Johann Strauss II finalmente llega al espacio: el vals 'El Danubio Azul' viajará hacia las estrellas
Tras haber sido olvidado por el Voyager, la ESA enmienda el error y lanza al espacio una de las piezas más icónicas de la música clásica
Vienna, Madrid, Nueva York: el próximo 31 de mayo, los acordes celestiales de “El Danubio Azul” de Johann Strauss II serán lanzados al espacio para conmemorar el 200º aniversario del nacimiento del compositor austriaco. Este evento sin precedentes combina historia musical, tecnología espacial y una pizca de justicia poética, al reivindicar una obra que, a pesar de su impacto cultural y simbólico, fue realizada a un lado en una de las misiones más icónicas de la humanidad: las sondas Voyager.
Cuando el vals encontró su camino a las estrellas
El vals “An der schönen blauen Donau”, conocido en el mundo hispanoparlante como “El Danubio Azul”, es probablemente la obra más reconocible de Johann Strauss II. Compuesta en 1866 e interpretada por primera vez en 1867, se ha convertido en sinónimo de elegancia, nostalgia e incluso tecnología futurista, gracias a su uso prominente en la película "2001: Una odisea del espacio" de Stanley Kubrick.
Sin embargo, cuando en 1977 la NASA envió al espacio las sondas Voyager 1 y 2, equipadas con los Discos de Oro que contenían música representativa de la humanidad, Strauss fue sorpresivamente excluido. En su lugar, la lista incluyó a Bach, Beethoven, Mozart, y una variedad de músicas tradicionales de distintas culturas. Aunque la selección fue curada por un equipo liderado por el astrónomo Carl Sagan, muchos vieron la ausencia de Strauss como una omisión cultural significativa.
La ESA corrige una falta cósmica
Este mes, la Agencia Espacial Europea (ESA) busca corregir esa decisión al lanzar el vals al espacio, justo en dirección a donde hoy navega la Voyager 1, que se encuentra a más de 24 mil millones de kilómetros de la Tierra. Según la ESA, la transmisión será realizada desde su gran antena en España, parte de la red europea de comunicación en el espacio profundo.
El evento conmemorará no solo el bicentenario de Strauss (nacido en octubre de 1825) sino también el 50º aniversario de la fundación de la ESA. La pieza será ejecutada por la Orquesta Sinfónica de Viena en una presentación grabada, que se convertirá en señal de radio y será transmitida en dirección al espacio exterior, acompañada de eventos públicos en Madrid, Viena y Nueva York.
“La música nos conecta a través del tiempo y del espacio de una manera muy especial”, declaró el director general de la ESA, Josef Aschbacher. “Es un honor compartir escenario con Johann Strauss II y alimentar la imaginación de futuros científicos y exploradores del espacio.”
¿Cómo se envía música al espacio?
Aunque parezca una idea sacada de la ciencia ficción, transmitir música al espacio se ha vuelto una práctica simbólica adoptada por diversas agencias. Según la ESA, aunque en teoría podrían convertir la interpretación musical en tiempo real a señales de radio, para evitar complicaciones técnicas, se transmitirá una grabación realizada durante un ensayo.
La señal, viajando a la velocidad de la luz (aproximadamente 300 mil km/s), pasará la Luna en menos de dos segundos, Marte en 4.5 minutos, Júpiter en 37 minutos y cruzará la órbita de Neptuno en unas 4 horas. En 23 horas, alcanzará la distancia actual de la Voyager 1.
Celebrando la música en el cosmos
No es la primera vez que la música ha sido protagonista en el espacio:
- En 2008, NASA transmitió directamente al espacio la canción “Across the Universe” de The Beatles, celebrando el 40º aniversario del tema y el 50º aniversario de la fundación de la NASA.
- En 2012, el robot Curiosity, explorador de Marte, retransmitió la canción “Reach for the Stars” de will.i.am de regreso a la Tierra.
- En 2023, NASA también transmitió música de Missy Elliott hacia Venus, destacando la integración de la cultura pop con la exploración interplanetaria.
Sin embargo, esta es la primera vez que una pieza icónica perteneciente a la música clásica europea es dedicada exclusivamente a un viaje cósmico en honor a su centenario y como parte de un esfuerzo específico por subsanar una deuda histórica y cultural.
La conexión cultural entre Viena y el espacio
La ciudad de Viena ha tomado esta iniciativa con entusiasmo, considerándola una forma de reivindicar el legado de Strauss. La Oficina de Turismo de la capital austriaca ha declarado que este acto "corrige un error histórico cósmico", ya que “El Danubio Azul” representa no solo una ciudad o un país, sino un imaginario romántico compartido por generaciones.
La elección de esta pieza también tiene implicaciones emocionales. Su inclusión en "2001: Odisea del espacio" la elevó a un símbolo de conexión entre humanidad, ciencia y arte. Aunque en esa cinta la música sirvió para crear una atmósfera sublime mientras una nave giraba en el espacio, ahora tendremos la certeza de que, en algún punto del universo, flotará esa misma melodía, sonando en silencio a través del éter del tiempo y la distancia.
Más allá del homenaje
Este tipo de acciones dejan entrever un deseo fundamental de los seres humanos: dejar huella. Ya sea una canción, un mensaje o una obra de arte universal, queremos que, aunque sea por un eco fugaz, alguna inteligencia extraterrestre sepa que aquí, en este punto azul pálido, existieron seres que bailaban, soñaban y componían música para celebrar su paso por el universo.
Con esta transmisión, Strauss finalmente ocupará su lugar entre las estrellas, y su vals, compuesto hace más de siglo y medio, tendrá literalmente alcance cósmico.
Y quizás, en algún rincón lejano del espacio, alguien lo esté escuchando ahora mismo.