¿Adiós al centavo? El futuro de la moneda más insignificante (¿o no?) de Estados Unidos

El fin del penny marca un antes y un después cultural, económico y hasta simbólico: ¿qué significa realmente que dejemos de acuñar la moneda más pequeña del país?

Un centavo cuesta casi cuatro: la ironía económica

Parece una broma cruel: fabricar un penny en Estados Unidos cuesta cerca de $0.037, casi cuatro veces su valor nominal. Y, sin embargo, la Casa Blanca emitió una orden ejecutiva para detener la producción de nuevos centavos. Esta decisión no es del todo sorpresiva. Desde hace años, economistas y ciudadanos debaten la utilidad de esta diminuta moneda de cobre (bueno, mayormente de zinc) en un país donde el redondeo y los pagos digitales son norma cotidiana.

Durante el año fiscal 2024, la Casa de Moneda de EE. UU. distribuyó más de 3.17 mil millones de pennies, una cantidad ya inferior comparada con los 4.14 mil millones del año anterior. ¿Señal clara de su decadencia? Tal vez. Aunque resulta más interesante que, en el mismo periodo, el costo por unidad subió un 20% con respecto a 2023.

Un símbolo más allá del valor monetario

Dice el arqueólogo Frank Holt que "los pennies han sembrado el registro arqueológico estadounidense desde 1793". Para muchas personas, esta diminuta moneda tiene significados más profundos, cargados de historia, cultura y hasta superstición. ¿Quién no ha recogido un centavo pensando en 24 horas de buena suerte?

Holt también recuerda lo mucho que el penny ha logrado en el imaginario colectivo estadounidense: desde rimas como "Find a penny, pick it up, and all day long you’ll have good luck" hasta las zapatillas con espacio para guardarlos, o los homenajes a Abraham Lincoln. "Los centavos no son solo dinero; son una expresión de nuestro arte, nuestra política y nuestros valores", afirma.

El centavo y el auge digital

Hoy en día, una creciente parte de la población ya no lleva efectivo. Las tarjetas, pagos móviles y apps como Venmo o Apple Pay han desplazado poco a poco a las monedas. Ursula Dalinghaus, profesora en Ripon College, lo describe así: "Para muchos, ya no existen los centavos, pero para otros siguen siendo necesarios para vivir frugalmente y administrar su presupuesto diario".

Y no podemos ignorar la arraigada práctica comercial de vender a $1.99 en lugar de $2.00. ¿Desaparecerán esos precios psicológicos? ¿Veremos el ajuste de mercado hacia precios redondeados, como ya ocurre en Canadá?

No solo el penny está en peligro

El debate sobre el fin del centavo suele eclipsar un hecho igual de relevante: otras monedas del sistema estadounidense también cuestan más de producir de lo que valen. Aquí una lista reciente según datos oficiales de la U.S. Mint para el año fiscal 2024:

  • 💰 Penny (1¢): $0.0369
  • 💰 Nickel (5¢): $0.1378
  • 💰 Dime (10¢): $0.0576
  • 💰 Quarter (25¢): $0.1468
  • 💰 Half Dollar (50¢): $0.3397

Es decir, el problema del penny se replica con el nickel, cuya producción costó casi 14 centavos. Este fenómeno ya lleva 19 años consecutivos afectando especialmente a estas dos monedas, convirtiéndose en una sangría económica sostenida para el Tesoro estadounidense.

El contexto político y económico

La decisión de eliminar el penny se enmarca dentro de un paquete más amplio de iniciativas impulsadas por la administración Trump que buscan reducir costos operativos del Estado y promover alternativas energéticas. Paradójicamente, mientras se deja de producir la moneda más barata, se busca invertir miles de millones en revivir la energía nuclear y otras fuentes.

No todos aplauden esta decisión. Diversos legisladores y asociaciones argumentan que el penny, más allá de su valor económico, representa estabilidad y tradición. "Dejar de producir centavos puede parecer trivial, pero envía un poderoso mensaje cultural: estamos rompiendo con el pasado sin resolver el presente", se pronunció en un comunicado el Comité Numismático Nacional.

¿Lecciones internacionales?

Canadá eliminó su penny en 2013. A partir de entonces, los pagos en efectivo se redondean al múltiplo de 5 céntimos más cercano. La transición fue tan suave que pocas personas la notaron. Australia y Nueva Zelanda también eliminaron sus centavos, en 1992 y 1990 respectivamente, sin generar caos alguno.

¿Una puerta abierta para digitalizar aún más las economías? Probablemente sí. Pero también un recordatorio de que nuestras decisiones económicas reconfiguran hábitos, memorias y valores compartidos.

La despedida simbólica

La noticia llegó justo antes del "Día del Centavo de la Suerte", celebrado cada 23 de mayo. No hay día del nickel, del dime o del quarter. Solo el penny tiene la fortuna (literal y simbólicamente) de ser asociado con la buena suerte.

Frank Holt lo resume así: "El penny es más que una herramienta económica. Le hemos conferido poderes casi místicos. Su desaparición no es trivial. Es como perder un pequeño hilo que nos conecta con nuestro pasado".

¿Y el futuro del efectivo?

El costo de producir billetes también varía, aunque sigue siendo más eficiente que muchas monedas:

  • $1 y $2: 3.2 centavos
  • $5: 5.3 centavos
  • $10: 5.5 centavos
  • $20: 6 centavos
  • $50: 5.6 centavos
  • $100: 9.4 centavos

La relación entre coste y valor es favorable. Lo curioso es que, pese a este equilibrio, cada vez usamos menos papel moneda. Según el Federal Reserve, más del 80% de todas las transacciones minoristas en Estados Unidos son electrónicas.

¿Veremos un futuro sin monedas ni billetes? Tal vez. Aunque por ahora, el primer paso es decirle adiós al humilde penny, no sin antes reconocer todo lo que ha simbolizado durante más de dos siglos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press