Estudiantes internacionales en la mira: Estados Unidos pierde atractivo mientras Asia toma la delantera

Las restricciones migratorias de la era Trump golpean a universidades como Harvard y benefician a centros educativos en Asia, como la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong.

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Una política que sacude los cimientos de la educación internacional

La administración del expresidente Donald Trump desató una tormenta cuando anunció una nueva política: retirar visas a estudiantes internacionales inscritos en cursos exclusivamente en línea por universidades como Harvard. Esta movida, aparentemente dirigida a forzar una reapertura de los campus durante la pandemia, golpeó especialmente a los estudiantes extranjeros, un grupo vital tanto para la economía como para la diversidad educativa de Estados Unidos.

Con más de 1,200 estudiantes chinos matriculados en Harvard en 2024, esta decisión se convirtió en tema de conversación en millones de hogares chinos y desató reacciones oficiales, institucionales y sociales de alto perfil.

Reacción inmediata desde Pekín: defensa de los estudiantes y crítica a EE.UU.

El Ministerio de Relaciones Exteriores chino, por medio de su portavoz Mao Ning, criticó fuertemente la decisión estadounidense. “Las acciones pertinentes por parte de Estados Unidos solo dañarán su propia imagen y credibilidad internacional”, declaró Ning en una rueda de prensa en Pekín.

China ha señalado constantemente la politización de los intercambios educativos como una amenaza a la cooperación internacional y se ha comprometido a proteger los intereses de sus estudiantes en el extranjero. Aunque no detallaron medidas concretas, la señal es clara: China no se quedará de brazos cruzados.

Harvard responde: de los juzgados a la incertidumbre

Harvard demandó oficialmente al gobierno de Estados Unidos por esta medida, argumentando que pone en peligro la educación de miles de estudiantes y es discriminatoria. El proceso judicial, sin embargo, promete ser largo y complejo.

La cadena estatal CCTV de China comentó: “Con una litigación tan prolongada, miles de estudiantes internacionales pueden tener dificultades para esperar”. Esta situación ha llevado a muchos a considerar alternativas fuera de Estados Unidos.

Asia mueve ficha: Hong Kong extiende la alfombra roja

Ante esta creciente incertidumbre, Asia se ha movido con rapidez. La Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST) anunció una política sin precedentes: brindar admisión incondicional, procesos de solicitud simplificados y apoyo académico a estudiantes internacionales afectados por la medida en Harvard.

“Queremos que los estudiantes sepan que son bienvenidos y que no estamos politizando su educación”, anunció la universidad en su comunicado oficial.

Un cambio tectónico en la elección de destinos educativos

Según el Instituto de Educación Internacional (IIE), Estados Unidos ha sido históricamente el destino número uno para estudiantes internacionales. En 2019, antes de la pandemia, había más de 1 millón de estudiantes extranjeros en instituciones estadounidenses, aportando alrededor de $44.7 mil millones a la economía del país (Open Doors Report 2019).

China ha sido el país que más estudiantes aporta: en ese mismo año, más de 370,000 estudiantes chinos estaban matriculados en universidades estadounidenses. Sin embargo, desde 2020, esa cifra ha comenzado a caer.

Y no es casualidad. Además de las tensiones políticas, las políticas migratorias más estrictas, el aumento del racismo y los reportes de violencia con armas han creado una percepción de inseguridad entre padres y alumnos en Asia.

«Harvard» en Harbin: el humor chino ante una crisis seria

En un giro cultural curioso, usuarios chinos en redes sociales como Weibo propusieron, en tono jocoso, que Harvard abriera una filial en Harbin, ciudad del noreste de China cuyo nombre comparte un carácter con "Harvard" en chino (哈佛, Hāfó).

Si bien la propuesta es irónica, el comentario esconde una verdad de fondo: si Estados Unidos pone obstáculos a la educación, otros actores se posicionarán para tomar ventaja.

La Universidad como peón en la geopolítica

No es la primera vez que las tensiones políticas afectan el flujo estudiantil. Durante la primera presidencia de Trump, el Ministerio de Educación chino emitió múltiples advertencias sobre restricciones de visado, interrogatorios al llegar a aeropuertos estadounidenses y deportaciones.

En 2023, un caso especialmente sonado fue el de 23 estudiantes chinos que fueron interrogados y devueltos a su país sin explicación clara. Esto provocó protestas con declaraciones oficiales del gobierno chino. A la vez, medios estatales como Global Times exponían frecuentemente episodios de tiroteos masivos en EE.UU., moldeando una imagen de inestabilidad que desalentaba el estudio allí.

El Reino Unido y otras alternativas ganan terreno

Mientras Estados Unidos se aleja del soft power educativo que lo caracterizó durante décadas, sus competidores naturales se fortalecen. En 2024, el Reino Unido registró un crecimiento del 18% en matrículas de estudiantes internacionales según UKCISA (UK Council for International Student Affairs), con un alto crecimiento proveniente de China e India.

Australia, Canadá e incluso países europeos como Alemania y Francia han lanzado campañas para captar talento asiático, prometiendo seguridad, visas de trabajo post-estudios e incluso ciudadanía.

¿Qué pierde Estados Unidos al ponerse restricciones?

No se trata solo de dinero. Universidades como Harvard, MIT o Stanford se han nutrido históricamente del talento internacional para producir avances científicos, tecnológicos y humanísticos.

El economista Tyler Cowen argumentó en un artículo en Bloomberg que “cerrar el grifo del talento extranjero es un suicidio lento para la economía basada en la innovación”. Y cifras lo respaldan: según la Fundación Nacional de Ciencia, más del 50% de los doctorados en STEM en EE.UU. son extranjeros.

Estados Unidos, durante la mayor parte del siglo XX y XXI, fue la meca para jóvenes que soñaban con impactar al mundo. Hoy, ese faro parece menos brillante.

¿Hacia dónde se moverán los estudiantes chinos?

Los datos del Ministerio de Educación de China revelan que, en 2023, el 27% de los estudiantes que tradicionalmente optaban por Estados Unidos seleccionaron en su lugar universidades en el Reino Unido o Australia.

Además, instituciones como la Universidad de Tsinghua y la Universidad de Pekín están aumentando su relevancia en rankings globales. Según el ranking QS 2024, Tsinghua se posiciona entre las 20 mejores del mundo, una hazaña impensada hace una década.

Un futuro multipolar en la educación superior

En la actualidad, la educación internacional ya no depende solo de los modelos norteamericanos. Con Asia invirtiendo más del 4% de su PIB en educación, según la UNESCO, y con países como Singapur, Corea del Sur y China diseñando programas académicos en inglés, el flujo de cerebros se está redistribuyendo.

Las universidades que den seguridad, certeza y respaldo generarán más que conocimiento: generarán influencia global.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press