Adiós a LaLiga: El Leganés y la cruel ley del descenso en el fútbol español
Aunque gana su último partido, el Leganés desciende por una combinación cruel de resultados. ¿Qué implica este descenso y qué dice sobre el sistema competitivo en España?
El CD Leganés es, oficialmente, el tercer y último equipo en descender de LaLiga esta temporada. La confirmación llegó este sábado, cuando, pese a vencer con autoridad 3-0 al colista Real Valladolid, el resultado del Espanyol frente a Las Palmas (victoria 2-0) selló su suerte. Se trata de un episodio más en la crónica amarga de los equipos modestos que luchan por sobrevivir en la máxima categoría del fútbol español.
Un descenso con sabor agrio
La alegría del último triunfo quedó apagada por la cruel realidad: el Leganés está matemáticamente descendido. Lo más doloroso es que el equipo cumplió con su parte: ganó, goleó y convenció. Pero dependía de un favor del Espanyol que nunca llegó. Los 'periquitos', con más orgullo que buen fútbol, derrotaron a Las Palmas y evitaron su propia caída.
Así, el Leganés regresa inmediatamente a LaLiga 2, tan solo una temporada después de haber conseguido el ascenso. Sus acompañantes en el descenso son Las Palmas y el Valladolid. Estos últimos dos equipos también tienen una historia reciente de subidas y bajadas, lo que genera ciertas preguntas sobre si existe realmente paridad y estabilidad en la 'liga de las estrellas'.
Los tres condenados: ¿Es cuestión de presupuesto?
Un análisis más profundo de los equipos que descienden revela un patrón común: presupuestos modestos, plantillas cortas y pocos recursos para reforzar al equipo a mitad de temporada.
- Leganés: con un presupuesto estimado de 32 millones de euros para la temporada, era uno de los clubes con menor capacidad de inversión en plantilla. Aun así, ficharon a jóvenes promesas como Diego García y repatriaron veteranos como Rubén Pérez, pero no fue suficiente.
- Real Valladolid: un veterano del 'ascensor', sube y baja con frecuencia. A pesar del respaldo institucional y la experiencia, no logran consolidarse en primera. Esta es su cuarta caída en los últimos diez años.
- UD Las Palmas: tras salvarse la temporada anterior por poco, no lograron encadenar una buena racha esta vez. El parón invernal, lesiones y una escasa profundidad de plantilla les pasaron factura.
Comparativa histórica: ¿Existe justicia deportiva?
Desde la temporada 1990-91, se han jugado 34 campañas bajo el formato de 20 equipos en Primera División. De esas ediciones, más de 40 equipos diferentes han pasado por LaLiga, pero solo una docena se ha mantenido consistentemente en la máxima categoría.
El descenso más cruel en los últimos años sigue siendo el del Rayo Vallecano en 2019, cuando jugaron buen fútbol y contaban con jugadores en estado de forma como Raúl de Tomás. Aun así, descendieron por errores puntuales y falta de experiencia. Y es que muchos equipos modestos no solo compiten contra Real Madrid o Barcelona, también luchan por sobrevivir semana a semana.
“Cada año nos venden que el pequeño puede competir con los grandes, pero sobrevivir en Primera con 30 millones de euros contra clubes que invierten 300 es ficción”, dijo Roberto Olabe, exdirector deportivo de la Real Sociedad.
El efecto dominó del descenso
Descender no es solo una cuestión deportiva. La pérdida de ingresos por derechos televisivos, menos visibilidad para patrocinadores y fuga de talento son consecuencias inmediatas. Según el informe de LaLiga de 2023, el promedio de ingresos que percibe un equipo en Primera ronda los 47 millones de euros anuales, mientras que en Segunda esa cifra se reduce a menos de 10 millones.
Y eso afecta todo: desde salarios, hasta estructura de cantera. Por ello, el principal miedo de los clubes no es no ascender… es descender.
¿Es hora de reformar el sistema de competición?
Con este nuevo descenso, se reabre el debate: ¿Debería modificarse el sistema de competición? Algunos clubes y analistas proponen una Liga de 18 equipos, al estilo alemán, que permita una menor presión financiera y física. Otros abogan por establecer “salvavidas” económicos más igualitarios.
El presidente de la Liga, Javier Tebas, ha sido claro en el pasado: “Reducir la cantidad de equipos afectaría los ingresos de televisión. Pero lo que debemos promover es una liga económicamente más homogénea”.
Los clubes recién ascendidos reciben un pequeño fondo denominado fondo de compensación, pero no siempre es suficiente para mantenerse competitivos durante una temporada completa.
Historias similares: El drama compartido en Europa
Esta historia no es exclusiva de España. En Francia, el histórico Saint-Étienne descendió recientemente, y en Alemania, el Hamburgo pasó de ser una potencia europea a un habitual de la 2. Bundesliga. En Inglaterra, el Sunderland también bajó dos categorías en apenas tres años.
Los clubes que no se adaptan a la vorágine modernista del fútbol económico y de élite se ven condenados al ostracismo. Como dijo Arsène Wenger: “En el fútbol moderno, sobreviven los que se manejan mejor fuera del campo”.
¿Qué sigue para el Leganés?
Ahora, el equipo del sur de Madrid, con su popular mascota 'SuperPepino', deberá reorganizar sus finanzas y confirmar si logra retener a jugadores clave. Históricamente, los equipos que regresan pronto a Primera tienen estructuras sólidas y continuidad. Si no, el peligro de convertirse en un club de Segunda perenne es muy real.
Además, la Segunda División está cada vez más competida. Con clubes como el Espanyol, Zaragoza, Elche o Tenerife peleando por ascender, no será fácil para el Lega regresar. Pero ya lo hizo antes…
“Por más oscuridad que haya hoy, debemos recordar que hace 10 años jugábamos en Segunda B”, dijo emocionado el presidente del club, Jeff Luhnow, al final del partido.
El fútbol sentimental y el sentido de pertenencia
Pocas cosas conmueven más que una afición fiel apoyando hasta el final. Las lágrimas en Butarque tras el pitido final reflejaron mucho más que una derrota deportiva: reflejan amor por unos colores, por un barrio, por un sueño colectivo.
Y aunque descienda, el Leganés deja algo que el fútbol moderno olvida a menudo: el alma. En tiempos de clubes-empresa y fichajes multimillonarios, el Lega representa el romanticismo del fútbol, donde aún hay hinchas que celebran más una permanencia que una Champions.
La lucha continúa. Y mientras haya pasión, habrá regreso.