Manchester United, al borde del abismo: una debacle financiera (y deportiva) tras su derrota en la Europa League
La caída en la final de la Europa League no solo deja al United fuera de Europa, sino que podría marcar el inicio de una crisis institucional sin precedentes
Una derrota que cuesta millones
El Manchester United cayó 1-0 ante el Tottenham en la final de la Europa League disputada en Bilbao, España, lo que implica mucho más que la pérdida de un título. Esta derrota podría marcar el comienzo de una crisis financiera de proporciones considerables para el conjunto de Old Trafford.
No se trata solamente de una derrota deportiva. Lo que está en juego es el futuro del club tanto dentro como fuera del terreno de juego. El ganador, Tottenham, se aseguró un puesto en la próxima edición de la Champions League y el derecho a disputar la Supercopa de Europa; el perdedor, en cambio, se queda sin competencia europea y, en consecuencia, sin ingresos provenientes de UEFA.
Perdiendo el tren de la Champions League
La consecuencia inmediata de no clasificar a la Champions League equivale a una pérdida estimada de al menos 80 millones de euros (cerca de 90 millones de dólares). En caso de haber llegado a semifinales o más, esa cifra podría haber ascendido a 150 millones de euros.
El Manchester United no solo pierde ingresos por participación, sino también se verá privado de los bonos por resultados, los ingresos comerciales derivados de la exposición europea y, por supuesto, de los derechos de televisión. Todo esto en un contexto donde el club ha invertido de forma desmedida.
Una estructura económica insostenible
El analista financiero especializado en fútbol, Kieran Maguire, fue tajante al analizar la situación del club en redes sociales: “Si esto se enseñara en una escuela de negocios, se concluiría que hay algo profundamente mal en la cultura organizacional, lo cual es responsabilidad de la dirección”.
El United ha gastado 64% más en salarios que el Tottenham y posee una plantilla más cara. Pese a ello, fue incapaz de conseguir un título o siquiera asegurar la clasificación a la Champions League a través de la Premier.
Los glazers y Ratcliffe: un modelo de gestión en disputa
La propiedad del club está dividida actualmente entre la familia Glazer y el multimillonario británico Jim Ratcliffe, quien opera bajo la marca INEOS. Aunque Ratcliffe solo posee el 27.7% del club, se ha convertido en el principal rostro de la gestión financiera, realizando numerosos recortes y aplicando medidas impopulares como el aumento del precio de los boletos y la reducción de personal.
El propio club reconoció en una carta a los aficionados en enero: “Esto no es sostenible. Si no actuamos ahora, corremos el peligro de no cumplir con las reglas de sostenibilidad financiera y de juego limpio en los próximos años, lo que afectaría significativamente nuestra capacidad para competir en el campo”.
Adiós a la Supercopa y al Mundial de Clubes
Además de perder la clasificación a la Champions League, el United deja ir la posibilidad de disputar la Supercopa de Europa, la cual otorgará 4 millones de euros al Tottenham solo por participar, y 1 millón adicional al ganador.
Pero el golpe más profundo es quizá la exclusión del Mundial de Clubes 2025, organizado por la FIFA con un fondo de premios de mil millones de dólares. Según estimaciones, un equipo europeo exitoso podría recibir más de 100 millones de dólares. El United ni siquiera estará en el radar para competir en la edición de 2029, dado que se requiere presencia constante en Champions League para calificar.
¿Desmantelar el equipo?
La falta de liquidez obliga a pensar en soluciones drásticas. Una de ellas es la venta de futbolistas con mayor valor de mercado. Entre los nombres que suenan en rumores de salida están Bruno Fernandes, actual capitán, y un Marcus Rashford que ha perdido protagonismo. Ambos tienen altos salarios que dificultan la llegada de nuevos compradores.
También se valora la venta de canteranos como Garnacho o Hannibal Mejbri, lo cual podría tener efectos psicológicos devastadores en la afición, aunque proporcionaría ingresos a corto plazo.
Los números rojos no paran
- Pérdidas en 2022-2023: £113.2 millones (USD $152 millones)
- Pérdidas acumuladas anteriores: £236 millones (USD $316 millones)
- Riesgo de incumplir PSR: el límite de pérdidas es de £105 millones (USD $140.7 millones) en tres años
El premio por posición en Premier League también perjudica. El United ha caído hasta la 16ª posición con una jornada por disputarse, lo que representa una pérdida de £22 millones respecto a la temporada anterior (cuando finalizó 8º).
Competitividad en caída libre
La UEFA publicó recientemente sus informes de crecimiento por ingresos entre 2019 y 2024, y el Manchester United destaca por su lenta progresión en términos de facturación. Solo el Chelsea presenta un crecimiento más leve entre los pesos pesados ingleses. A pesar de haber alcanzado 661.8 millones de libras (USD $887 millones) en 2023, el ritmo ya no es suficiente para competir con clubes más estratégicos como el Manchester City o el Liverpool.
Una señal de alarma más es la caída de ingresos publicitarios y la posible renegociación de patrocinios ante la falta de visibilidad europea. Las grandes marcas apuestan por clubes que tienen un alcance global, algo que el United empieza a perder rápidamente.
Una cultura organizacional en crisis
Algunos expertos señalan que el mayor problema del Manchester United no es financiero, sino institucional. La falta de dirección clara, el desfile de entrenadores (cinco en seis años) y una política de fichajes demasiado centrada en nombres y poco en el rendimiento, han creado una estructura difícil de sostener.
El director técnico actual, Rúben Amorim, llega con una buena reputación desde el Sporting de Lisboa, pero carece de herramientas para dirigir un proyecto serio si continúa el drenaje de talento. Incluso los proyectos a largo plazo más bien parecen parches temporales disfrazados de reorganización.
¿Estamos ante la nueva era "post-elite" del Manchester United?
El escenario plantea una realidad incómoda para una de las marcas deportivas más valiosas del planeta. Lo que alguna vez fue el equipo dominante en Inglaterra y Europa, parece ahora más cerca del caos institucional que de una reconstrucción coherente.
¿Y si esto apenas comienza? La Premier League se vuelve más competitiva cada año: Aston Villa, Brighton, incluso el Newcastle, han demostrado cómo clubes con planificación pueden superar al United sin gastar lo mismo. El United corre peligro real de quedar fuera del top-6, no una vez, sino por años.
¿Recuerdan al AC Milan post-2013? ¿O al Inter pre-Conte? Los gigantes también caen. Y si el Manchester United no reestructura profundamente su gestión deportiva y financiera, podría ser el próximo coloso europeo en pasar una década en la irrelevancia.