el proceso de desarrollo interno.
Un cuerpo de mariscales en construcción
Los Saints no solo carecen de experiencia ganadora en la posición más importante del campo, sino que tampoco cuentan con un líder veterano tras el retiro inesperado de Derek Carr este mismo mes. En su lugar, la responsabilidad recae sobre jóvenes como Tyler Shough, Spencer Rattler, Jake Haener y Hunter Dekkers.
Shough, de 26 años, fue seleccionado a principios de la segunda ronda del Draft 2025, convirtiéndose en el mariscal más alto elegido por New Orleans desde Archie Manning en 1971. Su perfil universitario es extenso: siete temporadas con tres programas diferentes: Oregon, Texas Tech y finalmente Louisville.
“Es un tipo muy preparado”, afirmó Moore. “Puede manejar el volumen de una ofensiva NFL. Ha aprendido el libro de jugadas de forma tremenda.”
Spencer Rattler: del fondo al frente
Por su parte, Spencer Rattler fue una selección de quinta ronda en 2024. A pesar de iniciar seis juegos en su temporada de novato —todos derrotas— afirmó que la experiencia fue enriquecedora:
“Ayuda muchísimo simplemente a entender la velocidad del juego, lo que vas a ver semana tras semana”, comentó Rattler. “No puedes ponerte demasiada presión. Es el segundo año, y tengo una gran oportunidad delante de mí.”
Es irónico, y a la vez revelador, que Rattler —apenas con seis inicios— sea hoy el quarterback con más minutos en el campo entre sus compañeros.
Jake Haener: el eterno desvalido
También en la mezcla se encuentra Jake Haener, una selección de cuarta ronda en 2023 que solo ha iniciado un partido antes de sufrir una lesión oblicua esta primavera.
“No soy tonto. Probablemente todos me cuentan como el menos probable para tener éxito, pero yo controlo lo que puedo controlar”, dijo Haener. “Siempre he sido el que va de perdedor.”
La lucha interna por la titularidad está más abierta que nunca en New Orleans, y eso no es necesariamente algo negativo.
Hunter Dekkers, el comodín inesperado
Los Saints firmaron al zurdo Hunter Dekkers tras un minicamp como agente libre no drafteado. Originario de Iowa State, Moore lo describió como alguien con “habilidades tremendas”. En una liga donde todo puede cambiar por una lesión o bajón de rendimiento, Dekkers podría ser el “tapado”.
El precedente de Dak Prescott
Kellen Moore sabe de transformaciones súbitas. Fue testigo directo en Dallas cuando Dak Prescott —seleccionado en la cuarta ronda de 2016— fue lanzado a la titularidad como novato debido a una lesión de Tony Romo. Resultado: récord de 13-3, 23 touchdowns y apenas cuatro intercepciones.
“Se trata de oportunidades”, dijo Moore. “Dak saltó al campo y jugó increíble. Hay montones de mariscales en la historia de esta liga que han emergido así.”
Una apuesta no tan rara
Contrario a la percepción, no es infrecuente que equipos de la NFL empiecen la temporada sin un mariscal ganador. Ejemplos recientes:
- Green Bay Packers en 2023: con Jordan Love y Sean Clifford, sin experiencia ganadora previa.
- Cincinnati Bengals en 2020: con el novato Joe Burrow.
Ambos equipos estuvieron en playoffs dos temporadas después. Pero también está el caso opuesto:
- New York Jets en 2021: comenzaron con Zach Wilson y Mike White. ¿Resultado? Inestabilidad crónica.
Mickey Loomis: realismo y esperanza
El gerente general de los Saints, Mickey Loomis, admitió que no es una situación ideal, pero también mostró confianza en el equipo técnico liderado por Moore, el coordinador ofensivo Doug Nussmeier y el entrenador de QBs Scott Tolzien —todos antiguos mariscales de campo.
“Hay muchas salas de mariscales con grupos jóvenes que deben desarrollarse. No es lo ideal, pero es la mano que nos tocó”, señaló Loomis.
Y cuando se le preguntó si los veteranos del equipo podrían dudar de la urgencia del equipo por ganar sin tener un QB probado, Loomis fue contundente:
“No he escuchado nada de eso. Estamos seguros de que nuestro cuerpo técnico va a preparar bien a quien resulte titular.”
Foster Moreau: cartas sobre la mesa
El ala cerrada veterano Foster Moreau compartió una filosofía que está impregnando el vestuario:
“Estas son las cartas que tenemos. Vamos a ver cuánto valen realmente. Estoy emocionado por averiguarlo.”
¿Y un mariscal veterano?
Ni Moore ni Loomis cierran la puerta a incorporar a un mariscal veterano. Pero no parece ser una prioridad. Todo indica que esta será una temporada de prueba de fuego, donde el liderazgo joven y las lecciones duras definirán el camino.
Lo que está en juego
Los Saints vienen de una decepcionante temporada 5-12. Muy lejos del estatus competitivo al que aspiraban hace solo unos años. Pero en su apuesta actual hay una narrativa más profunda: la de reconstruir desde dentro, tomando riesgos controlados con jugadores que aún no conocen de límites porque tampoco han sentido el peso de la gloria ni del fracaso.
¿Puede esto funcionar? El tiempo lo dirá. La historia y algunos equipos recientes enseñan que no todo el éxito en la NFL se construye con superestrellas comprobadas.
Con Moore al mando, y un grupo de jóvenes hambrientos de demostrar su valor, los Saints podrían ser la historia subestimada de la temporada. O el gran desastre anunciado por la falta de experiencia. En cualquier caso, será fascinante verlo desarrollarse sobre el emparrillado.